Beerbliotek - Bobek Citra

Hubo un tiempo en que Beerbliotek lo petó. El punto álgido lo alcanzaron con el encargo del GBG Beer Week para elaborar la cerveza del festival en la edición de 2017, cerveza a la que llamaron A Moment of Clarity., con tal éxito que la han vuelto a elaborar en numerosas ocasiones.

Bien, a día de hoy no es que pueda afirmar que no lo sigan petando pero lo que nos llega aquí no es mucho, no hace nada de ruido (más bien pasa desapercibido) y tampoco son birrotes que nos deslumbren demasiado como aquellos que nos llegaban en 2017. También cabe decir que cada vez tomamos más y mejores birrotes (muchos de ellos elaborados aquí mismo) y que también cuesta más que una cerveza nos saque la lagrimita.

Bueno, más de dos años después volvemos a tenerlos aquí, con su Bobek Citra. Una American Pale Ale que no nos ha puesto mirando a Cuenca ni mucho menos pero que sí hemos disfrutado, nos ha resultado rica y refrescante y con eso ya nos damos por satisfechos. Por el nombre ya nos imaginamos la cosa no tiene mucho misterio: Una APA elaborada con lúpulos Styrian Bobek de Eslovenia y Citra de los Estados Unidos de América.

La sirvo en vaso shaker y presenta un color dorado, bastante limpio, quizás un poco velada por el frío. La carbonatación es abundante, la espuma blanca, no demasiado compacta ni especialmente duradera. En nariz podemos disfrutar de aromas cítricos y algún puntito herbáceo. En boca es ligera de trago, muy bebestible, sin mucho misterio: Matices cítricos muy refrescantes y notas herbáceas. Agradable y muy crushable. No esperéis ninguna virguería, pero sí es una cerveza muy apta para beber en cantidad en alguna barbacoa o evento al aire libre. 5,5%. Lata de 33cl. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix.

Einstök - Porter

Muy buenas sensaciones me ha dejado la cervecera islandesa Einstök. En una compra online que hice al regreso de mis vacaciones me hice con tres ejemplares de los compatriotas de Björk, y la verdad es que las tres muy bien, especialmente la Wee Heavy y ésta que reseñamos hoy.

Bien, hoy toca la Toasted Porter, que pensaba que ya la había publicado, ya veis el nivel de despiste. Porter no es un estilo que suela comprar con asiduidad, pero de tanto en cuando voy catando alguna que otra para hacer revivals de los estilos que suelo beber menos y así refrescar el paladar y la memoria.

La sirvo en copa snifter, presentando color oscuro. Negro, con algún deje marronoso. La carbonatación es muy abundante y nos deja una gruesa capa de crema muy compacta y persistente de color beis.

En aroma nos llegan aromas cafetosos. En boca, en cambio, es más tostada que cafetosa, algo de regaliz quizás, y conforme se atempera va apareciendo un sabor achocolatado brutal. Mucho cacao puro, chocolate negro, cero churruscada, un poco amarga. La verdad es que muy rica. 6,0%. Me costó 3,10€. Botella de 33cl.

Lo Vilot - Apricot Dispersion

Hace un par de fines de semana nos fuimos a comer a la fantástica terraza del Bar Bocamoll en Sant Cugat, que es la que me ha salvado la vida este invierno de morir defenestrado por estrés pandémico.

Hizo solecito y calor para la época del año y decidí regar el ágape con grandes cervezas locales. Para variar, inicié la sesión birruna con una New England IPA, pero conforme avanzaba la tarde me apeteció esta Sour con albaricoques. La firma la cervecera Lo Vilot, de la que soy un auténtico fan.

La joyita se llama Apricot Dispersion, es una cerveza de fermentación mixta macerada con albaricoques locales (250gr de fruta por cada litro). La receta lleva malta de cebada, malta de trigo, la fruta mencionada y fermentos lácticos.

