10 de agosto de 2025

General - Big Lemonski

Del pack que me compré en febrero para hacer una prospección del panorama eslovaco, les he ido dando salida a un ritmo cada vez más desacelerado conforme iba disminuyendo mi entusiasmo cata tras cata. Quizás haya tenido mala suerte con la selección o con las cerveceras, pero con lo que he podido ir viendo podría resumirlo como decepcionante.

El quinto ejemplar del país en cuestión es Big Lemonski, otra vez de General Pivovar. Se trata de una IPA elaborada con malta de cebada, malta de avena y trigo, un double dry hopping de no se sabe qué lúpulos y la adición de limoncillo.

La sirvo en vaso shaker. Presenta un llamativo color anaranjado. Viene un tanto turbia, pero sin esa opacidad y ese aspecto de biofrutas. Carbonatación correcta sin idas de madre. Corona de espuma justa, compacta y de color blanco de persistencia media.

Al asomar el napial me vienen aromas afrutados que me recuerdan a la uva, los cítricos y mango. En boca es una cerveza de cuerpo ligero y no es especialmente sedosa. El sabor va bastante en la misma línea que el aroma, con ese rico sabor a uva, los refrescantes cítricos y el puntito del mango que le da un toque muy agradable. El limoncillo no lo he notado especialmente, no es un adjunto que cobre demasiado protagonismo. Esto casi lo veo más como una virtud que como un defecto. En ocasiones es mejor no pasarse. IPA rica, quizás no demasiado exuberante en sabor, pero al menos agradable y bebestible. 5,8%. Comprada en Beerdome por 4,14€. Lata de 50cl.

9 de agosto de 2025

Castelló Beer Factory - Dram

La misma tarde en la bocatería La Gàbia de Benicàssim me dio también para chuflarme esta lata de Castelló Beer Factory. Como no podía ser de otra manera otra NEIPA. Que no se diga que la cerveza tiene más de doscientos estilos diferentes.

La joyita se llama Dram, y su receta lleva malta de cebada, malta de avena, malta de trigo y los lúpulos Idaho 7, Columbus, Cryo Citra y Mosaic. A tenor de la etiqueta pensé que llevaría sandía como adjunto que tal vez la hiciese salirse un poco del tiesto. Pero no.

La sirvo en el vaso shaker que me proporciona el establecimiento. Presenta un bonito y vistoso color anaranjado con la turbidez característica del estilo. Muy bien de carbonatación, que me deja un bonito sombrero de espuma blanca, compacta y persistente.

Al acercar el napial puedo disfrutar de aromas que me recuerdan al mango, el melocotón y el albaricoque. En boca es una cerveza muy sedosa, con cuerpo, muy agradable al tacto. Aún así se bebe con facilidad, aunque con estos calores mortales yo me bebería hasta un cubata de Stroh 80. Los sabores van en sintonía con los aromas, con deliciosos sabores de mango, melocotón y albaricoque que es como morder la fruta. Muy jugosita, muy rica, la verdad es que ultradisfrutable pese al hastío que me produce el estilo. Muy buen trabajo. 6,2%. Lata de 44cl.

8 de agosto de 2025

La Grúa - Amnesia Haze

Hace unas semanas tuve la fortuna de regresar a Benicàssim y poder visitar la bocatería La Gàbia por enésima vez. Pese a que las referencias craft se han reducido considerablemente por la falta de salida del producto. No obstante, entre lo que había disponible pude disfrutar de alguna NEIPA local. Ya no digo alguna cerveza artesana local porque lo único que te encuentras a día de hoy son NEIPAs.

La primera en caer fue Amnesia Haze, otra New England India Pale Ale de los de Pontejos. La receta lleva malta de cebada, trigo y avena y los lúpulos Citra, Mosaic y Galaxy.

La sirvo en el vaso que me proporciona el establecimiento. Presenta un color albaricoque, entre el amarillento y el anaranjado, y y la turbidez característica del estilo. Muy bien de carbonatación, con una generosa corona de espuma blanca, compacta, cremosa y persistente.

