Páginas
31 de mayo de 2025
De Ranke - Franc Belge
30 de mayo de 2025
Omer Vander Ghinste - LeFort Tripel
29 de mayo de 2025
De Koninck - Tripel d'Anvers
28 de mayo de 2025
Petrus - Aged Pale
27 de mayo de 2025
General - Patriot
26 de mayo de 2025
Hitachino Nest - Red Rice Ale
En mi último paseo por el barrio de Gràcia de Barcelona, hice una visitilla a la tienda Asian Origins con el fin de comprar algunos ingredientes para realizar mi receta de ramen. Y ya que estábamos, por supuesto me acerqué a la neverilla de las birras asiáticas para echarle un ojo.
Fue fructífera dicha visita, ya que hallé allí una de las pocas referencias de Hitachino Nest que me deben faltar para completar "la colección de cromos". Para casa que se vino.
La cerveza en cuestión se llama Red Rice Ale, y como indica su nombre es una Ale elaborada con arroz rojo tradicional japonés, además de malta de cebada y copos de cebada.
La sirvo en copa TeKu. Presenta un color ambarino con tendencias a lo rojizo. Límpida, sin turbidez, nada velada y nada de poso. Muy carbonatada. Dadas mis tendencias escanciadoras, como he visto que la cosa subía en abundancia, he parado para que se asiente la espuma y acercar el napial para detectar aromas. Corona de espuma muy gruesa, compacta y de color blanco de gran persistencia. Buena retención del carbónico.
En nariz destaca el aroma a cereal, quizás condicionado por la lectura de la etiqueta me ha parecido oler a arroz, aunque no era nada evidente. Puede que fuera la autosugestión. Sí cebada y sí aromas afrutados. Muchos más ésteres que fenoles. En boca es una cerveza sabrosa, rica, con la sensación del carbónico que resulta picante en la lengua durante toda la cata. Bien de cuerpo, aunque para tener un 7,0% de graduación alcohólica se bebe con cierta facilidad. Sabor a cebada de base, con ese toque de arroz que podría recordarnos más al sake que no al arroz a la cubana y lo que sí me ha sorprendido, y muchísimo, es un inesperado sabor notable a fresas y frambuesas que me ha dejado loquísimo. Nada dulce, nada cansino ni empalagoso. Se bebe bien y me hubiera gustado maridarla con el tataki de atún que me zampé ayer y que estaba de soltar el lagrimón. Creo que le hubiera venido como anillo al dedo. Comprada refrigerada en Asian Origins por 5,81€. Botella de 33cl.
25 de mayo de 2025
Dúa - Coco
24 de mayo de 2025
Dúa - Ginger
23 de mayo de 2025
Dúa & Juguetes Perdidos - Marilyn
22 de mayo de 2025
Bådin - Saison Larsen
19 de mayo de 2025
Funky Fluid - Gelato Verde
La escena craft polaca es inabarcable, está la cosa por allí que es una locura. Recuerdo que hace cinco años le tuve que pedir a mi hermana -que por aquel entonces se fue de vacaciones a Polonia- que me trajera unas cuantas cervezas artesanas de allí, porque lo que nos llegaba era muy escaso. La cosa ha cambiado considerablemente, hasta el punto de tirar la toalla por el hecho de no poder seguir el ritmo de lo que nos llega a España desde dicho país.
Traigo de vuelta a los prolíficos Funky Fluid, que además de producir interminables ejemplares de New England IPAs y de Fruited Sours se adentran en otros derroteros birrunos poco frecuentados el resto de productores artesanos, y con mucha maestría, añado.
No me hacía falta otra Fruited Sour en mi repertorio, pero joder, hace pocas semanas untrapper introdujo una insignia nueva, que consistía en degustar cinco cervezas servidas como un slushie (algo así como una birra granizada). A ello me puse.
De Smoothy Sours, Slushy Sours o Slushie Sours -como queráis llamarlas- he probado unas cuantas, la mayoría de ellas provenientes de los Estados Unidos. Era un estilo que a mí personalmente a priori no me atraía especialmente, pero después de degustarlas debo admitir que son droga dura. Con el hecho de servir una cerveza de 6 pavetes granizada -después que nos hayan repetido hasta la saciedad que la cerveza no debe servirse muy fría porque anestesia los sentidos- me producía mucho reparo, pero después de haberlo probado vuelvo a insistir en lo mismo: droga dura.
Para realizar el experimento me aseguré de elegir bien el ejemplar en cuestión. Una cerveza que se llama Gelato, ya incita a la violencia glacial, y si además añade el subtítulo Ice Cream Sour es que has dado en el clavo. De la interminable serie Gelato de los polacos, quería algo que fuera realmente estridente, de granizado de esos de heladería guarra que te echan siropazo por encima del hielo picado, así que Verde ha sido la mejor cerveza que podía elegir para dicho propósito. La cerveza lleva malta de cebada, malta de trigo, copos de avena, copos de trigo, mango, grosella, kiwi y espirulina, que es la que aporta tan llamativo color.
La iba a servir en el típico vaso de plástico con tapa semiesférica, pero no me ha dado tiempo a pasarme por el chino a por uno, así que la he servido en vaso shaker y he añadido la cañita correspondiente. El color es de un verde muy vivo, que hace saltar por los aires la escala EBC. En aroma es todo kiwi. Al servirla granizada no ha salido espuma, pero sí he notado una sensación picosilla en boca del carbónico durante toda la cata. En boca es una cerveza muy sabrosa, pese a que el frío anestesia el sentido del gusto. Todo fruta. Un poquito ácida, que queda totalmente compensada por la cantidad demencial de fruta, aportando un dulzor muy rico y adictivo nada empalagoso. Destaca el kiwi, pero ojo, porque el mango está ahí de fondo aportando un sabor dulce excepcional. La grosella no la he encontrado. Te fundes la lata de medio litraco en un cero coma, y sin ninguna sensación alcohólica 5,5%. Ultrarrefrescante hasta decir basta. Me ha encantado el invento. Me faltan cuatro más para completar la gracia. Comprada refrigerada en Sol de Gracia por 6,10€. Lata de 50cl.