La sirvo en copa, y presenta un color anaranjado bonito, con cierta turbidez. La carbonatación es escasa, nos deja una delgada corona de espuma que no tarda en desaparecer.

En nariz ya apreciamos el Lactobacillus y los albaricoques. En boca es bastante ácida, con la balanza claramente desequilibrada hacia la acidez, en detrimento de la fruta. El albaricoque está presente, rico, aportando cierto dulzor al conjunto, pero sin llegar a superar en ningún caso la acidez del lactobacillus. A mí personalmente me hubiese gustado menos ácida y con mayor presencia de la fruta. Un pelín de acético muy suave acaba de darle un rollazo muy guapo al conjunto, aportando sabor y complejidad. Me ha parecido muy rica y... ¡ojo!, que esta peña empieza a salirse con cervezas Sours. Sin duda una cervecera a seguir. 6,0%. Botella de 37,5cl. Por si alguien tiene curiosidad, también existe una versión con cerezas.

Goutte D'Or - Louise

Os he estado hablando de las fantásticas Farmhouse Ales que nos hemos crujido este verano con gran entusiasmo. Dos brasseries galas son las que se me han revelado como las grandes estrellas del verano. Una es La Malpolon (con fábrica cerca de Montpellier) y la otra la que nos atañe hoy, Goutte D'Or, con sede en París.

Se me había quedado escondida en el trasterete esta magnífica Brett Saison, que me abrí a principios de mes, pero que entre pitos y flautas injustamente no llegué a publicar.

La joyita se llama Lousie y sus creadores la etiquetan como cerveza de mesa. Es una cerveza de fermentación mixta, y utiliza levadura Saison, así como Brettanomyces.

La sirvo en copa TeKu, presentando un color pajizo bastante clarito. Cierta turbidez también. Carbonatación vivaz y abundante, de burbuja fina y chispeante, que nos deja una buena capa de espuma blanca y compacta.

En nariz ya nos saluda el Brett, también ese aroma característico de las cervezas Saison y el olor del ceral. En boca es una cerveza muy ligera, entra muy bien, con alegría. Predomina el sabor dela levadura Saison, pero con un toque muy sutil de Brett, que aporta un ligero sabor ácido agradable. Como a mí me gusta. Notas de pera, también manzana, y una sequedad muy marcada al final que nos deja loquitos. Muy rica y altamente bebestible. 4,0%. Comprada online en Beerbao por 3,40€.

Mahrs - E.T.A.

Una de las últimas maravillas que nos hemos chuflado de baja fermentación ha sido esta E. T. A. de la cervecera teutona Mahrs.

Los de Bamberg han rendido homenaje al célebre escritor Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, que el año que viene cumplirá dos siglos criando malvas.

Para dicho tributo han elaborado una fantástica Dunkel con maltas tostadas y lúpulos Hallertauer Perle y Hallertauer Select.

La servimos en vaso alto para Lagers, presentando un color avellana muy bonito, oscurita. La carbonatación es muy abundante, y nos deja una gruesa capa de espuma muy tupida y compacta de color beis, bastante persistente.

En nariz nos llegan agradables aromas tostaditos. En boca entra pasmosamente bien sin renunciar a un ápice de sabor. Muy ligera, con notas tostadas muy agradables, un puntito de regaliz y un sabor acaramelado muy rico. Pan tostado, muy sabrosa, entra sola. 5,0%. Comprada online en Beerbao por 2,70. Botella de 50cl. Joyaza.

Boris Brew - Vikingathor

Llevaba años detrás de esta cerveza y al final he ido a parar a comprarla al puto Corte Inglés. Qué se le va hacer. Sí, no me miréis así. No me digáis que nunca os ha salido una cerveza chusca y habéis puesto pose de Escarlata O'Hara gritando al cielo: "-A Dios pongo por testigo que nunca más volveré a comprar cerveza artesana sin refrigerar en El Corte Inglés". Pues sí, a mí me ha pasado. Y además, como no aprendo, varias veces.