En nariz destacan los aromas cítricos y de fruta tropical. En boca es una cerveza con cuerpo, sedosa, pero a la vez bebestible. Destacan los sabores cítricos, también aparece un rico sabor a piña y un puntito herbáceo agradable. Quizás no me haya parecido la mejor NEIPA de Alejandro y su equipo, pero aún así muy disfrutable. 6,1%. Lata de 44cl.

7 de agosto de 2025

Ma Che Siete Venuti a Fà - Roma

 

Han pasado diez añazos desde la última vez que visité Roma, pero por fin he podido sacarme una espinita que tenía clavada nel mio cuore. Sí, amigos y amigas, por fin he podido visitar el Ma Che Siete Venuti a Fà, la que algunos dicen es la mejor cervecería de toda Italia.

Fueron poquitos los días que estuvimos de vacaciones en Roma, y la verdad es que lo mío dista mucho de lo de ese filme de Gregory Peck y Audrey Hepburn. Ni paseos en Vespa ni nada de eso. Bueno sí. Emulamos a Peck y Hepburn haciendo la capullada suprema de la mano en la boca della verità.  Aquí el menda con la parienta, hijos, hermanos, cuñados, padres y suegra de aquí para allá por la ciudad eterna. La verdad es que ya me veía otra vez como hace diez años, sin poder visitar el Ma Che Siete, pero, en este caso, una jodienda de Vueling resultó beneficiosa para mis planes birrunos, y es que nos retrasaron considerablemente el vuelo de regreso. Así que el último día, dispusimos de un inesperado tiempo extra que invertimos en visitar el Trastévere, y como no, por fin, el Ma Che Siete Venuti a Fà. Allà vamos.

En 2001 Manuele Colonna (autor de Birra in Franconia) inauguraba en pleno corazón del Trastévere, el Ma Che Siete Venuti a Fa, una cervecería especializada en cerveza artesanal. Este hecho es bastante significativo, ya que por aquel entonces, la cerveza artesanal en nuestro país no es que estuviese en pañales, es que prácticamente no existía (las únicas referencias de la época son Naturbrub de Madrid y La Cervesera Artesana de Barcelona). En Italia nos llevan varios años de ventaja y eso se nota.

El local, a lo largo de los años, se ha convertido en un templo de la cerveza de obligada visita. Manuele suele cuidar muchísimo la selección de sus cervezas. Si lo seguís en redes sociales siempre lo veréis viajando, principalmente por Bélgica y Alemania, conociendo a los productores y catando la cerveza en su lugar de origen. Normalmente lo veréis acompañado de un buen séquito, entre los que se encuentra Martina -AKA La Baronessa della Birra- creadora de contenido y que además suele estar a menudo tras la barra del Ma Che Siete. El año pasado Manuele inauguró una segunda sucursal en Roma (Macche, a secas) en el barrio de Monteverde, cerca del Birrifugio y el Luppolo Station.

Para llegar allí es relativamente sencillo (digo lo de relativamente porque hace diez años me perdí y no pude llegar). Si se cruza el río Tíber por el puente Sisto, una vez en la otra orilla, solo hay que tomar la Via Benedetta y llegar hasta allí. Yo en esta ocasión venía desde el lado contrario. Hice el recorrido a pie desde la basílica de San Pedro cruzando por el puente Giuseppe Mazzini y bajé por Via della Lungara. El caso es que llegué.

Eran las doce y media del medio día de un lunes, por lo que estaba prácticamente vacío. El local dispone de una terraza con cuatro pequeñas mesas para todos aquellos que quieran morir por la canícula romana durante el día. Durante la noche imagino que aquello se pone petao y debe ser imposible poder sentarse. Me consta que se puede beber de pie fuera.

