12 de septiembre de 2018

Katarina Ölkafé - Estocolmo


A principios del mes de agosto disfruté con mi familia de unas vacaciones en Estocolmo. Ha sido un viaje que nos hemos tomado con muchas ganas, ya que el verano pasado no pudimos apenas salir de casa debido a nuestra reciente paternidad (por tercera vez). Este año, con el benjamín de la familia ya con un añito nos hemos embarcado en este pequeño periplo por tierras escandinavas. Durante estos días os estaré reseñando todo el material que nos hemos bebido e iré intercalando también las cervecerías, tiendas y restaurantes cerveceros de la capital sueca que hemos visitado durante nuestra semana en la ciudad, que para ir con tres churumbeles pues qué queréis que os diga, aún gracias de todo lo que hemos podido ver y beber.

El primer día no dio para nada debido a la movida que comporta el viaje en sí (retrasos aeroportuarios, traslados, asentamiento ibérico y llenada de nevera). El segundo día birrunamente solo dio para visitar el Systembolaget (mañana os explico lo que es) y al tercer día sin actividad birruna ya me entró la ansiedad y el mono birril. Mi mujer me mandó a comprar hamburguesas para la cena de los niños y me dije "ésta es la mía", así que decidí hacer una visita al Bottl3 5hop, pero me lo encontré cerrado. Aquí os podéis imaginar todo el vocabulario del Capitán Haddock saliendo de mi boquita. Ante la adversidad me fui con el enano en el cochecito a echar las primeras birras en el cercano Katarina Ölkafé, la cervecería craft más cercana a nuestro pasajero hogar.

El Katarina está ubicado en la isla -por lo visto de moda- de Södermalm, al sur del centro de la ciudad y de toda la movida turística. Para mí fue la localización perfecta para nuestra estancia con los churumbeles. Es un barrio tranquilo con parques y fuentes para que se bañen los peques, pero a la vez con una vibrante vida de terrazas, panaderías craft, restaurantes de cualquier tipo de cocina del mundo (¡imprescindible visitar el tailandés Koh Phangan! ¡¡¡es tan kitsch que mola mogollón!!!) y por supuesto las mejores cervecerías de la ciudad, este último fue el motivo real de la elección de esta zona para hospedarnos. Si alguno de los que me leéis estáis pensando visitar la capital sueca os recomiendo totalmente Södermalm. Katarina Bangata -la calle donde se ubica el Katarina Ölkafé- es un ancho bulevar repleto de terrazas, donde también se celebran mercadillos y donde hay una vidilla muy agradable, pero a la vez se respira mucha tranquilidad y ganas de disfrutar (sobre todo en agosto, porque en enero te puedes cagar de frío). En medio de su animada vida se encuentra el Katarina Ölkafé, donde me planto -trípode en mano- con mi el menor de mis hijos sobao en el cochecito.

Entro allí y me atiende una camarera muy maja. Le pregunto si puedo hacer fotos para el blog y se va a buscar al dueño. El espacio no es muy grande pero sí muy acogedor y agradable. El mejor sitio para apostarse es la barra, aunque también cuentan con una pequeña zona con mesas altas y taburetes. Con el tiempo que hace la mayoría de la gente está disfrutando del buen tiempo en la terraza. Al poco rato aparece Aless, el dueño, un tío muy enrollao que está al mando de la cocina. A nuestra conversación también se une otro de los camareros -un tío también muy legal. Los tres con muchas ganas de explicarnos cosas de nuestros panoramas birrunos en nuestras respectivas ciudades. Se crea allí un ambiente muy acogedor y agradable. Yo entretanto me voy tomando la primera mientras observo detenidamente su nevera, con joyitas de 3 Fonteinen, Dupont y Orval, pero sobre todo bastante producto local: PKLK, Stockholm, Canoe, Brewing Költur, Tempel, Fjäderholmarnas o Unibärsum. En sus tiradores la cosa apunta en la misma línea: aprecian mucho el producto de proximidad. Todo el producto es de Suecia, algunas hechas en el mismo Estocolmo, otras de Upsala, como por ejemplo Aros y Tempel, y también de Hölo, como Brewing Költur. Intuyo que el resto de días del año el producto sueco va rotando con bastante celeridad. La verdad es que con lo que tienen allí los suecos no necesitan en absoluto importar nada de nadie. Si solo con lo que nos llega a España es para ponerse a babear, imaginaos metidos allí en todo el meollo, con lo que nos llega y con lo que no. A tutti. Una auténtica locura.