Bueno, pues al lío, hoy tenemos por fin en el blog la Vikingathor de Boris Brew, la cervecera del maestro Boris de Mesones. Si no recuerdo mal esta cerveza se coló (que alguien me corrija si me equivoco) en el Top 50 de mejores Dunkels del mundo según Ratebeer. Luego, supongo que ocurre como todo. Llegan cuatro yanquis, se juntan en una barbacoa, puntúan sus cervezas por encima de lo que toca y se dedican a hundir al resto. Hecha la ley, hecha la trampa.

Bueno, la de hoy es una -según su creador- Indian Dunkel Tostada. Esa segunda n en Indian duele mucho. A mí particularmente a las cervezas lupuladas me gusta más añadir delante un Hoppy que no un India, pero en este caso, intuyo que la cosa va por hacer énfasis en el cruce entre una Munich Dunkel y una India Pale Ale, utilizando la malta tostada y la levadura Lager de la primera, pero con la carga de lúpulo y la graduación de la segunda (más bien Imperial IPA). Al fin y al cabo son conjeturas mías, lo que sí está claro es que es un free style en toda regla.

La receta, según su página web, lleva malta Pilsen, malta negra, Spitzmalz y los lúpulos Polaris, Simcoe, Amarillo, Chinook y Centennial. Levadura Lager y agua de la sierra de Segovia retocada para aumentar el calcio y para afinar el balance de sulfatos y cloruros. Pues nada, vamos a proceder a darle al drinking.

La sirvo en copa TeKu  y presenta color pardo, con algún destello rojizo al trasluz. La carbonatación es muy abundante y nos deja una gruesa capa de crema compacta y duradera de color pergamino. En nariz podemos apreciar los aromas tostados de las maltas, así como las notas herbáceas que nos aportan los lúpulos. En boca al principio predomina un rico sabor tostado, acaramelado, que no tarda en quedar solapado por el sabor lupulado, que sorbo a sorbo se va apoderando de la cerveza. Resina y sabores herbáceos invaden el paladar, dejándonos un amargor final muy marcado (75 IBU), que hacen que nos vayamos olvidando de la Dunkel original. En general, si uno va con la mente abierta es una cerveza rica y disfrutable. Ahora bien, si te esperas una Munich Dunkel o una IPA seguramente te vas a llegar un chasco. 8,2%. Comprada en el establecimiento antes mencionado por 2,80€.

La Trappe - Quadrupel

Hace unos días, dominguete de cerveza Trapista, me abrí la Quadrupel de los monjes neerlandeses de La Trappe. De La Trappe hasta este verano no habían pasado por el blog (entono el mea culpa) pero poquito a poco nos estamos redimiendo de nuestros pecados pasados.

La que tenemos hoy es la versión normal de la Abt, pero hemos podido observar que su versión Oak Aged copa el Top 50 de Untrapper del estilo. Nada menos que 28 batches diferentes de la misma cerveza ocupan dicho ranking. Vamos, que si se me pone a tiro seguramente acabará pasando por aquí. De momento nos damos con un cantito en los dientes y nos tenemos que conformar con la básica.

Andiamo. La sirvo en copa TeKu, presenta un color ámbar subido muy bonito. La carbonatación es muy abundante y nos deja una gruesa capa de espuma muy compacta y persistente de color hueso. En tocha nos llega un agradable aroma a ciruelas pasas y uvas pasas. También un pelín de alcohol, así como notas de levadura y de malta tostada.

En boca es dulce (para mi gusto me hubiese gustado un poquito menos), con el alcohol bastante presente en sabor (con diez gradacos es totalmente normal). Notas acarameladas, toffee, caramelo, azúcar moreno y las ciruelas y uvas que aparecían en nariz también aparecen en boca. Una cerveza potente y rica en matices, ahora bien, no entraría dentro de mis Quadrupels favoritas. Me costó 2,40€ en la vinoteca La Viña de Benicàssim.

