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8 de junio de 2025

La Petite Huguette - Gruit du Jardin v1.1

Y también recomendada por Joan de La Voie Maltée se vino pa la saca la cerveza que nos atañe hoy.

El amable tendero puso especial énfasis en que era una de las brasseries de reciente irrupción que más lo estaban petando era precisamente La Petite Huguette -con fábrica en Castelnáu-d'Estrétefonds- y que su buque insignia era su Gruit du Jardin v1.1. No era precisamente la cerveza que me hubiera comprado, seguramente me hubiera llevado a casa su Saison con brett, pero a la postre se lo he acabado agradeciendo infinitamente, porque además de ser una cerveza deliciosa he podido ampliar un poco más mi repertorio de cervezas Gruit.

La cerveza está elaborada con malta de cebada Pils y trigo, lúpulos Aramis y Barbe Rouge, las levaduras WLP4047, WLP4641, lactobacillus y el gruit compuesto por: Milenrama, menta, ajedrea, hojas de grosella, verbena, romero y ajenjo. Todas ellas recién recolectadas del jardín familiar el mismo día de la elaboración. Qué bien detallada está la receta, así da gusto. Me ha sorprendido el hecho que la receta lleve dos variedades de lúpulo, ya que pensaba que las cervezas Gruit no llevaban en absoluto.

Al turrón. La sirvo en copa TeKu. Presenta un color pálido, con tendencias hacia lo dorado, límpida y sin ningún tipo de impurezas o partículas en suspensión. Nada más proceder a escanciar ya he visto que poco o nada podía hacer por sacar algo de espuma. Capa de espuma finísima, prácticamente inexistente, que tarda tan solo unos segundos en desaparecer. No obstante, la retención del carbónico no es mala, de modo que las burbujitas nos proporcionan una sensación picante en la lengua durante toda la cata.

Al asomar a Cyrano puedo disfrutar de un agradable aroma a flores y hierbas aromáticas. Realmente es como oler un jardín, tal y como indica el nombre de la cerveza. En boca es una cerveza deliciosa, con un cuerpo muy ligero, que la hace muy bebestible. Cuenta con una acidez muy sutil, que nos aporta el lactobacillus, que proporciona al conjunto una sensación refrescante y le da a la cerveza un sabor muy rico, que me recuerda al yogur. Todo muy suave y harmonioso. Evidentemente el sabor viene totalmente marcado por el gruit. No he podido identificar todos los botánicos, pero sí la menta y el romero (los más evidentes) y la verbena, que la tenía muy reciente de la Wheat Ale de Effet Papillon que reseñé hace unos días. Muy rica, herbácea, floral, con todo en equilibrio y fluyendo en total harmonía. Me ha encantado. ¡Qué gran recomendación! Me costó 5,40€. Botella de 33cl.

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