10 de agosto de 2025

General - Big Lemonski

Del pack que me compré en febrero para hacer una prospección del panorama eslovaco, les he ido dando salida a un ritmo cada vez más desacelerado conforme iba disminuyendo mi entusiasmo cata tras cata. Quizás haya tenido mala suerte con la selección o con las cerveceras, pero con lo que he podido ir viendo podría resumirlo como decepcionante.

El quinto ejemplar del país en cuestión es Big Lemonski, otra vez de General Pivovar. Se trata de una IPA elaborada con malta de cebada, malta de avena y trigo, un double dry hopping de no se sabe qué lúpulos y la adición de limoncillo.

La sirvo en vaso shaker. Presenta un llamativo color anaranjado. Viene un tanto turbia, pero sin esa opacidad y ese aspecto de biofrutas. Carbonatación correcta sin idas de madre. Corona de espuma justa, compacta y de color blanco de persistencia media.

Al asomar el napial me vienen aromas afrutados que me recuerdan a la uva, los cítricos y mango. En boca es una cerveza de cuerpo ligero y no es especialmente sedosa. El sabor va bastante en la misma línea que el aroma, con ese rico sabor a uva, los refrescantes cítricos y el puntito del mango que le da un toque muy agradable. El limoncillo no lo he notado especialmente, no es un adjunto que cobre demasiado protagonismo. Esto casi lo veo más como una virtud que como un defecto. En ocasiones es mejor no pasarse. IPA rica, quizás no demasiado exuberante en sabor, pero al menos agradable y bebestible. 5,8%. Comprada en Beerdome por 4,14€. Lata de 50cl.

9 de agosto de 2025

Castelló Beer Factory - Dram

La misma tarde en la bocatería La Gàbia de Benicàssim me dio también para chuflarme esta lata de Castelló Beer Factory. Como no podía ser de otra manera otra NEIPA. Que no se diga que la cerveza tiene más de doscientos estilos diferentes.

La joyita se llama Dram, y su receta lleva malta de cebada, malta de avena, malta de trigo y los lúpulos Idaho 7, Columbus, Cryo Citra y Mosaic. A tenor de la etiqueta pensé que llevaría sandía como adjunto que tal vez la hiciese salirse un poco del tiesto. Pero no.

La sirvo en el vaso shaker que me proporciona el establecimiento. Presenta un bonito y vistoso color anaranjado con la turbidez característica del estilo. Muy bien de carbonatación, que me deja un bonito sombrero de espuma blanca, compacta y persistente.

Al acercar el napial puedo disfrutar de aromas que me recuerdan al mango, el melocotón y el albaricoque. En boca es una cerveza muy sedosa, con cuerpo, muy agradable al tacto. Aún así se bebe con facilidad, aunque con estos calores mortales yo me bebería hasta un cubata de Stroh 80. Los sabores van en sintonía con los aromas, con deliciosos sabores de mango, melocotón y albaricoque que es como morder la fruta. Muy jugosita, muy rica, la verdad es que ultradisfrutable pese al hastío que me produce el estilo. Muy buen trabajo. 6,2%. Lata de 44cl.

8 de agosto de 2025

La Grúa - Amnesia Haze

Hace unas semanas tuve la fortuna de regresar a Benicàssim y poder visitar la bocatería La Gàbia por enésima vez. Pese a que las referencias craft se han reducido considerablemente por la falta de salida del producto. No obstante, entre lo que había disponible pude disfrutar de alguna NEIPA local. Ya no digo alguna cerveza artesana local porque lo único que te encuentras a día de hoy son NEIPAs.

La primera en caer fue Amnesia Haze, otra New England India Pale Ale de los de Pontejos. La receta lleva malta de cebada, trigo y avena y los lúpulos Citra, Mosaic y Galaxy.

La sirvo en el vaso que me proporciona el establecimiento. Presenta un color albaricoque, entre el amarillento y el anaranjado, y y la turbidez característica del estilo. Muy bien de carbonatación, con una generosa corona de espuma blanca, compacta, cremosa y persistente.

En nariz destacan los aromas cítricos y de fruta tropical. En boca es una cerveza con cuerpo, sedosa, pero a la vez bebestible. Destacan los sabores cítricos, también aparece un rico sabor a piña y un puntito herbáceo agradable. Quizás no me haya parecido la mejor NEIPA de Alejandro y su equipo, pero aún así muy disfrutable. 6,1%. Lata de 44cl.

7 de agosto de 2025

Ma Che Siete Venuti a Fà - Roma

 

Han pasado diez añazos desde la última vez que visité Roma, pero por fin he podido sacarme una espinita que tenía clavada nel mio cuore. Sí, amigos y amigas, por fin he podido visitar el Ma Che Siete Venuti a Fà, la que algunos dicen es la mejor cervecería de toda Italia.

Fueron poquitos los días que estuvimos de vacaciones en Roma, y la verdad es que lo mío dista mucho de lo de ese filme de Gregory Peck y Audrey Hepburn. Ni paseos en Vespa ni nada de eso. Bueno sí. Emulamos a Peck y Hepburn haciendo la capullada suprema de la mano en la boca della verità.  Aquí el menda con la parienta, hijos, hermanos, cuñados, padres y suegra de aquí para allá por la ciudad eterna. La verdad es que ya me veía otra vez como hace diez años, sin poder visitar el Ma Che Siete, pero, en este caso, una jodienda de Vueling resultó beneficiosa para mis planes birrunos, y es que nos retrasaron considerablemente el vuelo de regreso. Así que el último día, dispusimos de un inesperado tiempo extra que invertimos en visitar el Trastévere, y como no, por fin, el Ma Che Siete Venuti a Fà. Allà vamos.

En 2001 Manuele Colonna (autor de Birra in Franconia) inauguraba en pleno corazón del Trastévere, el Ma Che Siete Venuti a Fa, una cervecería especializada en cerveza artesanal. Este hecho es bastante significativo, ya que por aquel entonces, la cerveza artesanal en nuestro país no es que estuviese en pañales, es que prácticamente no existía (las únicas referencias de la época son Naturbrub de Madrid y La Cervesera Artesana de Barcelona). En Italia nos llevan varios años de ventaja y eso se nota.

El local, a lo largo de los años, se ha convertido en un templo de la cerveza de obligada visita. Manuele suele cuidar muchísimo la selección de sus cervezas. Si lo seguís en redes sociales siempre lo veréis viajando, principalmente por Bélgica y Alemania, conociendo a los productores y catando la cerveza en su lugar de origen. Normalmente lo veréis acompañado de un buen séquito, entre los que se encuentra Martina -AKA La Baronessa della Birra- creadora de contenido y que además suele estar a menudo tras la barra del Ma Che Siete. El año pasado Manuele inauguró una segunda sucursal en Roma (Macche, a secas) en el barrio de Monteverde, cerca del Birrifugio y el Luppolo Station.