La Textil - Pequeña Muerte

Una de las latas que me compré durante nuestra visita al brewpub La Textil de Barcelona fue esta Belgian Tripel a la que han bautizado con el curioso nombre de Pequeña Muerte. Lo de pequeña debe ser por el formato de la lata y lo de muerte supongo que por su 8,1% de graduación alcohólica.

Pues nada, vamos allá. La servimos en copa TeKu y presenta un bonito color caramelo, con una buena carbonatación que nos deja una copiosa capa de espuma muy tupida, compacta y persistente.

En nariz podemos de disfrutar del aroma de la levadura belga, así como de toda la carga de cereal. en boca predomina el cereal, tampoco es que sea excesivamente sabrosa, todo bastante suave. Un ligero -y un tanto lejano-toque belgian acaba de apañar el conjunto para que se asemeje al estilo. Final un poquito seco. 28 IBU. A ver, si te va el rollo km0 y aprecias el comercio local, bien. Si quieres una Tripel auténtica y bastante más barata te aconsejo una Westmalle. 3,70€ sin distribuidores ni intermediarios.

La Benzinera - Igualada

 

Y a la vuelta del Zwanze 2021 el cuerpo aún nos pedía marcha birruna, así que estuvimos especulando con la idea de acercarnos a la Trobada de Cervesers Artesans de Molins de Rei. Al final -tras someterlo a votación- pusimos rumbo a Igualada para visitar la cervecería La Benzinera, que nos pillaba más cerca de Mediona, y que no nos pilla precisamente cerca de nuestra zona de birreo cercano, así que aprovechamos la ocasión.

La Benzinera está ubicada en pleno centro de la capital de La Anoia, y arroja algo de luz al panorama birruno de la Catalunya interior. Abrieron en agosto de 2020 -justo después del confinamiento duro- y llevan más de un año dando buenas birras a las gentes de La Anoia i totes aquelles contrades. Han tenido muy buena acogida pese a las idas de venidas de las restricciones sanitarias y confinamientos perimetrales. Tras sus grifos nos esperan Lydia y Javi, una pareja con muchas ganas de dar caña birruna y de regar con buena birra las sedientas gargantas de las igualadinas e igualadinos. ¡Vamos allá!

Nos plantamos allí puntuales a la hora de apertura y ya hay gente esperando fuera. Buena señal de que Lydia y Javi han hecho una buena labor de birrangelización en la capital de La Anoia, y de que ya cuentan con su parroquia local. La meteorología y el entorno nos invitan a sentarnos en la terraza. La cervecería está ubicada en una tranquila plazuela que queda en el interior de una manzana de edificios, muy discreta y resguardada del tráfico. La terraza es muy amplia, pero no tarda en llenarse. Cuentan con varias sombrillas grandes para evitar la torrija si hace sol y resguardarnos de la lluvia en caso de climatología adversa. El interior está decorado en madera y pizarra, con luz cálida. A la izquierda están las mesas con sus correspondientes taburetes altos, por si alguien quiere acomodarse dentro. En la entrada, a mano derecha tienen unas estanterías con cervezas por si alguien quiere comprar para llevarse a casa. Al fondo a la derecha está la barra, con sus seis grifos (han dejado espacio para ir ampliando, cosa que no creo que tarde en suceder) y justo enfrente la neveraza cargada de buena mandanga por si no acaba de seducirnos lo que tienen pinchado en sus grifos.

En La Benzinera apuestan por el producto de proximidad, y no solo las cervezas son artesanas. El interior ha sido creado por ellos y sus amigos, utilizando materiales reciclados y de segunda mano. Su objetivo es lograr el mínimo impacto de residuos posible.