Una vez dentro nos da la bienvenida la barra, que queda a mano izquierda, y ya está, porque no cabe nada más. El espacio es minúsculo, y si solo podéis ver los tiradores en la fotografía anterior es porque no hay espacio para echarse más atrás y enfocar toda la sala. Por un momento pensé: "-¡Esto es todo amigos!", pero afortunadamente descubrí un pasillito que da a otra sala, ésta un poquito (solo un poquito) más grande, con tres mesas altas y un tonel que hace de mesa. Todo con taburetes ante la imposibilidad de poner sillas. Es comprensible dado a que se trata de un edificio antiguo del Trastévere. Aprovechando que mi hijo menor tenía que miccionar bajé al piso de abajo.

Por fortuna, el espacio subterráneo es un poco más grande (y agradable). Allí hay dos sillas, un pequeño sofá, y numerosos taburetes y mesas bajas para tomar unas cervezas más distendidamente.

Manuele será seguramente una eminencia a nivel cervecero y el Ma Che Siete Venuti a Fà fue considerado el mejor pub cervecero del mundo en 2010 por RateBeer, pero, a mi juicio, el negocio tiene algunas limitaciones que restan muchísimo a la experiencia.

En primer lugar, que el espacio sea minúsculo y lleno de pegatinas por doquier (incluso en los espejos del lavabo) resulta muy cargante y claustrofóbico. En mi experiencia pude disfrutar de mis cervezas cómodamente en una mesa mirando el tenis (recordemos que esto ante todo es un pub de deportes) pero imagino que por la tarde/noche allí no debe caber un alfiler. En segundo lugar el local apesta. Lo digo literalmente, huele mal. Esto sucede un lunes a primera hora, no quiero imaginarme un sábado por la noche. Es este tipo de olor que viene del suelo, que durante décadas se ha ido impregnando de alcohol y que con el calor desprende ese hedor. Me recordó a la taberna el Agüelo de la calle Avinyó de Barcelona, donde en una ocasión pedimos una sangría y un amable camarero nos advirtió con un "-Mejor no", o donde un compañero de facultad (era nuestra segunda carrera) recordaba con anhelo que una vez, cuando iba al instituto enganchó un chicle en una viga de madera del techo, y comprobamos que en efecto el chicle seguía allí. Pues el mismo olor. Ahora bien, la selección cervecera es impecable, eso no lo voy a discutir, pero el local es simple y llanamente cutre.

También se echa de menos una pizarra o una pantalla donde se informe a la clientela de lo que hay pinchado. Tienen una etiqueta encima de cada grifo, pero la información es incompleta y nada clara. En el momento de mi visita tenían una Flemish de Opperbacco, la Saison à l'Ancienne de Monpier Gherdenia (de haberla visto seguramente me hubiese pedido ésta), la Saison de Dupont, la Jambe de Bois de Brasserie de la Senne, algo (no se sabe qué) de Alder de 10,5%, la Helles y la German Pilsner de Kanone, una Rauchbier de no se sabe quien, y cosas (no se sabe qué) de Vento Forte, Alder, Birra dell'Eremo y Wirth. Como hacía tiempo que quería catar algo de Alder, me pedí -en un acto de fe- lo que hubiese pinchado, que resultó una IPA. El camarero, bastante parco en palabras, me sirvió una pinta sin ni siquiera preguntarme si quería media o una entera. La alegría de la huerta. Sí se agradece que las cervezas franconas están debidamente marcadas, esto, a mi amigo Hugo del blog Hipos Urinatum seguramente le encantará.

Cuentan con una pequeña nevera con un arsenalete de botellas de Hill Farmstead, 3 Sons, Moksa, Anchorage, Antidoot, Boerenerf, 3 Fonteinen, Cantillon, De Dolle, Maestri del Sannio, Ca' del Brado, Cantina Errante o Brasseria della Fonte. casi nada. Selección de cervezas impecable, nada nuevo. Ahora bien, me planteo seriamente si en un futuro volviese a Roma si me pasaría de nuevo por el Ma Che Siete Venuti a Fà. Se junta aquí toda una amalgama de factores positivos y negativos. De momento les coloco su respectivo pin en el celebérrimo Mapa Birruno.

