Después de un confinamiento de tres meses y medio a base de birra craft diaria me he dado cuenta de que quizás mi dieta birruna esté un pelín saturada de IPAs. Pues nada, vamos a cambiar un poco de tercio catando otros estilos.
Hoy tenemos con nosotros una cerveza más bizarra que la discografía del Payo Juan Manuel. Se trata de una colaboración belga entre Loterbol -de los que no conocíamos absolutamente nada- y los célebres 3 Fonteinen.
Hoy tenemos con nosotros una cerveza más bizarra que la discografía del Payo Juan Manuel. Se trata de una colaboración belga entre Loterbol -de los que no conocíamos absolutamente nada- y los célebres 3 Fonteinen.
La joyita se llama Loterbol y es un blend entre una Belgian (Golden) Strong Ale de Loterbol y una Lambic de 3 Fonteinen que ha tenido una refermentación espontanea en botella. La cosa la verdad es que no te deja indiferente. A mí personalmente me ha dejado loco.
La sirvo en vaso para Gueuzes y presenta color dorado y carbonatación vigorosa. Se genera una gruesa capa de persistente y blanca espuma si no se sirve con cuidado (como es mi caso) y tiene mucha retención. Durante toda la degustación nos deja ese puntito picante y chisporroteante en la lengua debido a las finas burbujas efervescentes.
Al olfato me ha dejado muy loco. ¿Es una Belgian Golden Ale? ¿Es una Lambic? ¡Son las dos cosas! Lo más fuerte es que cada vez que asomaba la nariz por el vaso me olía diferente, alternándose la una con la otra. A veces clarísimamente Golden Ale y otras veces me olía a Lambic total, incluso ya por el olor se intuía que nos iba a poner los ojos como los del Fary. En boca la sangre no llega al río y no es una cerveza extremadamente ácida, aquí la Belgian Golden Ale rebaja bastante la acidez. Sí se nota el sabor maltoso de la Belgian Golden Ale, el toque alcohólico de estas cervezas (¡ojo! 11,5%) pero por otro lado tienes el sabor a cuerazo de las Lambic, el sabor afrutado -en este caso me ha recordado más al membrillo que no a la manzana o la pera- y ese puntito funky de salvajismo de la fermentación espontánea. Para acabar nos deja en boca un final seco bastante seco que a mí personalmente me agrada. La verdad es que me ha dejado descolocado por el factor sorpresa, nunca había probado un blend así. En ocasiones hubiera preferido tomar la Belgian Golden Ale o la Lambic por separado, pero finalmente la experiencia ha sido placentera e incluso adictiva. Es una cerveza compleja y rara, creo que vale la pena darle una oportunidad para salirse de lo que bebemos habitualmente. Comprada online en Beerbao por 10,20€ (botella de 37,5cl).
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