Para llegar allí es relativamente sencillo (digo lo de relativamente porque hace diez años me perdí y no pude llegar). Si se cruza el río Tíber por el puente Sisto, una vez en la otra orilla, solo hay que tomar la Via Benedetta y llegar hasta allí. Yo en esta ocasión venía desde el lado contrario. Hice el recorrido a pie desde la basílica de San Pedro cruzando por el puente Giuseppe Mazzini y bajé por Via della Lungara. El caso es que llegué.

Eran las doce y media del medio día de un lunes, por lo que estaba prácticamente vacío. El local dispone de una terraza con cuatro pequeñas mesas para todos aquellos que quieran morir por la canícula romana durante el día. Durante la noche imagino que aquello se pone petao y debe ser imposible poder sentarse. Me consta que se puede beber de pie fuera.

Una vez dentro nos da la bienvenida la barra, que queda a mano izquierda, y ya está, porque no cabe nada más. El espacio es minúsculo, y si solo podéis ver los tiradores en la fotografía anterior es porque no hay espacio para echarse más atrás y enfocar toda la sala. Por un momento pensé: "-¡Esto es todo amigos!", pero afortunadamente descubrí un pasillito que da a otra sala, ésta un poquito (solo un poquito) más grande, con tres mesas altas y un tonel que hace de mesa. Todo con taburetes ante la imposibilidad de poner sillas. Es comprensible dado a que se trata de un edificio antiguo del Trastévere. Aprovechando que mi hijo menor tenía que miccionar bajé al piso de abajo.

Por fortuna, el espacio subterráneo es un poco más grande (y agradable). Allí hay dos sillas, un pequeño sofá, y numerosos taburetes y mesas bajas para tomar unas cervezas más distendidamente.

Manuele será seguramente una eminencia a nivel cervecero y el Ma Che Siete Venuti a Fà fue considerado el mejor pub cervecero del mundo en 2010 por RateBeer, pero, a mi juicio, el negocio tiene algunas limitaciones que restan muchísimo a la experiencia.

En primer lugar, que el espacio sea minúsculo y lleno de pegatinas por doquier (incluso en los espejos del lavabo) resulta muy cargante y claustrofóbico. En mi experiencia pude disfrutar de mis cervezas cómodamente en una mesa mirando el tenis (recordemos que esto ante todo es un pub de deportes) pero imagino que por la tarde/noche allí no debe caber un alfiler. En segundo lugar el local apesta. Lo digo literalmente, huele mal. Esto sucede un lunes a primera hora, no quiero imaginarme un sábado por la noche. Es este tipo de olor que viene del suelo, que durante décadas se ha ido impregnando de alcohol y que con el calor desprende ese hedor. Me recordó a la taberna el Agüelo de la calle Avinyó de Barcelona, donde en una ocasión pedimos una sangría y un amable camarero nos advirtió con un "-Mejor no", o donde un compañero de facultad (era nuestra segunda carrera) recordaba con anhelo que una vez, cuando iba al instituto enganchó un chicle en una viga de madera del techo, y comprobamos que en efecto el chicle seguía allí. Pues el mismo olor. Ahora bien, la selección cervecera es impecable, eso no lo voy a discutir, pero el local es simple y llanamente cutre.

También se echa de menos una pizarra o una pantalla donde se informe a la clientela de lo que hay pinchado. Tienen una etiqueta encima de cada grifo, pero la información es incompleta y nada clara. En el momento de mi visita tenían una Flemish de Opperbacco, la Saison à l'Ancienne de Monpier Gherdenia (de haberla visto seguramente me hubiese pedido ésta), la Saison de Dupont, la Jambe de Bois de Brasserie de la Senne, algo (no se sabe qué) de Alder de 10,5%, la Helles y la German Pilsner de Kanone, una Rauchbier de no se sabe quien, y cosas (no se sabe qué) de Vento Forte, Alder, Birra dell'Eremo y Wirth. Como hacía tiempo que quería catar algo de Alder, me pedí -en un acto de fe- lo que hubiese pinchado, que resultó una IPA. El camarero, bastante parco en palabras, me sirvió una pinta sin ni siquiera preguntarme si quería media o una entera. La alegría de la huerta. Sí se agradece que las cervezas franconas están debidamente marcadas, esto, a mi amigo Hugo del blog Hipos Urinatum seguramente le encantará.

Cuentan con una pequeña nevera con un arsenalete de botellas de Hill Farmstead, 3 Sons, Moksa, Anchorage, Antidoot, Boerenerf, 3 Fonteinen, Cantillon, De Dolle, Maestri del Sannio, Ca' del Brado, Cantina Errante o Brasseria della Fonte. casi nada. Selección de cervezas impecable, nada nuevo. Ahora bien, me planteo seriamente si en un futuro volviese a Roma si me pasaría de nuevo por el Ma Che Siete Venuti a Fà. Se junta aquí toda una amalgama de factores positivos y negativos. De momento les coloco su respectivo pin en el celebérrimo Mapa Birruno.

Balance de daños:

-Alder - Kiwi Party. Revisando las fotografías quizás no es la cerveza que me hubiese pedido, pero tenía muchísimas ganas de conocer el producto de estos lombardos, de los que había leído maravillas. tienen una veintena de Lagers de inspiración europea, pero fui a dar con una New Zealand IPA. Un trabajo muy fino. Muy sabrosa pero a la vez ultrababestible. Notas de piña, cítricos y un toque herbáceo, que entró glugluglú sin enterarme. 6,0%.

-Kanone - Pils. Primera toma de contacto con la brauerei francona. German Pils elaborada con lúpulos Opal, Herkules y Spalter Select. Aroma floral, en boca ultrabebestible, con sabor a malta, grano crudo, pan. De trago ligero pero muy sabrosa. Magistral. 4,9%.

Ma Che Siete Venuti a Fà                Via Benedetta 25, Roma (Italia)              www.football-pub.com              info@football-pub.com          +39  06  4291  8213

6 de agosto de 2025

Gat - GatBrewing365

Y una de las cervezas que me llevé al concierto, pero que finalmente no se abrió, fue esta GatBrewing365 de la cervecera barcelonesa Gat, así que me la abrí en mi casa.

La cervecera en cuestión, quizás no se haya creado ayer, llevan un tiempecito trabajando, aunque es una cervecera de reciente creación si la comparamos con otras más consolidadas en nuestro país. Me he encontrado en numerosas ocasiones con sus cervezas en diferentes tiendas y cervecerías, y si soy honesto, no les había dado una oportunidad hasta la fecha por el hastío que me producen las New England IPAs.

Elaborada con malta de cebada, trigo y avena, levadura, CO2 y los lúpulos Citra Cryo, Mosaic Cryo, Nectaron y Motueka.

La sirvo en copa. Presenta un bonito color anaranjado y la turbidez característica del estilo. La carbonatación es abundante y da lugar a una generosa corona de espuma blanca, tupida, cremosa y persistente.