Balance de daños:

-Alder - Kiwi Party. Revisando las fotografías quizás no es la cerveza que me hubiese pedido, pero tenía muchísimas ganas de conocer el producto de estos lombardos, de los que había leído maravillas. tienen una veintena de Lagers de inspiración europea, pero fui a dar con una New Zealand IPA. Un trabajo muy fino. Muy sabrosa pero a la vez ultrababestible. Notas de piña, cítricos y un toque herbáceo, que entró glugluglú sin enterarme. 6,0%.

-Kanone - Pils. Primera toma de contacto con la brauerei francona. German Pils elaborada con lúpulos Opal, Herkules y Spalter Select. Aroma floral, en boca ultrabebestible, con sabor a malta, grano crudo, pan. De trago ligero pero muy sabrosa. Magistral. 4,9%.

Ma Che Siete Venuti a Fà                Via Benedetta 25, Roma (Italia)              www.football-pub.com              info@football-pub.com          +39  06  4291  8213

6 de agosto de 2025

Gat - GatBrewing365

Y una de las cervezas que me llevé al concierto, pero que finalmente no se abrió, fue esta GatBrewing365 de la cervecera barcelonesa Gat, así que me la abrí en mi casa.

La cervecera en cuestión, quizás no se haya creado ayer, llevan un tiempecito trabajando, aunque es una cervecera de reciente creación si la comparamos con otras más consolidadas en nuestro país. Me he encontrado en numerosas ocasiones con sus cervezas en diferentes tiendas y cervecerías, y si soy honesto, no les había dado una oportunidad hasta la fecha por el hastío que me producen las New England IPAs.

Elaborada con malta de cebada, trigo y avena, levadura, CO2 y los lúpulos Citra Cryo, Mosaic Cryo, Nectaron y Motueka.

La sirvo en copa. Presenta un bonito color anaranjado y la turbidez característica del estilo. La carbonatación es abundante y da lugar a una generosa corona de espuma blanca, tupida, cremosa y persistente.

Al asoma la tocha me vienen aromas que me recuerdan a los cítricos y la fruta de verano. En boca tiene un cuerpecito notable, y su paso es sedoso. Los sabores son bastante cítricos, donde destacan la naranja, el pomelo y la mandarina, aunque también con altas dosis de melocotón. Nada amarga. Muy rica, aunque a mí personalmente este tipo de elaboraciones ni me apetecen ni me aportan nada nuevo. 6,0%. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix por 4,89€. Lata de 44cl.

5 de agosto de 2025

Almogàver - Hop & Roll Vicious IPA

La segunda cerveza que cayó durante la cena, acompañando unos tacos de cochinita pibil fue la Hop & Roll Vicious IPA, de los barceloneses Almogàver

Elaborada con malta Maris Otter, Munich y copos de trigo y los lúpulos CTZ (Columbus, Tomahawk, Zeus), Cascade, Willamette y Mosaic.

La sirvo en la copa que me proporciona el establecimiento. Presenta un color anaranjado claro, con cierta turbidez, supongo que debido a la adición del trigo. Bien de carbonatación, con una correcta corona de espuma blanca, tupida, cremosa y persistente de color blanco.

En nariz es bastante agradable, con notas afrutadas que me recuerdan a la fruta de hueso, los cítricos y la fruta tropical. En boca es muy bebestible, entra bastante bien, no se hace nada pesada, con notas refrescantes de cítricos, fruta tropical, y un fondo herbáceo muy rico que da paso a un final notablemente amargo (40 IBU). La verdad es que me gustó muchísimo, y eso que hacía muchos años que no tomaba nada de Almogàver. 5,3%. Botella de 33cl.

4 de agosto de 2025

Cardeña - Tripel

Y como el concierto del que os hablaba ayer comenzaba a las 10 de la noche, nos fuimos a cenar a un restaurante mexicano cercano, que -oh, sorpresa- contaba con varias referencias artesanales.

