Una de las cerveceras que no quería perderme durante este viaje era Hespebay. Lamentablemente se trata de otra microbrasserie extinta que cerró sus puertas el pasado mes de abril tras más de diez años de trayectoria y después de haber sufrido un litigio de 18 meses (no especifican el motivo).
El papá de la brasserie era Fabien Nahum, un abogado que, entre juicio y juicio, hacía sus pinitos como homebrewer en la cocina de su casa. En 2013 elaboró su primer gran lote de 10 hectolitros en las instalaciones de una cervecera de Batignolle. Dicho lote tuvo muchísimo éxito y vino seguido de otros más, hasta el punto de abrir su propia fábrica en Groslay. Durante la vida de la brasserie elaboraron muchísimos estilos (entre ellos IPAs, Lagers o Porters) pero el grueso de su producción se centraba en cervezas Saison, de ahí mi interés personal.
Del repertorio disponible en Kaspar & Lupulin, el tendero me recomendó FOMO. Se trata de una cerveza elaborada a partir de malta de cebada y de trigo, donde se ha realizado una fermentación láctica y posteriormente se ha refermentado con Brettanomyces Bruxellensis.
FOMO es el acrónimo de Fear Of Missing Out, es decir, el miedo a perderse algo. Algo así como cuando vosotros os pasáis todo el día visitando mi blog por miedo a que haya publicado una nueva reseña y os la perdáis. Al turrón. La sirvo en copa TeKu. Presenta un color dorado subido, con tendencias hacia lo anaranjado. Muy bien de carbonatación -a la vista está- dando pie a una generosísima corona de espuma blanca, muy tupida y persistente.
Al asomar el napial de entrada me vienen aromas que me recuerdan a la sidra, la manzana, la pera o el membrillo. En una segunda fase olfativa he podido detectar notas cítricas, florales e incluso un poquito de fruta de hueso. Bastante completita. En boca cuenta con una acidez láctica moderada, bastante agradable y refrescante. El brett a mi juicio está un pelín pasado de rosca. No tanto en su aportación a lo ácido, sino más bien en intensidad caballil. Sensación establera, eso que dice los expertos de manta de caballo. Too much. Cuenta con una agradable retahíla de fruta que equilibra lo anterior: ciruelas, peras, manzanas y notas cítricas muy graciosas. Sensación en boca bastante terrosa y bastante seca al final. Para ser la primera cerveza elaborada con brettanomyces de Hespebay me ha parecido bastante lograda. Me he quedado con la espinita clavada de no haberme comprado las otras dos referencias que tenían en la tienda, dos Saisons con un pintón increíble. 6,0%. Me costó 7,40€. Botella de 50cl.
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