En sus grifos y neveras podremos encontrar birrotes de Casa Dalmases, Màger, Agullons, Lo Vilot, Hoppit, Segarreta, Cierzo, Sesma, The Antipàtics, Bidassoa, Rec, Redneck, La Pirata, Gross, Drunken Bros, Dougall's, Zeta, La Quince, Guineu, Els Minairons, Soma, Caleya, Limbik o Eighth Sun entre muchas. Sus grifos son variados y normalmente suelen tener una Pilsner, alguna IPA, una Sour y una Stout. Así que hay para todos los gustos. También tienen alguna sidrita.

Nos atiende Lydia, que al comienzo está sola y con gran amabilidad nos explica qué es lo que tienen hoy y qué nos recomienda. Nos advierte que el barril de New England IPA monovarietal de lúpulo Mosaic de Rec está a punto de palmar, así que decidimos empezar por ahí. También pone a nuestra disposición un código QR para que podamos ojear la carta de tapas para acompañar. El servicio muy rápido, incluso con bastante clientela, cosa que se agradece.

Más tarde aparece Javi Carrión, que se fija en mi camiseta de Anthrax y me hace un cumplido. Uno de mis colegas se da cuenta de que es el baterista de la banda de Thrash Metal Crisix. Javi nos explica que su pareja (Lydia) quería montar un bar craft, y a él siempre le había gustado la idea de montar un pub, así que se animaron y decidieron montar La Benzinera hace un año. Nos comenta que con el tema pandemia se han reducido bastante su número de conciertos y que allí está echando una mano con las birras. Por supuesto no faltó música cañera durante toda la tarde.

Pasan las horas, va oscureciendo y aquello se va poniendo a tope. Da gusto ver, no solo como proliferan los negocios relacionados con la cerveza artesana, sino la buena acogida que tienen, no solo en Barcelona y capitales de provincia, sino en cualquier localidad, con un buen trabajo y un buen producto, cada vez es más fácil llegar a un público específico, con cada vez más ganas de probar cosas nuevas y que cada vez conoce mejor ese producto.

Echamos un ojo a su carta, porque al venir desde Mediona veníamos un poco cargaetes y necesitábamos algo sólido para llenar el estómago. En La Benzinera podemos pedir tablas de quesos, embutidos, olivas berberechos, un hummus riquísimo con crudités, nachos con queso, guacamole o pico de gallo, focaccias o pizzas de la pizzería Alghero, que está justo al lado. La verdad es que quedamos encantados con las birras, el ambientazo y el agradable trato de Lydia y Javi. Esperamos volver muy pronto. ¡Un abrazo! No podíamos despedirnos sin colocarles su merecido pin en nuestro Mapa Birruno.

Balance de daños:

-Rec - Hiccup Mosaic. New England IPA local -más fresca imposible- monovarietal de lúpulo Mosaic. Muy hazy, muy zumazo, repletita de matices tropicales y cítricos. 30 IBU. Entró sola. 6,2%.

-Reptilian & Màger - Açaidera. Creo que hasta la fecha no había catado ninguna Catharina Sour (estilo típico de Brasil) y viniendo de Màger no me la quise perder. Se trata de una colaboración entre Reptilian y los de La Llacuna. Sour con açaí como fruta protagonista, así como fruta de la pasión y graviola (una fruta muy parecida a la chirimoya). Prácticamente sin gas, muy dulce, con el puntito ácido sin pasarse. Bastante cuerpo y la fruta como protagonista. 5,5%.

La Benzinera                Santa Caterina 39 (Plaça La Isabela), Igualada (Barcelona)              608   968   383

La Quince - Biodroid

Y la otra cerveza que cayó durante nuestro asado argentino -gentileza de Asarte La Floresta, gracias Fidel- fue la Biodroid de nuestros queridos membrilleros de La Quince.

De las tropecientas cervezas que han dedicado a la serie de animación Dragon Ball ésta es la segunda que consigo, dedicada al monstruo Célula, que daba más grima que tu suegra cagando. No sé por qué los nombres de esta serie de cervezas me recuerdan a "El Resplandior" de los Simpson.