Al asoma la tocha me vienen aromas que me recuerdan a los cítricos y la fruta de verano. En boca tiene un cuerpecito notable, y su paso es sedoso. Los sabores son bastante cítricos, donde destacan la naranja, el pomelo y la mandarina, aunque también con altas dosis de melocotón. Nada amarga. Muy rica, aunque a mí personalmente este tipo de elaboraciones ni me apetecen ni me aportan nada nuevo. 6,0%. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix por 4,89€. Lata de 44cl.

5 de agosto de 2025

Almogàver - Hop & Roll Vicious IPA

La segunda cerveza que cayó durante la cena, acompañando unos tacos de cochinita pibil fue la Hop & Roll Vicious IPA, de los barceloneses Almogàver

Elaborada con malta Maris Otter, Munich y copos de trigo y los lúpulos CTZ (Columbus, Tomahawk, Zeus), Cascade, Willamette y Mosaic.

La sirvo en la copa que me proporciona el establecimiento. Presenta un color anaranjado claro, con cierta turbidez, supongo que debido a la adición del trigo. Bien de carbonatación, con una correcta corona de espuma blanca, tupida, cremosa y persistente de color blanco.

En nariz es bastante agradable, con notas afrutadas que me recuerdan a la fruta de hueso, los cítricos y la fruta tropical. En boca es muy bebestible, entra bastante bien, no se hace nada pesada, con notas refrescantes de cítricos, fruta tropical, y un fondo herbáceo muy rico que da paso a un final notablemente amargo (40 IBU). La verdad es que me gustó muchísimo, y eso que hacía muchos años que no tomaba nada de Almogàver. 5,3%. Botella de 33cl.

4 de agosto de 2025

Cardeña - Tripel

Y como el concierto del que os hablaba ayer comenzaba a las 10 de la noche, nos fuimos a cenar a un restaurante mexicano cercano, que -oh, sorpresa- contaba con varias referencias artesanales.

La primera que me pedí fue esta Tripel de la cervecera Trapense Cardeña. Aunque los del monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos) afirman elaborar la única cerveza trapense de España, ésta no puede llevar el sello de autenticidad Trappist al no estar ni elaborada dentro del monasterio ni por los propios monjes, así que el tema queda un poco ful. Según informaba el compañero Joe del blog Birras y Quesos se la elabora Maltman por encargo.

La sirvo en la copa que me proporciona el establecimiento. Presenta un color ambarino subido. Carbonatación abundante, que da pie a una buena corona de espuma compacta, de color blanco y persistencia media.

En nariz me resulta muy afrutada, poco especiada, con la balanza totalmente decantada hacia el lado de los ésteres. En boca es bastante dulce, con notas almibaradas, maltosa, con el puntito de la levadura belga muy suave. El alcohol está bastante bien integrado (7,0%). No es una cerveza que me haya resultado extraordinaria, pero al menos sí la encontré disfrutable, máxime cuando lo único que me esperaba encontrar en aquel negocio era Coronita, así que date con un cantito en los dientes. Botella de 33cl.

3 de agosto de 2025

Kom Beer - Petribirra

A principios de este verano fui con unos colegas de concierto. Como a día de hoy, la cerveza que venden los lateros es bastante mala sin excepciones, suelo llevarme la nevera portátil rellenita de latas craft y poder beber cerveza de calidad antes y después del evento.

Como iba con más gente no iba a andarme con remilgos, así que compré unas cuantas NEIPAs en la General de Begudes, que es lo que suelen beber mis colegas.

Para iniciar la tarde nos abrimos Petribirra, una New England Double India Pale Ale de la cervecera manlleuense Kom Beer. La receta lleva malta de cebada, avena y trigo y los lúpulos Krush, Mosaic y Simcoe. Los que hayáis visto TV3 a principios de los años 90 pillaréis lo del nombre y la ilustración de la etiqueta de la cerveza. Eso querrá decir que ya tenéis una edad.
La sirvo en vaso shaker -sí, también me llevé el vaso- y presenta un color claro, pálido, amarillento, turbio y con un aspecto similar al de un zumo de piña. Carbonatación media, con una espuma moderada de color blanco, no demasiado espesa ni persistente.

En nariz destaca la fruta tropical, con la piña sobresaliendo, y también con notas herbáceas y cítricos. En boca es una cerveza con cuerpo pero no especialmente sedosa. l sabor va en sintonía con el aroma, con la piña bastante sabrosa, notas cítricas agradables y refrescantes y bastante fruta tropical. Puntito herbáceo suave. 8,0%. Rica, pero no me ha parecido una cerveza de la calidad a la que nos tienen acostumbrados Kom. Me costó 5,53€. Lata de 44cl.

1 de agosto de 2025

Be.Re. - Roma

 

Durante nuestro tercer día en Roma fuimos a visitar los Museos Vaticanos. Tal y como salimos, enfilé la curva de la muralla cual Miura tomando Mercaderes con Estafeta para llegar a mi destino de hoy: Be.Re.

Be.Re. es una de las mejores cervecerías de toda Roma (y por ende de toda Italia) que está ubicada en un enclave estratégico, justo en los lindes de Ciudad del Vaticano (de hecho, tienes vistas a su muralla), por lo que cualquier guiri que esté de paso por Roma va a pasar por delante de allí, o al menos, muy cerca. En nuestro caso, al estar alojados en el barrio de Prati, dio para dos visitas. Primero fuimos a tomar un refrigero tras una tarde cultureta en la Capilla Sixtina, y como nos gustó tanto, volvimos todos en tropel para cenar aquella misma noche. Por lo tanto, altamente recomendable, tanto por ubicación como por su repertorio birruno.

Be.Re. es una cervecería con 12 grifos rotatorios, dos bombas de mano y tres barriletes de diferentes versiones del Barley Wine Xyauyù de Baladin, que se sirven directamente de la barrica. Además cuenta con un neverón repleto de unicornios imposibles de encontrar en nuestra geografía.

Inaugurado en 2017, contaba con más de veinte grifos y el doble del espacio con el que cuenta actualmente, a raíz de la crisis sufrida durante y tras la pandemia, y la subida de precios generalizada tras la guerra de Ucrania, Be.Re tuvo que asociarse con la cadena de restaurantes Tripizzino, cediéndole la mitad de su espacio al restaurante, de manera que ambos conviven en una curiosa simbiosis.

El espacio se divide milimétricamente por la mitad, dando lugar a dos espacios -Be-Re. y Tripizzino- dispuestos de manera simétrica y conectados por una puerta entre los dos negocios. Comparten la terraza y allí se puede ir a tomar unas cervezas, comer unos tripizzini con una Pepsi o combinar ambas opciones: comerse unos tripizzini acompañándolos por unas buenas cervezas. Nosotros optamos por la tercera opción.