Después de un placentero rato con mis interlocutores hago el amago de irme -recordad que iba a por las hamburguesas de la cena de los niños- pero aparece el dueño con un plato para mí, para que pruebe el roast beef al estilo de Brooklyn que aprendió a hacer cuando vivía en Nueva York. ¡Este tío es un crack! No sabía como agradecérselo, ¡estaba buenísimo! Ahí fue cuando me vi en la obligación de pedirme la segunda, que fulminé en cuestión de segundos acompañada del delicioso roast beef mientras el camarero me daba conversación. Qué rato más agradable. Me hubiese gustado tanto disfrutarlo con mi mujer y el resto de churumbeles... pero dadas las circunstancias estar allí fue casi como un milagro. Viajar y visitar cervecerías para escribir reseñas no es fácil, os lo digo yo. La vida del bloguero birrero es muy dura. Le pregunto al dueño qué más tienen allí para comer por si suena la flauta y acabo volviendo con mi señora esposa y churumbela 1 + churumbel 2. Me dice que su especialidad es el mac and cheese, pero también cuentan con una carta de bocadillos muy variada: de pastrami, veganos de kimchi casero y de salmón ahumado. También tienen sopas de albóndigas, tacos y pequeños aperitivos de almendras, patatas chips y salchichas.

La segunda ronda y el roast beef me duran muy poco ¡estaba todo delicioso! Muy a mi pesar me tengo que despedir. Les agradezco a todo su equipo su amabilidad y les prometo que cuando vuelva de vacaciones les escribiré su reseña correspondiente. ¡Aquí la tenéis! ¡Un fuerte abrazo! Les colocamos su correspondiente pin en nuestro Mapa Birruno.

Balance de daños:
-Stockholm - India Pale Ale. La primera en caer fue la IPA local de Stockholm Brewing, de los que en España solo había probado la colaboración que hicieron con los neoyorquinos Other Half. Se trata de una IPA muy herbácea y refrescante. Entra muy bien. Un poquito resinosa pero resulta ligera de trago. No es excesivamente amarga. 6,0%. Un buen comienzo.

-Tempel & Fjäderholmarna - Archipelagose. La segunda, para acompañar el roast beef, fue esta fantástica Gose de esta cervecera de Upsala que han elaborado en colaboración con Fjäderholmarna, ubicada en las islas que llevan el mismo nombre, al este de Estocolmo. Sin frutas ni nada, Gose a pelo. Riquísima, me gusta incluso más que la IPA anterior. Muy ligera de trago y muy refrescante. Obviamente ácida como cabía esperar y con el punto salino perfecto, muy suave, lo suficiente para notarlo pero sin que te resulte como una ahogadilla en Magaluf. Riquísima.

Katarina Ölkafé               Katarina Bangata 27, Estocolmo (Suecia)                 www.katarinaolkafe.se           +46   8  644   64   43

4 comentarios:

  1. Estaré atento a tu viaje, es uno de esos sitios a los que tenemos ganas en casa, pero principalmente por motivos económicos lo vamos dejando de lado... ¡ya caerá! :-)

    Un saludo!

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    1. Suecia es un país caro pero se puede sobrevivir si uno se lo plantea. A nosotros cinco por ejemplo nos salió más barato volar con Norwegian a Estocolmo que irnos 4 (cuando el peque aún no había nacido) a Granada con Vueling hace 2 años. El avión no es un problema. Luego si uno se plantea alquilar un apartamento te puedes llevar el embutido de aquí y cenar un poco ligero a base de birra, pan, embutido y queso. Las cervezas artesanas en el monopolio del estado rondan los 2,50€. Loque sí es caro es ir de restaurantes. A nosotros el día que más nos crujieron, en Stotorget (la plaza más turística de todo Estocolmo) fueron 75€ los cuatro, también te digo que éramos bastante comedidos con lo que pedíamos. Para ir de baratini también hay mucho kebab, pizzerías y el recurso de un McDonalds guarrete, en estos casos todo vale. Es cuestión de proponérselo y ahorrar un poco. ¡Un abrazo!

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    2. Pues también tienes razón, que por sobrevivir a base de kebab y buena birra unos días no pasa nada jajaja

      Un saludo!

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    3. Lo que sí te van a crujir son las birras de tirador, entre 7 y 10 pavos, esas sí que duelen ¡pero un día es un día! yo creo que si vais un puente de 4 días lo podéis aprovechar guay sin necesidad de dejaros un pastizal. ¡Un saludo!

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