La cerveza en cuestión es una Imperial IPA elaborada con maltas Golden Promise,Pils y Cara-Malt y los lúpulos Cashmere, Citra, Columbus y Cryo Mosaic.

La servimos en vaso festivalero y presenta un color dorado subido, un tanto acaramelado, con buena carbonatación que nos deja una buena capa de espuma blanca y compacta. En nariz agradables aromas herbáceos muy refrescantes y una buena dosis de cítricos. En boca es una cerveza sabrosa, intensa, con el alcohol bien integrado (8,2%). Los sabores son herbáceos -yo particularmente he encontrado que predominaba el Columbus- y con notas cítricas muy frescas y algún puntito ligero de fruta tropical. Muy amargota al final, por si echabas de menos las IPAs de antes (50 IBU). Una gozada, como todo lo que hace esta gente. Un abrazo para Jacobo y Benji. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix.

Pyrene - Good News

Hace unos días tuvimos barbacoa en casa de unos colegas, y como vi que íbamos a hacer corto de birras, me acerqué a la General de Begudes de Valldoreix para hacerme con unas cuantas laticas. Me trinqué tres ejemplares de la cerveza que nos ocupa hoy y otras tres de la que publicaré mañana.

La elegida fue esta Good News de la cervecera aragonesa Pyrene, que ya había pasado por el blog el año pasado. Hemos querido traerlos de vuelta con esta India Pale Ale muy rica e ideal para estos calores otoñales.

La receta lleva malta de cebada, copos de trigo y copos de avena además de los lúpulos Tradition, Amarillo, Citra y Mosaic. La graduación es de 5,6%.

La sirvo en vaso festivalero y presenta un color anaranjado, de aspecto un tanto hazy pero sin llegar a zumazo. La carbonatación es abundante y genera una buena capa de espuma de color blanco un tanto jabonosa. En nariz podemos disfrutar de aromas que nos recuerdan a ala piña y registros cítricos. En boca es una cerveza rica, nada amarga, de cuerpo medio, pasa muy bien y con sabores cítricos y de fruta tropical. Muy agradable en boca y bastante refrescante. Buen trabajo de la cervecera oscense.

To Øl - 45 Días Mexican Lager

A ver cómo os explico esto. Resulta que nos tiramos como diez años haciendo divulgación del craft, diciéndole a la gente que la cerveza artesanal es más buena, más sabrosa, con ingredientes de calidad y vas y me sacas una puta Coronita.

También te tiras media vida explicándole a la gente que el enemigo primordial de la cerveza artesanal es la luz, que hay que preservarla de ella, que no compres cerveza craft en tiendas donde las exponen en escaparates, y que mejor si la compras en lata porque al ser totalmente opaca tu cerveza no se va a dañar. Pues ale, llegan los To Øl y te sacan esta birra en una botella totalmente transparente. Con dos cojonazos. Todo por la puta gracia de imitar la Coronita, que es una puta mierda de cerveza. ¿Para qué cojones quieres imitar una puta mierda? ¿De esto iba el craft? No me jodáis. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Imitar una Steinburg?

Ojo, que yo ya sabía en el fregao que me estaba metiendo, pero como To Øl cuenta con su 45 Days Organic Pilsner, que es una puta maravilla y que la hemos comprado en casa en packs de 6 en 6, creí que ésta al menos sería una Mexican Lager con algo de punch, con algo de gracia, con algo que dejara la Coronita como agua de fregar los platos, pero no. Viene a ser lo mismo.

La cosica se llama 45 Días Mexican Lager. No podéis apreciar el artwork de la botella porque al vaciarla no se puede ver nada, ya que tanto la botella como la etiqueta son transparentes y las letras vienen en blanco, así que si queréis saber cómo es buscadla en google. La sirvo en vaso shaker y presenta un color claro, pajizo sin impurezas. La carbonatación no es especialmente abundante, la espuma es blanca y de aspecto jabonoso. Tampoco es especialmente persistente. En nariz poca cosa. Le doy el primer sorbo y me voy directo a la nevera a por un limón para ver si mejora la cosa. Es aguada, insulsa y con menos gracia que un peo en la cara. La verdad es que me podía haber ahorrado la pasta. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix.