Hay que aclarar que dentro de Be.Re. solo toman nota de las cervezas, y que dentro de Tripizzino solo toman nota de la comida y los refrescos, de manera que si queremos combinar tripizzini y birras debemos instalarnos en la terraza, que es lo que hicimos nosotros. La terraza es bastante amplia y cuenta con numerosas mesas. Para ser temporada alta y ubicándose en un sitio tan turístico la verdad es que me hice cruces de encontrar mesa libre tanto en nuestra primera como en nuestra segunda visita, máxime siendo un número considerable de personas.

En invierno no sé cómo lo deben hacer, supongo que deben tener unas buenas estufas. Tanto en Be.Re. como en Tripizzino, es posible beber y comer en el interior, pero como el espacio es limitado, hay que hacerlo sentado en un taburete. El interior de Be.Re, quizás más cálido, y con una pantalla para ver los deportes, quizás invita más a apostarse en la barra, disfrutar de unas buenas cervezas y tener una agradable conversación con el barman. El interior de Tripizzino, típico de un local de comida rápida, es más frío, y a mí personalmente no me invita a quedarme dentro.

Hablemos de tripizzini. He mencionado varias veces la palabra sin explicar lo que es. Se trata de una especie de pitas, pero elaboradas con masa madre de pizza y con forma triangular. Al igual que las pitas, se rellenan por dentro, en este caso con guiso, de ingredientes ecológicos. Aunque Tripizzino sea un local de comida rápida, el negocio brilla por la calidad de sus platos. El relleno de sus tripizzini consiste en varios guisos elaborados a fuego lento, con su chup-chup, y que dan lugar a una deliciosa combinación. Cuentan cinco variedades y todas cuestan lo mismo, 5,00€.


Pollo a la cacciatora, con salsa elaborada con aceite de oliva virgen extra, vino blanco, vinagre, ajo, pimienta y romero. Lengua en salsa verde, con lengua de ternera y salsa de aceite de oliva virgen extra, perejil, vinagre, anchoas, olivas, alcaparras, ajo, sal y pimienta. Albóndigas en salsa, con albóndigas de ternera mezcladas con pan, queso Grana Padano, ajo, sal, cebolla, huevo, nuez moscada y pimienta; y con una salsa de tomate que además lleva aceite de oliva virgen extra, apio, zanahorias, cebolla, albahaca, perejil y sal. Nata doble con anchoas, que consiste en una stracciatella de burrata mezclada con anchoas de Calabria. Parmigiana de berenjena, que lleva tomate, berenjena (obvio), queso Grana Padano, mozarella, aceite de oliva, albahaca, cebolla roja y sal. Por si a alguno no le triunfa ninguno de los tripizzini siempre puede decantarse por los típicos sufflì romanos. Cuentan con once variedades diferentes.

A mí me apeteció tremendamente el de albóndigas, que estaba extraordinario, con ese sabor tan típico del sofrito de las albóndigas de mamá. Luego opté por el de lengua en salsa verde, que me pareció exquisito, con la ternera super suave, muy melosa, y con una salsa suave y riquísima. Mis hijos optaron por el de pollo a la cacciatora, que me lo dejaron probar y estaba increíble. Me recordó al pollo a l'ast clásico, pero con el aderezo de la salsa. Todo muy top.

Y si algo hace extraordinario a Be.Re. es su magnífica selección de cervezas, tanto en grifo como en botella. En grifo suelen apostar por producto de proximidad, primando a los mejores elaboradores italianos, como Opperbacco, Ritual Lab, Birrificio Italiano, Rebel's o Rurale. En el apartado foráneo Stigbergets, Beerbliotek, Dupont, Cantillon y una colaboración entre The Lost Abbey y Wicked Weed.

Pero ojo, si andamos con plena predisposición a abrir la cartera, cuentan con verdaderos unicornios. Es una de las pocas cervecerías del mundo donde se pueden encontrar botellas de Antidoot (también os digo que os saldrá bastante más barato si os las bebéis en el Be Hoppy de Madrid), varios ejemplares de -atención- Hill Farmstead, lo que quieras de Cantillon, y alguna cosilla de Boerenerf, Baghaven o 3 Fonteinen. Todo a precios astronómicos como os podéis imaginar. Son cervezas muy exclusivas en un lugar muy turístico.

Sin duda fue la mejor visita cervecera del viaje, donde más tiempo pasamos y donde yo personalmente pude explayarme a gusto. El personal del negocio tremendamente amable e increíblemente rápido. Toda la familia contentísima con la comida y con la selección cervecera y yo satisfecho de haber propuesto el sitio y ver que lo estábamos gozando tanto. Si en otra ocasión vuelvo a Roma, sin duda Be-Re. será una de mis primeras opciones de cerveceo. Hasta entonces coloco su merecidísimo pin en nuestro cada vez más nutrido Mapa Birruno. Ci vediamo!

Balance de daños:



-Birrificio Italiano -TipoPils. Qué os voy a contar, la Italian Pilsner por antonomasia. Increíble de botella, ya a otro nivel de grifo. Fresquísima. Muy aromática. De gusto floral, ultrababestible sin renunciar un ápice al sabor. 5,2%.

-Opperbacco - Nature Terra Podere San Biagio. Llevaba años intentando conseguir algo de Operbacco. Primera toma de contacto con esta Italian Grape Ale de su serie Nature Terra, en este caso con un 20% de uvas de Montepulziano d'Abruzzo, concretamente de los viñedos Podere San Biagio.  Muy afrutada, con mucho protagonismo de la uva, que aporta un sabor agradable y ligeramente dulce y una acidez muy suave, que en su conjunto la convierten en una cerveza altamente disfrutable. 6,9%.

-Rebel's - Tempura Crunch. Hacía muchísimo calor y quería probar alguna IPA de alguna cervecera local que estuviese despuntando en Italia, así que me decanté por Rebel's, de los que me habían hablado muy bien en Beer Time. New England IPA con raíz de galanga (jengibre azul), corteza de lima kafir y dry hopping de lúpulo Soriachi Ace. En nariz tiene un punto que recuerda a la colonia por el jengibre, pero es básicamente de perfil cítrico, con notas de piña y fruta de hueso. . Hazy IPA piña pomelo fruta de verano. 6,0%.

-Rurale - Seta. Witbier lombarda con cilantro y corteza de naranja amarga. Muy flojita, muy suave, ya por el aspecto vemos que dista mucho de las blanquecinas y veladas Wits belgas. Rica, refrescante, pero tampoco me dijo nada. 5,0%.

-Rebel's - Parrot Invasion. West Coast IPA riquísima y muy bebestible. Base maltosa muy rica de fondo, aromas y sabores herbáceos extraordinarios y notas de melocotón y otras frutas de verano. Final bastante amargo. 6,0%.

-Ritual Lab - Tupamaros. Sin duda de lo mejor de la jornada y de toda la estancia en Roma. Doble IPA de corte West Coast. Riquísima, muy lupulada, con sabores herbáceos muy frescos y con una base maltosa que aporta un fondo de caramelo excepcional. El broche de oro de la noche. 8,0%.