La primera que me pedí fue esta Tripel de la cervecera Trapense Cardeña. Aunque los del monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos) afirman elaborar la única cerveza trapense de España, ésta no puede llevar el sello de autenticidad Trappist al no estar ni elaborada dentro del monasterio ni por los propios monjes, así que el tema queda un poco ful. Según informaba el compañero Joe del blog Birras y Quesos se la elabora Maltman por encargo.

La sirvo en la copa que me proporciona el establecimiento. Presenta un color ambarino subido. Carbonatación abundante, que da pie a una buena corona de espuma compacta, de color blanco y persistencia media.

En nariz me resulta muy afrutada, poco especiada, con la balanza totalmente decantada hacia el lado de los ésteres. En boca es bastante dulce, con notas almibaradas, maltosa, con el puntito de la levadura belga muy suave. El alcohol está bastante bien integrado (7,0%). No es una cerveza que me haya resultado extraordinaria, pero al menos sí la encontré disfrutable, máxime cuando lo único que me esperaba encontrar en aquel negocio era Coronita, así que date con un cantito en los dientes. Botella de 33cl.

3 de agosto de 2025

Kom Beer - Petribirra

A principios de este verano fui con unos colegas de concierto. Como a día de hoy, la cerveza que venden los lateros es bastante mala sin excepciones, suelo llevarme la nevera portátil rellenita de latas craft y poder beber cerveza de calidad antes y después del evento.

Como iba con más gente no iba a andarme con remilgos, así que compré unas cuantas NEIPAs en la General de Begudes, que es lo que suelen beber mis colegas.

Para iniciar la tarde nos abrimos Petribirra, una New England Double India Pale Ale de la cervecera manlleuense Kom Beer. La receta lleva malta de cebada, avena y trigo y los lúpulos Krush, Mosaic y Simcoe. Los que hayáis visto TV3 a principios de los años 90 pillaréis lo del nombre y la ilustración de la etiqueta de la cerveza. Eso querrá decir que ya tenéis una edad.
La sirvo en vaso shaker -sí, también me llevé el vaso- y presenta un color claro, pálido, amarillento, turbio y con un aspecto similar al de un zumo de piña. Carbonatación media, con una espuma moderada de color blanco, no demasiado espesa ni persistente.

En nariz destaca la fruta tropical, con la piña sobresaliendo, y también con notas herbáceas y cítricos. En boca es una cerveza con cuerpo pero no especialmente sedosa. l sabor va en sintonía con el aroma, con la piña bastante sabrosa, notas cítricas agradables y refrescantes y bastante fruta tropical. Puntito herbáceo suave. 8,0%. Rica, pero no me ha parecido una cerveza de la calidad a la que nos tienen acostumbrados Kom. Me costó 5,53€. Lata de 44cl.

1 de agosto de 2025

Be.Re. - Roma

 

Durante nuestro tercer día en Roma fuimos a visitar los Museos Vaticanos. Tal y como salimos, enfilé la curva de la muralla cual Miura tomando Mercaderes con Estafeta para llegar a mi destino de hoy: Be.Re.

Be.Re. es una de las mejores cervecerías de toda Roma (y por ende de toda Italia) que está ubicada en un enclave estratégico, justo en los lindes de Ciudad del Vaticano (de hecho, tienes vistas a su muralla), por lo que cualquier guiri que esté de paso por Roma va a pasar por delante de allí, o al menos, muy cerca. En nuestro caso, al estar alojados en el barrio de Prati, dio para dos visitas. Primero fuimos a tomar un refrigero tras una tarde cultureta en la Capilla Sixtina, y como nos gustó tanto, volvimos todos en tropel para cenar aquella misma noche. Por lo tanto, altamente recomendable, tanto por ubicación como por su repertorio birruno.

Be.Re. es una cervecería con 12 grifos rotatorios, dos bombas de mano y tres barriletes de diferentes versiones del Barley Wine Xyauyù de Baladin, que se sirven directamente de la barrica. Además cuenta con un neverón repleto de unicornios imposibles de encontrar en nuestra geografía.

