15 de noviembre de 2017

Napargar - Pamplona



Durante la primera mitad de este año se han visto frustradas muchísimas de las incursiones birrunas que tenía en mente (Valencia, Castellón, Madrid, Pamplona...) porque la verdad es que con mi mujer embarazada y dos churumbeles más pululando por casa la verdad es que no estábamos como para realizar muchas filigranas. Tras el nacimiento de nuestro tercer hijo nos hemos tenido que pasar el veranito en casa (ya habéis visto en el blog que han sido unos meses muy prolíficos con entradas a diario) y los locales que hemos visitado eran todos de Barcelona.

Así que después de nuestro encierro monacal de estas vacaciones hemos decidido aprovechar el tiempo, y después de tantos meses sin hacer grandes desplazamientos y nos propusimos pasar el puente del Pilar en Pamplona visitando a familia, amigos y haciendo una prospección birruna bastante intensa, para qué nos vamos a engañar. Han sido cuatro días muy pero que muy bien aprovechaos. Había mono oigan.

La visita al Napargar en la capital navarra es obligatoria. Su ubicación es inmejorable, en plena Plaza del Castillo (mi plaza), así que te vas a dar de bruces con él lo quieras o no. Tiene una amplia terraza con unas vistas muy bonitas de la plaza y donde la verdad es que se está en la gloria. Si a eso les sumamos su oferta de 20 tiradores a ver quién es el guapo que dice que no a una propuesta así. La cervecería en un  origen se llamaba Naparbier, ya que era el taproom de la cervecera de Noáin. Después no me preguntéis qué sucedió pero ahora se llama Napargar, no os sé explicar el motivo. El caso es que en sus 20 grifos siguen pinchando unas cervezas de una calidad excepcional, apostando por cerveceras de proximidad (Brew & Roll, Laugar, Basqueland Brewing Project, Mala Gissona...) y de joyazas del resto de Europa como Amager, Weihenstephan, Verhaeghe, De Molen, Tempest, De Dochter Van De Korenaar y una infinidad más, todo con una calidad excepcional y un frescor inmejorable, cosa que se agradece.

Durante nuestra estancia por tierras navarricas nos dio para hacerles dos visitazas, ambas de lujo y ambas en la terraza. Nos hizo un tiempo veraniego que en Pamplona en el mes de octubre es una auténtica rareza, así que lo aprovechamos al máximo. Para el resto del año (allí pega rasca de lo lindo) en su interior hay una amplia sala con numerosas mesas en el fondo, tras subir las escaleras que dan acceso a la cervecería. Si uno es más de apostarse en la barra también puede hacerlo pese a que el paso es un tanto estrecho. No obstante es un espacio bien aprovechado. Si decidís visitar la cervecería durante los sanfermines ya podéis contar que con bastante probabilidad no va a caber un alfiler, de todos modos podéis probar suerte, nunca se sabe.

Además de la selección de cervezas de tirador cuentan con una nevera con una notable selección en botella, con alguna Lambic y alguna trapista, varias cervezas sin gluten y alguna sin alcohol, vinos y refrescos. Mientras disfrutábamos de las cervezas en su magnífica terraza fuimos observando el ambiente del local, de lo más variado. Público de todas las edades, personas que van allí a tomarse unas cervecitas (como fue nuestro caso), tomarse el aperitivo en la plaza, con un vermutito y unos pintxos o los que van a comer allí directamente. Del tema gastronómico lo siento pero no puedo daros mucha información, ya que ni comimos ni cenamos allí (tampoco pudimos consultar su carta). Lo que sí pudimos probar fueron sus pintxos (la cerveza abre el apetito). De entrada probamos su croquetón, que estaba impresionante, y más adelante mi mujer no pudo contenerse de pedir el pintxo de txistorra. Mira que a mí la txistorra no me gusta pero en cambio la del Napargar estaba impresionante. Así que de lo poco que pudimos probar estaba todo riquísimo. A destacar un muy buen servicio. Eneko estuvo amabílisimo y muy atento ante cualquier demanda, asesorándonos en todo momento y haciendo que estuviésemos muy a gusto. Sin duda es un lugar como para repetir las veces que haga falta cada vez que visitemos Pamplona. Sin más les colocamos su merecidísimo pin en nuestro Mapa Birruno. ¡Hasta pronto!

Balance de daños:

-Amager - Jezebel Juice. Nada más llegar y consultar sus pantallas tuve muy claro lo que quería: la impresionante New England IPA de la cervecera danesa. Es una brutalidad. Muy juicy, muy hazy, muy sabrosa, muy sedosa, supertropical, cítrica, un festival del sabor en la boca. Me encantó y con el solecito, la terracita y las vistas a la plaza fue un momentazo épico. Lagrimones. 4,5%.

-La Pirata - Lab nº008. Mi mujer optó por la Berliner Weiße de la cervecera de Súria elaborada con nísperos. Muy fina, muy ligera, muy suave, no excesivamente ácida para ser una Berliner Weiße, lo que la hace muy bebible, un puntito cítrico de limones y el toquecito de los nísperos muy suave pero muy rico. Entraba como el agua. 2,9%.

-De Dochter Van De Korenaar - Belle Fleur. Estos belgas me dejaron muy flipados con una de sus Belgian Strong Ales y no quise perderme la oportunidad de probar su IPA. Unos belgas haciendo IPAs me parece lo suficientemente curioso como para probarlo. Muy floral, herbácea y amarguita, Muy rica y muy suave, con un toquecito dulzón y maltoso perceptible. Altamente disfrutable. 6,0%.

-Basqueland Brewing Project - Chocolate Tooth. El sábado mis hijos se pusieron hardcoretas con la comida hartos de tanto pintxo, así que no tuvimos más remedio que ceder y llevarlos al Tagliatella de la Plaza del Castillo. ¿Adivináis dónde me tomé el postre? ¡Bingo! Para después de comer una impresionante Imperial Stout. Muy sedosa, con un saborazo a cacao colosal, café suave, algo de regaliz, muy tostada, intensa pero entró de vicio. La disfruté muchísimo mientras mis hijos hacían el cabra por la plaza. 8,5%.

Napargar                       Plaza del Castillo 32, Pamplona                            www.napargar.com                                 948   59   16   65

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