Be.Re.            Piazza del Resorgimento 7A, Roma (Italia)            +39   06  9442  1854

31 de julio de 2025

Petrus - Aged Red

Acabo el mes de julio precisamente acabándome el pack de 6 cervezas Petrus que me compré de oferta en el LIDL el año pasado. Reconozco que me ha dado muchísima pereza finiquitarlo.

La de hoy se llamaba Aged Red (actualmente se llama Red a secas) y en teoría lleva un 15% de cerveza añejada en Fudre y un 85% de su Dubbel. La receta lleva malta de cebada (no especifica cuales), lúpulo (no especifica qué variedades, levadura (tampoco indica qué fermentaciones lleva cada cerveza por separado), agua (obvio), un 10% de lo que dice ser zumo de cereza (yo más bien diría sirope de cereza), azúcar y aromatizante. Así de entrada tira bastante para atrás.

Pues nada, valor y al toro. La sirvo en copa TeKu. Hombre, eso de reeeed... cualquiera que en su mocedad haya visto Barrio Sésamo te diría que marrón oscuro. Dejémoslo en un caoba para contentar al fabricante. Muy carbonatada, con la fiesta de la espuma Pacha Ibiza style, hay que servirla con cuidado para que la cosa no se vaya de madre. Espuma de color beis, muy abundante, muy tupida, cremosa y muy persistente.

En nariz básicamente sirope de cereza y aromas de malta tostada. En boca es una piruleta. No es un sabor desagradable, ni mucho menos, pero sabe a golosina, a sirope de cereza. No es un sabor natural y a mí personalmente me arruina la experiencia gastronómica. Ojo, otra cosa es que te la bebas como un refresco azucarado sin más pretensiones. Dulzona, edulcorada, con el sabor tostado de fondo, la parte ácida ni se la ve de lejos de lo azucarada que está. Resumiendo, un despropósito. El alcohol está muy bien integrado, no se nota en absoluto, salvo por la taja que vas a pillar como no hayas comido algo (8,5%). La verdad es que si no fuera por el bajo precio (1,66€) y por el ansia de añadir más muescas en untrapper, la verdad es que os la podéis ahorrar perfectamente.

30 de julio de 2025

Martin's - Gordon Finest Chrome

Hace unas semanas la app Untrapper nos anunciaba la llegada de nuevas insignias para sus "boy scouts licoretas". Una de ellas consistía en catar al menos 5 cervezas del estilo Malt Liquor, que para ser honesto, desconocía su existencia.

El estilo no está reconocido como tal, pero el BJCP sí lo incluye dentro de Specialty Beer, junto con muchos otros. Bien, a mí que lo reconozca el BJCP o mi tío Paco me la trae al pairo, yo lo que quiero es conseguir el puto "cromo", así que me he confeccionado una lista de los que podría conseguir fácilmente en algún supermercado cercano.

La primera con la que he ido a dar (y que supone la tercera muesca en mi haber para conseguir la insignia de marras, ya que se ve que había bebido previamente otras dos) ha sido la Gordon Finest Chrome, de la cervecera belga Martin's (antes John Martin). Por lo visto ha debido palmar John y ahora ha cogido las riendas de la empresa su hijo Anthony.

Previamente, por aquí había pasado su Gordon Finest Titanium, también otro Malt Liquor, que yo por entonces etiqueté como Strong Pale Lager, que es lo que debía aparecer en el ya difunto RateBeer. Como han eliminado absolutamente todo lo que había en RateBeer no puedo comprobarlo.

Al turrón. La sirvo en vaso nonic, no vaya a ser que con la previsible cogorza que pillaré, se me vaya a deslizar el vaso y la líe parda en la cocina de casa. Y es que la broma tiene un 10,5% de alcohol y viene en formato yonkilata de 50cl. Presenta un color dorado totalmente límpido, sin impurezas. Bien de carbonatación, sin esfuerzo logro sacarle una gruesa corona de espuma blanca, compacta y persistente.

En nariz básicamente huele a cebada, un olor a cerveza industrial de toda la vida con el puntito del alcohol, que afortunadamente es menos molesto de lo que me esperaba. En boca es una cerveza que afortunadamente se bebe mucho mejor de lo que me esperaba. No es una cerveza como para bebérsela de un trago (ultrabebestible precisamente no es), pero oye, para la graduación que tiene ni tan mal. Demasiado dulzona para mi gusto, un pelín empalagosa, perfil maltoso, de cebada, básicamente y poca cosa más. El alcohol en boca se nota, pero tampoco tienes la sensación de estar bebiéndote un cubatazo. La verdad es que no le encuentro la gracia a este estilo y las únicas que veréis por aquí en un futuro serán las dos que me faltan para conseguir la insignia en cuestión. Creo que me costó 1,55€ en el supermercado Consum. Al menos la gracia no me ha salido cara.

24 de julio de 2025

Bionoc' - Pescanoc'

Continúo escribiendo acerca del producto italiano. En esta ocasión la cerveza no la compré allí, sino aquí.

Hace unos días estuve en Terrassa y me acerqué a Casa Evaristo, donde, desde hace años, sabía que contaban con una extensa selección de cerveza artesanal. No lo había visitado antes porque las referencias que me habían dado es que tenían el producto sin refrigerar y por tanto echado a perder. No obstante me acerqué.

Para satisfacción de uno comprobé que en Casa Evaristo han hecho los deberes y han puesto una fantástica nevera para el género lupulizado. Como no me interesaba otra NEIPA más en mi historial fui a la sección no lupulada (ésta sin refrigerar) donde para sorpresa del que suscribe, fui a dar con uno de los birrificios italianos que se dedican a elaborar cervezas Farmhouse y de fermentación espontánea: Bionoc'.

Se vino con papá de inmediato, ya que es prácticamente imposible encontrar referencias de los de Mezzano di Primiero en nuestro país. Además la habían rebajado un eurazo porque no estaba teniendo salida. En Terrassa no hay farmhousegeeks, que se le va a hacer.

Del birrificio Bionoc' ya os hablé hace unos años, cuando pude conocerlos en persona y catar algunas de sus increíbles cervezas en el Rustic & Wild de 2023. El birrificio fue creado en 2012 por Fabio Simoni y Nicola Simion. Llevaban elaborando cerveza como homebrewers desde 2006 en el garaje de casa. Sus incesantes ganas de mejorar, de investigar, de contrastar opiniones y de viajar los llevaron a perfeccionar su producto y dominar el tema de las fermentaciones espontáneas. Utilizan materia prima de sus vecinos agricultores. Actualmente su fábrica, en mitad de los montes Dolomitas, se abastece única y exclusivamente de energías renovables.

Al lio. El ejemplar con el que fui a dar fue Pescanoc', una Fruited Sour Lager elaborada con malta de cebada, centeno, lúpulo trentino y melocotones. La sirvo en copa TeKu. Presenta un color dorado amelocotonado, límpida, sin turbidez. Tengo que escanciar bastante para conseguir sacarle una capa de espuma blanca, no muy abundante y que desaparece rápidamente.