Inaugurado en 2017, contaba con más de veinte grifos y el doble del espacio con el que cuenta actualmente, a raíz de la crisis sufrida durante y tras la pandemia, y la subida de precios generalizada tras la guerra de Ucrania, Be.Re tuvo que asociarse con la cadena de restaurantes Tripizzino, cediéndole la mitad de su espacio al restaurante, de manera que ambos conviven en una curiosa simbiosis.

El espacio se divide milimétricamente por la mitad, dando lugar a dos espacios -Be-Re. y Tripizzino- dispuestos de manera simétrica y conectados por una puerta entre los dos negocios. Comparten la terraza y allí se puede ir a tomar unas cervezas, comer unos tripizzini con una Pepsi o combinar ambas opciones: comerse unos tripizzini acompañándolos por unas buenas cervezas. Nosotros optamos por la tercera opción.

Hay que aclarar que dentro de Be.Re. solo toman nota de las cervezas, y que dentro de Tripizzino solo toman nota de la comida y los refrescos, de manera que si queremos combinar tripizzini y birras debemos instalarnos en la terraza, que es lo que hicimos nosotros. La terraza es bastante amplia y cuenta con numerosas mesas. Para ser temporada alta y ubicándose en un sitio tan turístico la verdad es que me hice cruces de encontrar mesa libre tanto en nuestra primera como en nuestra segunda visita, máxime siendo un número considerable de personas.

En invierno no sé cómo lo deben hacer, supongo que deben tener unas buenas estufas. Tanto en Be.Re. como en Tripizzino, es posible beber y comer en el interior, pero como el espacio es limitado, hay que hacerlo sentado en un taburete. El interior de Be.Re, quizás más cálido, y con una pantalla para ver los deportes, quizás invita más a apostarse en la barra, disfrutar de unas buenas cervezas y tener una agradable conversación con el barman. El interior de Tripizzino, típico de un local de comida rápida, es más frío, y a mí personalmente no me invita a quedarme dentro.

Hablemos de tripizzini. He mencionado varias veces la palabra sin explicar lo que es. Se trata de una especie de pitas, pero elaboradas con masa madre de pizza y con forma triangular. Al igual que las pitas, se rellenan por dentro, en este caso con guiso, de ingredientes ecológicos. Aunque Tripizzino sea un local de comida rápida, el negocio brilla por la calidad de sus platos. El relleno de sus tripizzini consiste en varios guisos elaborados a fuego lento, con su chup-chup, y que dan lugar a una deliciosa combinación. Cuentan cinco variedades y todas cuestan lo mismo, 5,00€.


Pollo a la cacciatora, con salsa elaborada con aceite de oliva virgen extra, vino blanco, vinagre, ajo, pimienta y romero. Lengua en salsa verde, con lengua de ternera y salsa de aceite de oliva virgen extra, perejil, vinagre, anchoas, olivas, alcaparras, ajo, sal y pimienta. Albóndigas en salsa, con albóndigas de ternera mezcladas con pan, queso Grana Padano, ajo, sal, cebolla, huevo, nuez moscada y pimienta; y con una salsa de tomate que además lleva aceite de oliva virgen extra, apio, zanahorias, cebolla, albahaca, perejil y sal. Nata doble con anchoas, que consiste en una stracciatella de burrata mezclada con anchoas de Calabria. Parmigiana de berenjena, que lleva tomate, berenjena (obvio), queso Grana Padano, mozarella, aceite de oliva, albahaca, cebolla roja y sal. Por si a alguno no le triunfa ninguno de los tripizzini siempre puede decantarse por los típicos sufflì romanos. Cuentan con once variedades diferentes.

A mí me apeteció tremendamente el de albóndigas, que estaba extraordinario, con ese sabor tan típico del sofrito de las albóndigas de mamá. Luego opté por el de lengua en salsa verde, que me pareció exquisito, con la ternera super suave, muy melosa, y con una salsa suave y riquísima. Mis hijos optaron por el de pollo a la cacciatora, que me lo dejaron probar y estaba increíble. Me recordó al pollo a l'ast clásico, pero con el aderezo de la salsa. Todo muy top.

