Una de las grandes cerveceras estadounidenses más esperadas por el blog era De Garde, con sede en Tillamook (estado de Oregón). Se dejan ver muy poco por estos lares (por no decir absolutamente nada), así que tras varios años rezándole a La Moreneta por fin tuve la oportunidad de hacerme con una a través de la web de Mikkeller. Podía haberme hecho con tres variedades diferentes más, pero debido al desorbitado precio de sus botellas prefería hacer una toma de contacto, y luego ya veremos.
Hoy tenemos aquí Ivy, una American Wild Ale de fermentación espontánea envejecida en barrica de roble durante dos años.
Primero saco la chapa con poca finura (como vean los del CELCE cómo ha quedado me pasan por el garrote vil) y acto seguido procedo a descorchar la botella. La sirvo en copa TeKu, presentando un bonito color amelocotonado, con cierta turbidez. La carbonatación no es demasiado abundante, y la espuma, blanca y de aspecto jabonoso, dura muy poco.
En nariz ya nos llega un aroma a establo bastante interesante, con notas de madera. Se vaticina ácida. En boca es una cerveza muy seca, con la presencia del brettanomyces muy marcada. La madera también está muy presente, y entre todo este sarao podemos encontrar también notas afrutadas y un toque fenólico. Gana bastante conforme se atempera. Tiene mucho rollo, y ese puntito único de terroir. 6,0%. Costó 24,07€. Botella de 75cl.
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