En nariz se huele ya la rusticidad, la avanzadilla de la acidez den boca y un puntito de melocotón. En boca es de cuerpo ligero pese a su 6,3% de alcohol. Muy refrescante, de acidez notable, mas no chirriante. Altas dosis de rusticidad y de sabores granjeros. El melocotón muy sutil, muy fino, muy suave pero delicioso. La verdad es que me ha sorprendido bastante y no sé que cepa de Lager habrán utilizado para elaborarla. Loquito me he quedao. Una cerveza para paladares un poco más experimentados. Entiendo que haya personas a las que les pueda no agradar. A mí me ha encantado. Me costó 4,99€. Botella de 33cl.

23 de julio de 2025

Crazy Beer - Rossa

La única cerveza artesanal en formato botella que pude disfrutar durante mis vacaciones en Roma fue esta fantástica Regina Rossa en el restaurante Crazy Pizza.

El negocio -que cuenta con varios locales en Roma- realiza sus cervezas por encargo en las instalaciones de La Buttiga (Piacenza) bajo el nombre de Crazy Beer.

Según me explicó la amable camarera, cuentan con tres variedades: una Italian Pilsner, una Witbier y una English Bitter, que es la que nos atañe hoy. La botella venía con su correspondiente sello independiente de la UnionBirrai. Igualito que aquí.

La sirvo en el vaso que me proporciona el establecimiento. Presenta un color ámbar con tendencias a lo rojizo. Buena corona de espuma compacta, de color blanco y de persistencia media.

En boca es una cerveza maltosa, con el cereal bien presente, con notas acarameladas y un sorprendente gusto a lúpulo bastante notable. El lúpulo aporta sabores afrutados agradables y notas florales muy ricas. En general me ha sorprendido mucho en positivo. Riquísima, muy bebestible y la verdad es que me alegró la comida. 4,2%. Botella de 33cl.

22 de julio de 2025

Beer Time - Roma

 

Hace un par de semanas viajé a Roma con la familia al completo. Y cuando digo al completo no me refiero solo a esposa e hijos, incluyo padres, hermanos, sobrina, cuñados e incluso suegra. Un viaje corto de tan solo cuatro días, que entre el avión de ida y el avión de vuelta se reduce a dos y medio, y que al tratarse de un viaje familiar y con un número abundante de personas ya di por perdida cualquier opción de cerveceo. No obstante, yo iba con mi mapa preparadísimo por si sonaba la flauta. Y sonó.

Mientras preparaba dicho mapa, tuve que eliminar un gran número de pins de cervecerías y tiendas de la ciudad eterna que lamentablemente han tenido que cerrar sus puertas de manera permanente -con negocios emblemáticos como Bir&Fud o Brasserie 4.20- de manera que me temo que en territorio italiano está la cosa a la baja, de igual manera que está sucediendo en Madrid o en Barcelona. A la vista está.

De cualquier modo, la oferta cervecera craft en Roma sigue siendo buena pese a las numerosísimas bajas. También admito haberme llevado otro chasco más en el sentido que, hace dos años, durante mis vacaciones por la Reggio Emilia, pude disfrutar de cerveza artesanal en todos y cada uno de los negocios hosteleros que visité, y sin embargo, en esta ocasión, en pleno corazón del Imperio Romano me he tenido que resignar a tomar cerveza italiana industrial, o si la cosa se ponía insufrible, al vino o el chinotto.

Al lío. El día de nuestra llegada tan solo nos dio para dejar el equipaje en el hotel y salir a cenar. La zona elegida como campamento base fue el barrio de Prati, muy cercano al Vaticano. Fuimos a cenar a un maravilloso restaurante de comida típica de la región (lamentablemente con cerveza industrial, le di al Prosecco). Al finalizar el ágape me llevé a los niños a una heladería espectacular, pero papi ya tenía pensado de antemano donde iba a tomar su postre, así que cuando se acabaron sus helados pusimos rumbo a Beer Time, a tan solo una manzana de nuestro alojamiento.

Beer Time se encuentra en la Piazza dei Quiriti (no confundir con la tienda con el mismo nombre que se ubica en el barrio de Balduina). No es una cervecería muy grande, pero cuenta con una generosa terraza, que se adapta a la fisonomía de los edificios que lindan con la redonda plaza. El calor asfixiante de la ciudad eterna incita a usar su terraza de noche, cuando baja la temperatura.

En el interior nos da la bienvenida su barra, que cuenta con siete grifos rotatorios, uno de ellos de bomba de mano. En el momento de nuestra visita contaban únicamente con cerveza local, de productores como B94, AltoTevere, Shire, Shigibier, Elvo y Bonavena. Selección bastante variadita, con Italian Grape Ale, una Bitter, una Coffee Porter, una Keller Pils, una Belgian Blonde y varias IPAs. Por si a alguien no le convence el repertorio cuentan con una nevera donde podemos encontrar cositas de Ca' del Brado, Mastino, Rurale, La Buttiga, Amiata, De Ranke, Forged Dublin,Kinnegar, Dundale Bay, Beerbliotek, o Ayinger, entre otros.

El espacio que queda comprendido entre la entrada y la barra es muy pequeño y solo da para unos pocos taburetes, pero a la derecha hay una sala un poquito más espaciosa con una pantalla grande para ver los deportes.

Cuentan con una buena carta de tapas y bocatas para acompañar a nuestra bebida favorita: tablas de quesos y embutidos, cuatro tipos de pizzettas, ensaladas variadas, varios tipos de bruschetta y una infinidad de panini con innumerables ingredientes.

No pudimos disfrutar de su cocina porque ya veníamos cenados y era muy tarde, pero sí disfrutamos muchísimo de su terraza intentando mitigar los estragos del sofocante calor que nos hizo. La verdad es que al estar tan cerca de nuestro alejamiento pensé que volvería cada noche, pero lamentablemente no fue el caso. Por el lado positivo ya os avanzo que pude visitar otras cervecerías de la ciudad. Estad atentos. De momento les colocamos su correspondiente pin en nuestro cada vez más extenso Mapa Birruno. Ci vediamo!

Balance de daños:

-Schigibier - Karasciò. Buen momento para descubrir a este birrificio de Lombardía. Una Belgian Blonde muy suave, ligera de trago, no especialmente belgiany, pero con el lúpulo bastante marcado debido a un dry hopping de lúpulo Centennial. Muy herbácea, muy afrutada, muy refrescante, con el punto de lúpulo más que notable. Final bastante amargo y un poquito seco. 4,7%.

-Shire - Selassié. Colosal English Coffee Porter de este birrificio que aún no conocía de la región del Lazio. Elaborada con malta Maris Otter, Brown, Pale, Chocolate, avena y avena tostada, lúpulo Challenger y levadura inglesa. En boca esespecialmente sedosa, muy cremosa, con un sabor increíble a café y notas de chocolate. Me pareció riquísima. 5,4%.