Y si algo hace extraordinario a Be.Re. es su magnífica selección de cervezas, tanto en grifo como en botella. En grifo suelen apostar por producto de proximidad, primando a los mejores elaboradores italianos, como Opperbacco, Ritual Lab, Birrificio Italiano, Rebel's o Rurale. En el apartado foráneo Stigbergets, Beerbliotek, Dupont, Cantillon y una colaboración entre The Lost Abbey y Wicked Weed.

Pero ojo, si andamos con plena predisposición a abrir la cartera, cuentan con verdaderos unicornios. Es una de las pocas cervecerías del mundo donde se pueden encontrar botellas de Antidoot (también os digo que os saldrá bastante más barato si os las bebéis en el Be Hoppy de Madrid), varios ejemplares de -atención- Hill Farmstead, lo que quieras de Cantillon, y alguna cosilla de Boerenerf, Baghaven o 3 Fonteinen. Todo a precios astronómicos como os podéis imaginar. Son cervezas muy exclusivas en un lugar muy turístico.

Sin duda fue la mejor visita cervecera del viaje, donde más tiempo pasamos y donde yo personalmente pude explayarme a gusto. El personal del negocio tremendamente amable e increíblemente rápido. Toda la familia contentísima con la comida y con la selección cervecera y yo satisfecho de haber propuesto el sitio y ver que lo estábamos gozando tanto. Si en otra ocasión vuelvo a Roma, sin duda Be-Re. será una de mis primeras opciones de cerveceo. Hasta entonces coloco su merecidísimo pin en nuestro cada vez más nutrido Mapa Birruno. Ci vediamo!

Balance de daños:



-Birrificio Italiano -TipoPils. Qué os voy a contar, la Italian Pilsner por antonomasia. Increíble de botella, ya a otro nivel de grifo. Fresquísima. Muy aromática. De gusto floral, ultrababestible sin renunciar un ápice al sabor. 5,2%.

-Opperbacco - Nature Terra Podere San Biagio. Llevaba años intentando conseguir algo de Operbacco. Primera toma de contacto con esta Italian Grape Ale de su serie Nature Terra, en este caso con un 20% de uvas de Montepulziano d'Abruzzo, concretamente de los viñedos Podere San Biagio.  Muy afrutada, con mucho protagonismo de la uva, que aporta un sabor agradable y ligeramente dulce y una acidez muy suave, que en su conjunto la convierten en una cerveza altamente disfrutable. 6,9%.

-Rebel's - Tempura Crunch. Hacía muchísimo calor y quería probar alguna IPA de alguna cervecera local que estuviese despuntando en Italia, así que me decanté por Rebel's, de los que me habían hablado muy bien en Beer Time. New England IPA con raíz de galanga (jengibre azul), corteza de lima kafir y dry hopping de lúpulo Soriachi Ace. En nariz tiene un punto que recuerda a la colonia por el jengibre, pero es básicamente de perfil cítrico, con notas de piña y fruta de hueso. . Hazy IPA piña pomelo fruta de verano. 6,0%.

-Rurale - Seta. Witbier lombarda con cilantro y corteza de naranja amarga. Muy flojita, muy suave, ya por el aspecto vemos que dista mucho de las blanquecinas y veladas Wits belgas. Rica, refrescante, pero tampoco me dijo nada. 5,0%.

-Rebel's - Parrot Invasion. West Coast IPA riquísima y muy bebestible. Base maltosa muy rica de fondo, aromas y sabores herbáceos extraordinarios y notas de melocotón y otras frutas de verano. Final bastante amargo. 6,0%.

-Ritual Lab - Tupamaros. Sin duda de lo mejor de la jornada y de toda la estancia en Roma. Doble IPA de corte West Coast. Riquísima, muy lupulada, con sabores herbáceos muy frescos y con una base maltosa que aporta un fondo de caramelo excepcional. El broche de oro de la noche. 8,0%.

Be.Re.            Piazza del Resorgimento 7A, Roma (Italia)            +39   06  9442  1854