La escena craft polaca es inabarcable, está la cosa por allí que es una locura. Recuerdo que hace cinco años le tuve que pedir a mi hermana -que por aquel entonces se fue de vacaciones a Polonia- que me trajera unas cuantas cervezas artesanas de allí, porque lo que nos llegaba era muy escaso. La cosa ha cambiado considerablemente, hasta el punto de tirar la toalla por el hecho de no poder seguir el ritmo de lo que nos llega a España desde dicho país.
Traigo de vuelta a los prolíficos Funky Fluid, que además de producir interminables ejemplares de New England IPAs y de Fruited Sours se adentran en otros derroteros birrunos poco frecuentados el resto de productores artesanos, y con mucha maestría, añado.
No me hacía falta otra Fruited Sour en mi repertorio, pero joder, hace pocas semanas untrapper introdujo una insignia nueva, que consistía en degustar cinco cervezas servidas como un slushie (algo así como una birra granizada). A ello me puse.
De Smoothy Sours, Slushy Sours o Slushie Sours -como queráis llamarlas- he probado unas cuantas, la mayoría de ellas provenientes de los Estados Unidos. Era un estilo que a mí personalmente a priori no me atraía especialmente, pero después de degustarlas debo admitir que son droga dura. Con el hecho de servir una cerveza de 6 pavetes granizada -después que nos hayan repetido hasta la saciedad que la cerveza no debe servirse muy fría porque anestesia los sentidos- me producía mucho reparo, pero después de haberlo probado vuelvo a insistir en lo mismo: droga dura.
Para realizar el experimento me aseguré de elegir bien el ejemplar en cuestión. Una cerveza que se llama Gelato, ya incita a la violencia glacial, y si además añade el subtítulo Ice Cream Sour es que has dado en el clavo. De la interminable serie Gelato de los polacos, quería algo que fuera realmente estridente, de granizado de esos de heladería guarra que te echan siropazo por encima del hielo picado, así que Verde ha sido la mejor cerveza que podía elegir para dicho propósito. La cerveza lleva malta de cebada, malta de trigo, copos de avena, copos de trigo, mango, grosella, kiwi y espirulina, que es la que aporta tan llamativo color.
La iba a servir en el típico vaso de plástico con tapa semiesférica, pero no me ha dado tiempo a pasarme por el chino a por uno, así que la he servido en vaso shaker y he añadido la cañita correspondiente. El color es de un verde muy vivo, que hace saltar por los aires la escala EBC. En aroma es todo kiwi. Al servirla granizada no ha salido espuma, pero sí he notado una sensación picosilla en boca del carbónico durante toda la cata. En boca es una cerveza muy sabrosa, pese a que el frío anestesia el sentido del gusto. Todo fruta. Un poquito ácida, que queda totalmente compensada por la cantidad demencial de fruta, aportando un dulzor muy rico y adictivo nada empalagoso. Destaca el kiwi, pero ojo, porque el mango está ahí de fondo aportando un sabor dulce excepcional. La grosella no la he encontrado. Te fundes la lata de medio litraco en un cero coma, y sin ninguna sensación alcohólica 5,5%. Ultrarrefrescante hasta decir basta. Me ha encantado el invento. Me faltan cuatro más para completar la gracia. Comprada refrigerada en Sol de Gracia por 6,10€. Lata de 50cl.
WTF!
ResponderEliminarjajajajajaja no me extraña tu comentario
EliminarParpadea mucho si necesitas ayuda!
ResponderEliminarAlgún lector preocupado llamó a proyecto hombre y al día siguiente tenía a dos de sus representantes llamando a la puerta de casa.
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