Beer Time            Piazza dei Quiriti 9, Roma (Italia)            +39   06  4565  0686

21 de julio de 2025

Hoppy Road - Balnibarbi

Y con la cerveza de hoy acaba mi particular Tour de France 2025, que, para lo poco que duró, ha sido muy edificante y ha dado como para hacerme una buena idea de lo que se está cociendo en el país cocino: algo acojonante.

Saltan pues a la palestra Hoppy Road, que seguramente os suenen, ya que han llegado a España en numerosas ocasiones. Cabe decir que si no habían aparecido antes por aquí es porque lo que llega a nuestras tiendas únicamente son sus New England IPAs -qué cosa más rara- aunque a mí me constaba que tenían un buen arsenalete de cervezas de fermentación espontánea, que eran las que me interesaban. Sabiendo de antemano que nunca iban a llegar a mi país, me fui al suyo a buscarlas.

Hoppy Road tiene su sede en Maxéville, una pequeña villa limítrofe con Nancy, al norte del país. Empezaron a fermentar allá por 2017, y se definen como una cervecera libre, independiente y siempre en continua exploración, por lo que van a abarcar una gran diversidad de estilos. Quizás se les conozca por sus cervezas más lupuladas, pero también tocan estilos como Grape Ales, Imperial Stouts, Pastry Goses, Saisons de fermentación mixta, Fruited Sours, Pilsners y un largo etcétera. Mi objetivo era dar con alguna de sus Saisons, pero al final tuve que "conformarme" con una de las dos referencias con las que contaban en Kaspar & Lupulin, que fue donde compré la botella.

La joyita se llama Balnibarbi. Se trata de una Wild Ale elaborada con malta de cebada, malta de centeno y copos de avena, lúpulo Hallertau Blanc y la adición de lías de uva de las variedades Gamay y Pinot Noir. Fermentada con las levaduras salvajes locales.

La sirvo en copa TeKu. Presenta un precioso color rosado límpido, con tendencias cobrizas, sin ninguna turbidez ni partícula en suspensión. Tiene una buena carbonatación, da para una gruesa corona de espuma blanca, bastante compacta, aunque de muy poca duración En nariz su aroma nos avisa de que la cosa viene acidita.

En boca es absolutamente deliciosa. De cuerpo bajo, resulta altamente bebestible, pero ojito porque cuenta con bastante complejidad. Acidez suave, muy sutil, nada incisiva, que resulta altamente refrescante. El sabor a uva es muy rico, y me recuerda a un vino rosado, aunque hay notas afrutadas increíbles, que me recuerdan a la grosella, la frambuesa, el lichi, la papaya y el higo chumbo. Final sequito, una auténtica maravilla. Esta gente la toca. 4,8%. Me costó 16,00€. Botella de 75cl.

18 de julio de 2025

Assau - Flying Gloom

Acabé comprando por error esta Oatmeal Stout de la brasserie Aussau. El casa es que no quería repetir cerveceras para abarcar el máximo de brasseries posibles y precisamente la fui a cagar con una de las que menos me gustó. Su Saison no me quitó el sueño y, en este caso, debo admitir que la de hoy no me ha gustado nada.

La criaturica se llama Flying Gloom y está elaborada con malta Pilsen, Brown, Black, malta Chocolate y malta de avena. El lúpulo empleado es el Sabro. A priori los sabores a chocolate de las maltas combinados con el perfil de coco del Sabro deberían casar a la perfección, pero no ha sido así.

La sirvo en una copa que se asemeja a un snifter. Presenta un color marrón oscuro (nada negro) poco apetecible y que poco tiene que ver con el estilo. La carbonatación está bastante ida de madre. Espuma muy abundante, compacta, aunque con algunos huecos, de color beis. Persistencia media. Viene con bastante poso.

En nariz es bastante tostada, con alguna nota también de chocolate. No encuentro el Sabro en aroma. En boca no resulta nada sedosa pese a que lleva avena, es más el cuerpo resulta bastante ligero para el estilo que estamos tratando. Tiene un sabor a torrefacto demasiado subido para mi gusto, aunque afortunadamente cuenta con un regustillo a chocolate con leche bastante agradable. En boca tampoco encuentro el Sabro, cosa que me da bastante bajón. Para acabarlo de rematar hay un gusto metálico que chirría entre todo lo anteriormente comentado. En general bastante chusca y fuera de estilo. Me costó 3,10€. Botella de 33cl.

17 de julio de 2025

Alchemistes Ivres - Ambrelune

En el interior del festival Echos & Merveilles habían muchos tenderetes de artesanías: quesos, frutos secos garrapiñados, pulseras, un largo etcétera y por supuesto cerveza.

La única cervecera con stand propio era la de los bretones Alchemistes Ivres, con fábrica en Broons. No es que sean precisamente occitanos, pero la afición por los juegos de rol y el mundo fantástico entra en total sintonía con el evento. Tocan todos los palos, aunque tienen predilección por los estilos tostados.

Del catálogo disponible -como no tenían ninguna Saison- me fui a por esta Amber Ale, de nombre Ambrelune, elaborada con malta con malta de cebada, malta de trigo, levadura y lúpulo Fuggles.

La sirvo en vaso nonic. Como veo que la espuma no va a rebasar el borde escancio a tope con el objetivo de sacar el máximo de espuma posible. Aparece una generosa corona de espuma bastante compacta, de color hueso y de persistencia media.

En nariz se pueden apreciar notas tostadas y cafetosas. En boca resulta un tanto dulzona, con notas de caramelo y también algo de galleta. Predominan bastante las notas tostadas, con un saborcillo a café bastante subidito para el estilo que estamos tratando. Se echa de menos que aparezca el lúpulo para aportar un poco de gracia al asunto. Final no especialmente amargo (20 IBU). 6,0%. Me costó 3,50€. Botella de 33cl.

16 de julio de 2025

Le Gué des Moines - La Belle Nº20 Barrel Aged

Y la cerveza adquirida en el taproom de Le Gué des Moines fue La Belle 20 Barrel Aged, una Imperial Stout elaborada con malta de cebada, malta de avena y envejecida durante 24 meses en barrica de güisqui Maison Victor, que antes había contenido Sherry.

La sirvo en copa TeKu. Presenta un color totalmente negro y una caída bastante oleosa. Bastante carbonatada, con una buena corona de espuma compacta y persistente de color blanco roto.

En nariz me vienen aromas a higos secos, pasas, café y regaliz. En boca es una cerveza con cuerpo, bastante sedosa. Resulta bastante alcohólica pese a que "solo" tiene 7,5%. Sensación de cubatazo a cada sorbo, no obstante la experiencia es bastante placentera y la cerveza rica. Sabores tostados, de café, bastante regaliz y ese puntito de pasas e higos secos que me recuerda de soslayo a las Quadrupels belgas. El güisquito bastante presente, aunque sin restarle protagonismo al resto de matices. Bastante disfrutable. Final amarguete (25 IBU). Me costó 4,80€. Botella de 33cl.

