23 de marzo de 2024

De Garde & Mikkeller Barghaven - The Time Together

Aquí estoy de vuelta, en esta ocasión con unos viejos amigos: De Garde. De la cervecera de Oregón ya tuve la oportunidad de probar su Ivy, que reseñé hace año y medio. En aquella ocasión tuve que tirar de tienda online extranjera. Esta vez ha sido De Garde quien ha venido a mí. En una de las últimas visitas que hice a la General de Begudes de Valldoreix me la encontré en la nevera poniéndome ojitos y claro, la tuve que adoptar.

Sí que tuve un pequeño disgusto al comprobar que era fruto de una colaboración con Mikkeller Baghaven (que seguramente ha sido el motivo por el que ha llegado con tanta alegría a nuestro país), más duro poco mi pesar, al leer en la etiqueta que había sido elaborada con el amigo Ehren de Baghaven. Vamos, que el amigo Ehren se pegó el viajecico a Tillamook, se echaron unas partidicas al cinquillo mientras preparaban el macerado y poca cosa más. La interferencia danesa básicamente ha sido testimonial, de manera que podemos apreciar mejor el buen hacer de los cerveceros de Oregón, que tan poco se dejan ver por estos lares.

La cerveza se llama The Time Together -supongo que por el ratico que echaron ambas cerveceras juntas- y es una Wild Ale de fermentación espontánea, sin fruta, añejada durante tres años en barrica de roble. Pues molt bé, vamos al lío.

Saco la chapa con poca pericia (a más de uno del CELCE le hubiera dado un síncope), hay que ir a por el sacacorchos. Tras darle caña a mis fibrados antebrazos consigo sacar el tapón y servirla en copa TeKu. Presenta un bonito color dorado subidito, sin llegar al ambarino, pero acercándose a un caramelo. Bastante límpida y muy carbonatada. Al principio se me ha ido un poco la mano, así que he tenido que esperar un buen rato a que bajara la espuma e ir sirviendo poquito a poco en varias tandas. Espuma abundante, compacta, de color blanco y muy persistente.

Asomo el naso, aquí hay un festival del salvajismo. Mucho establo, mucho Brett y un pelín fenólica. En boca es una cerveza ácida, sin llegar a chirriar, aunque sí con muchísima presencia del Brettanomyces. Es una cerveza compleja, bastante establil, con notas sutiles de madera, y profundamente marcada por el carácter de las levaduras locales, quizás demasiado. La degustación no es precisamente facilona, de hecho en ocasiones se hace un pelín durita. Conforme se atempera afloran sabores afrutados que nos recuerdan a la manzana, la pera y el membrillo. El puntito funky marcadito, y un puntito cítrico que le da cierta alegría al conjunto. Terrosita, y muy seca al final. No es una mala cerveza, ni mucho menos, pero no se bebe precisamente con alegría, hay que tomarse su tiempo. 5,5%. Me costó 21,21€. Botella de 75cl.

1 de marzo de 2024

Bottle Logic - Fundamental Observation

Y si había una cervecera estadounidense que tenía en el punto de mira desde hace años, esa era Bottle Logic. En alguna ocasión los habían traído a la tienda online de Mikkeller. En otras tiendas online europeas habían aparecido alguna vez con cuentagotas, y finalmente, a finales del año pasado y principios de este, parece que por fin han llegado de manera masiva.

Pues nada, la Sra. Birruno apareció con esta botellita a comienzos de diciembre como regalo por mi onomástica. ¡Cómo no vamos a llevar 15 años de matrimonio! Ha estado a buen recaudo desde entonces esperando una buena ocasión para abrirla.

Bottle Logic fue fundada en 2013 por Wes Parker, Steve Napolitano y Brandon Buckner en la ciudad californiana de Anaheim. Son mundialmente conocidos por sus negruras. En 2020 Ratebeer los clasificó como la 72ª mejor cervecera del mundo. Hoy os traigo Fundamental Observation, una Imperial Pastry Stout de 100/100 en Ratebeer y que ostenta el puesto número 13 de mejor cerveza del mundo dentro de su estilo. La cerveza lleva vainas de vainilla como adjunto, y una maduración en barrica de bourbon. Se han realizado varias ediciones de esta cerveza, esta última (la de 2023) sería la que contaría con "menor" graduación, 13,0%, que ahí es nada.

Pues nada, al turrón. La sirvo en copa. La caidita de Roma es bastante oleosa, con aspecto de brea, un auténtico petrolaco. Muy negra y opaca. Tras el impacto contra el cristal no parece liberar nada de carbónico, así que me afano a escanciar. Llenados más de dos tercios de la copa se empieza a vislumbrar una cascada invertida que acaba generando una capa de espuma de color marrón, de un par de dedos de grosor, no demasiado tupida ni cremosa, y de persistencia media.

Al asomar el naso puedo disfrutar de un aroma muy a agradable a café, chocolate, dulces, y la vainilla que viene como adjunto. En boca es una cerveza muy densa, muy oleosa, aterciopelada al tacto, ni rastro del alcohol en boca. Muy intensa, con un saborazo riquísimo que nos recuerda al café, notas achocolatadas riquísimas, un punto dulce, golosona, acaramelada, pero sin resultar empalagosa, y con el sabor avainillado que es una locura. El puntito del bourbon acaba aflorando conforme se atempera, riquísimo, muy sutil -para nada resulta un cubatazo- que acaba de aportar un saborazo al conjunto que es un locurón. Tremendísima. Botella de 50cl.