El gigante de la cerveza artesana escocesa abrió su primera franquicia en España el pasado 11 de febrero en Barcelona, acontecimiento que ha sido de gran importancia en el panorama birruno por varias razones. La primera porque el hecho de que un emporio como el de la Brew Dog ponga su mirada en la Ciudad Condal es una evidencia del auge de la cerveza artesana en nuestro país y de que algo se está cociendo aquí, algo por encima de un Boom o una moda, tal y como indicaba
La Vanguardia hace unos días, la cerveza artesana en España no es ningún Boom, está aquí para quedarse. Existimos, estamos en el puto mapa del panorama cervecero internacional. La segunda es que una empresa del prestigio de Brew Dog, que ha significado una revolución de la cerveza en Europa abra su bar aquí, es un motivo de alegría para todos sus fans, tener un Brew Dog Bar en tu ciudad es un orgullo y una alternativa a los muchos otros locales de birreo
barceloní.
Hace un par de meses -antes de lo que me esperaba- tuve ocasión de visitar el Brew Dog Bar Barcelona (no lo he reseñado hasta hoy porque tenía acumulados muchos otros locales, también de bastante envergadura, pendientes de publicación) y al cabo de unas semanas pude realizar una segunda visita relámpago, con esto y siguiéndolos a través de su Facebook y su Twitter, creo contar con suficiente información como para hacerme una idea de lo que se cuece y de lo que se está pinchando por allí.
Mi primera visita la realicé, no sin miedo, un tanto a la expectativa, temiendo quizás de que tan deseado local acabase convirtiéndose en el puto Starbucks de las birras. Tras dos breves visitas al local doy gracias a Dios de que esto no es así, y de momento la cosa funciona bastante bien, y rezo para que continúe así o que incluso mejore. De momento disfrutemos del presente y el tiempo ya nos dirá.
Carpe Diem.
Ubicado en pleno
Beerxample -en la manzana de al lado a la del BierCab- los Brew Dog han tenido mucho ojo al seleccionar la localización, y es que ese lugar está actualmente muy transitado por todos los
beer geeks que frecuentamos las numerosas tiendas y cervecerías de la zona. Se está poniendo el barrio que da gusto.
El local es amplio y agradable -madera, obra vista, graffittis- y cuenta con varios espacios para comer y birrear a tope: la barra cons sus taburetes, pequeñas mesas altas de madera con sus correspondientes taburetes altos (curiosamente los mismos que los del Biercab), una amplia mesa al lado de la entrada, unos sillones -y escasos- sillones rollo vintage y lo mejor de todo, las mesas que dan al exterior, estilo cafetería americana, con unos asientos muy cómodos y vistas a la calle. Los lavabos son un puntazo, en la entrada han tenido el detallazo de colocar unos sillones -rollo los de casa de tu abuela- para que las esperas sean más llevaderas, y los WC son
deluxe, con un
collage de fotografías de toda la escena punk de las islas británicas,
awesome. Que el ojo a la virulé de Johnny Rotten esté fijado en tu zanahoria mientras cambias el agua al canario es, califiquémoslo así, un tanto pintoresco.
Ahora vamos al
maincore, las birras. 20 tiradores ¡20! de la mejor cerveza. Evidentemente 10 de ellos dedicados a su producción propia, que es buenísima, pero si has orinado en tan numerosas ocasiones su Punk IPA, la Dead Pony Ale, la Libertine Black Ale, y el resto de su repertorio, pues como que ya te vas fijando en los otros 10, donde se pincha la cerveza de las
breweries amigas. Entre esas estrellas invitadas, que van rotando con bastante celeridad, se encuentran Siren, Magic Rock, Mikkeller, Weihenstephan, Cantillon, P
õhjala, Evil Twin, Lervig, De Molen, Baladin, Brooklyn, Beer Project Brussels y un larguísimo etcétera, resumiendo, lo más granado de la élite birruna a nivel internacional. Para los amantes de la cerveza local, también van trayendo Fort, La Calavera, Guineu y As por poner unos ejemplos.
Afortunadamente los del Brew Dog Bar Barcelona también han apostado por una cocina decente para acompañar a todo este bebercio. Menos mal, estamos fritos con los mezcladitos de frutos secos. Las dos veces que he estado allí han sido de paso y no he podido comer nada, salvo un pastel de chocolate muy rico que nos ofrecieron, así que no puedo opinar ni informar sobre lo que tienen allí, pero es un gran alivio saber que al menos cuentas con esa opción y saber que puedes maridar todas estas birrazas con una hamburguesa o alguna tapa decente. Una cena regada con Brew Dogs es una gran alternativa para la noche del Beerxample. Un gran acierto.
Como punto flojo solo comentar que el personal que me ha atendido -hablo a título personal- no estaba muy puesto en el tema. Con dificultades sabían lo que tenían pinchado y mucho menos sabían explicarme de qué estilo era la cerveza por la que les estaba preguntando, es más, en un par de ocasiones he tenido que corregirles. Para mí quizás no fue un problema, ya que más o menos me apaño a la hora de elegir y tengo mis gustos y preferencias definidas, pero si le sucede lo mismo a una persona que desea iniciarse en el tema y se encuentra con esta situación pues puede dar una mala imagen. Creo que si un gigante como Brew Dog desembarca en una ciudad como Barcelona, donde la gente ya empieza a tener bastante conocimiento del producto, lo mínimo es darle un curso de formación a tu plantilla para que por lo menos conozca y sepa diferenciar sus propias cervezas. Quizás tuve mala suerte, es posible, no obstante supongo que conforme vayan pasando los meses, al ritmo de
keykegs que van pinchando creo que tardarán muy poco en curtirse en la materia.
Algo que tampoco me gustó es que el negocio carece de un alma máter. No sé si será por el hecho de ser una franquicia, pero realmente falta algo. En La Cervecita tienes a Quim y Angie, en el BierCab está Manolo, en el 2D2Dspuma está Susana, y así con todos los locales de cerveceo de la ciudad. En el Brew Dog Bar Barcelona hay un gran vacío en ese aspecto y realmente se echa muchísimo en falta, alguien con quien poder dialogar y poder plantearle tus dudas y dejarte aconsejar, o simplemente charlar sobre cerveza.
Por último, a nivel personal -por lo menos a día de hoy- no voy a volver nunca más a este local ni a comprar ninguna de sus cervezas. Me toca muchísimo los putos huevos esforzarme, invertir mi tiempo, mi dinero y mis energías en reseñar el negocio de alguien y que no te den ni las putas gracias. Pues muy bien Brew Dog, ya sabéis todas las alternativas que existen en la ciudad ¿verdad?, no tengo ni que cambiarme de acera para encontrar cervecerías con gente más agradecida y volcada en su clientela. Ya me habéis visto el pelo.