15 de julio de 2025

Le Gué des Moines - Bruguières

 

Al tercer día de nuestra invasión en las Galias, al marido de mi prima se le ocurrió la idea de asistir al festival medievofantástico Echos & Merveilles, que se realiza cada año en la localidad de Bruguières -a media hora de Toulouse- y que tiene un enorme éxito en la región, con una grandísima afluencia de público.

Para allá que nos fuimos. Pasamos una mañana entretenida entre peña disfrazada, conciertos folky (y otras cosas raras), lanzamientos de hacha, tiro con arco, tenderetes de artesanías, food trucks y sí, también habían grifos de craft beer. Joder, y es que si estás apostando por la artesanía local, qué menos que hacer lo propio con la bebida. Allá en Francia lo tienen muy claro. Aquí en España tenemos mucho que aprender. La única cervecera disponible en el festival era La Berlue, de la que ya os hablé hace unas semanas. Durante la jornada pude probar cuatro de sus variedades, pero lo mejor se encontraba a la salida. Justo a la salida del recinto del Echos & Merveilles fui a dar de bruces con la fábrica de Le Gué des Moines, así que no tuve más remedio que meterme dentro a refrescarme. Ya que aunque solo era principios de mayo, hacía muchísimo calor.


La historia de La Gué des Moines se remonta a 2015, cuando Martial Paille -tras varios años como homebrewer elaborando cerveza casera en la cocina de su casa- decide dejar su trabajo en logística para dedicarse profesionalmente a la cerveza. Se forma en el IFBM (Institut Français des Boissons, de la Brasserie et de la Malterie) en Nancy. Realiza sus prácticas en la brasserie Saint Germain y en 2016 funda La Gué des Moines junto a su socia Sophie Freyburger.

Su catálogo es bastante extenso. Cuentan con numerosas Blonde Ales, Witbiers y alguna Ambrée de corte belga. Aunque no son como la mayoría de cerveceras artesanales que basan el 95% de su producción en IPAs también cuentan con bastantes India Pale Ales (y alguna que otra NEIPA). También cuentan con algunas Fruited Sours, pero donde hay que poner especial atención es en su catálogo de Imperial Stouts envejecidas en barricas de güisqui.

La fábrica cuenta con tres maceradores, seis fermentadores, una embotelladora y un almacén donde también tienen varias barricas para envejecer cervezas. Está abierta al público para la degustación, contando con tres espacios: En el exterior de la nave disponen de una extensa terraza, con una gran cantidad de barriles, mesas pequeñas y kegs a modo de taburetes. Aunque cuentan con varias sombrillas, también han habilitado un porche con una sombrita muy maja donde tienen cuatro mesas más amplias de estilo biergarten.

En el interior de la fábrica, justo al lado de la sala de máquinas, cuentan con otra espaciosa sala (que es la que podéis apreciar en la segunda fotografía). Donde disponen de numerosos barriles que funcionan a modo de mesa, mesas altas y taburetes. En esta sala es donde se ubica un pequeño escenario, para las fiestas, conciertos y eventos múltiples que se organizan en la cervecería.

También en el interior de la fábrica, hay otra sala -un poco más pequeña- pero con decoración más agradable, más cálida y de estilo de cervecería, que hace que te olvides que estás en una nave industrial. En esta última hay varias mesas altas y taburetes, aire acondicionado, proyector en pantalla gigantesca para ver los deportes, una barra con once grifos, una pequeña cocina e incluso un pequeño rincón donde se pueden comprar sus cervezas y vinos de la zona.

El factor aire acondicionado fue determinante para nuestra elección, que por unanimidad fue ésta última. Tras haberme chuflado varias birras durante el festival medievofantástico, decidí tan solo consumir una IPA, ya se me había bajado la toña pero convenía no volver a incrementar los niveles de alcohol en sangre. Pasamos un rato muy a gusto -y fresquitos- viendo el rugby. La chica que nos atendió muy maja, y además pude comprar una Imperial Stout envejecida en barrica para llevarme a casa. Qué más quieres, Baldomero. Una sorpresa muy agradable a la par que inesperada, así que no dudé en aprovechar la ocasión. Finalizo colocando su correspondiente pin en nuestro extensísimo Mapa Birruno.

Balance de daños:

-La Gué des Moines - Roi de Coeur. La única birra que cayó durante la visita (que no durante el día) fue esta fantástica West Coast IPA de color dorado y aspecto límpido. Hacía muchísimo calor y era lo que me pedía el cuerpo.

Aromas herbáceos y cítricos muy agradables. Sabor intenso, que recuerda a las agujas de pino y la corteza de cítricos y un amargor considerable al final (57 IBU). Tiene un cuerpo potentillo pero en general es muy refrescante y se bebe bien. 7,3%












La Gué des Moines            Rue de la Briqueterie 31, Bruguières (Francia)            www.laguedesmoines.fr                +33   09  67  48   99  63

12 de julio de 2025

SPO - Saison Bruxellensis

También en mi lista, de forma ineludible, iba apuntada la Brasserie SPO.

Ubicados en Griesbach-Au-Val -localidad francesa muy cercana a Basilea y la frontera con Suiza- se especializan en cervezas de fermentación espontánea envejecidas en barrica de vino o licores.

Del los ejemplares disponibles en Kaspar & Lupulin elegí Saison Bruxellensis, una cerveza Farmhouse elaborada con malta de cebada, trigo, lúpulos (no especifica de qué variedades) y una fermentación mixta. Ha sido envejecida durante 8 meses en barrica de güisqui.

Procedo a descorcharla y servirla en copa TeKu. Presenta un color dorado muy claro, bastante transparente, sin turbideces ni partículas en suspensión. La carbonatación es bastante abundante, da para una gruesa corona de espuma compacta, de color blanco, de considerable persistencia.

En nariz es bastante compleja. Me vienen notas que me recuerdan a la manzana, la uva, la sidra e incluso el cava. También un tufillo que los expertos denominan "manta de caballo". En boca es extraordinaria. No es especialmente ácida, la acidez es muy sutil, muy suave. Es una cerveza de cuerpo medio tirando a la baja, muy refrescante, con burbuja finita que produce una sensación picante durante toda la cata y que me recuerda mucho al cava. Notas de manzana fresca, de sidra e incluso uva. Puntito de madera riquísimo, final seco. Pero lo mejor es el puntito del güisqui, muy suave, muy sutil, muy fino, que lejos de ser convertir la cerveza en un cubatazo le da un rollazo brutal de esos que hacen que te vuele la cabeza. En general me ha parecido deliciosa, muy fina y muy armoniosa en todos los aspectos. Nada chirría, nada está ido de madre, todo encaja y todo está rico. Muy sabrosa y sin ninguna estridencia. Un trabajo colosal. Chapeau! 5,9%. Me costó 24,00€. Botella de 75cl.