Río Azul - 16

Traemos de vuelta a la cervecera sevillana Río Azul, que últimamente está etiquetando sus latas con estas pegatas minimalistas, con la información imprescindible y poca cosa más. Tampoco se han quebrado demasiado la cabeza a la hora de bautizar su criaturica: 16 y andando. Imagínate que tus padres te llamasen Goma Rota. No sé, esperaba algo más de cariño.

La cerveza en cuestión es una American IPA con los lúpulos Citra T-90 y Simcoe T-90. Sin avena, sin trigo ni pollas en vinagre. Una IPA de las de antes.

La servimos en la copa del bar La Plaça de La Garriga, que fue donde la pedimos. El color es dorado, límpido, sin turbideces. La carbonatación es muy escasa. La sirvo con ese arte asturiano que me caracteriza y apenas logramos sacarle un dedito de espuma que no tarda en disiparse. En nariz notamos aromas cítricos y herbáceos.

En boca es una cerveza ligera de trago, entra bien. Afortunadamente no queda desbravada. Es sabrosa y refrescante, con los cítricos como protagonistas, y alguna nota herbácea y afrutada en segundo plano. El amargor final es bastante pronunciado, pero sin idas de madre. A mi mujer y a mí nos gustó, y con el chicharrete que estaba cayendo aquel día a la una y media de la tarde entró de maravilla. 6,2%.

Freiburg - Hospitalet de Llobregat

 

Llevaba varios años con un colega dándome la barrila para que lo acompañase al mercado de Collblanc en Hospitalet de Llobregat para visitar uno de los templos del bocata: el bar Neme. La pandemia truncó sus planes y hasta que la cosa no se ha relajado un poco no me volvió a sacar el tema. Con la incidencia a la baja en Cataluña, finalmente pusimos fecha a nuestro encuentro para aniquilar ese bocata de bacalao con pimientos y all i oli. Intuyendo que en dicho bar poco craft iba a haber, hice la consulta correspondiente a mi mapa google de cervecerías que debo visitar antes de espichar, y, justo al lado del citado mercado, estaba uno de los pins más importantes que me faltaban por visitar: la cervecería Freiburg. Total, que la incursión bakalaera me sirvió para matar dos pájaros de un tiro. Primero iríamos al Neme a disfrutar de su célebre bocata, y al salir nos iríamos derechitos al Freiburg, uno de esos lugares donde empezó a gestarse el movimiento craft en este país.

Mi intuición no me falló, así que en el Neme me vi obligado a pedirme un botellín de agua. Eso sí, el bocadillo de bacalao con pimientos y all i oli estaba de escándalo. Nos dimos una vuelta por el pintoresco mercado, disfrutando del ambiente de una soleada mañana de sábado, y al salir nos fuimos a saciar nuestra sed al Freiburg.

La cervecería lleva abierta desde 1996. Llevan un cuarto de siglo sirviendo frankfurts y cervezas a la parroquia local. Pero no estaríamos hablando de esta pequeña cervería de barrio si tras sus grifos no hubiera pasado Manolo Baltasar. En sus inicios, antes de la eclosión del craft en nuestro país,  Manolo pinchaba cervezas nacionales, alemanas y belgas. Pero fue cuando descubrió Sierra Nevada cuando empieza a cogerle el gustillo al lúpulo y a pinchar cosas que antes por aquí no se veían. El resto de la historia ya la conocéis. En 2013 se inauguraba BierCaB con Manolo tras sus 30 grifos.

A día de hoy en Freiburg ya no está Manolo, pero continúa su legado, siempre con una birras impresionantes pinchadas en sus tiradores. Actualmente cuentan con 10 grifos y una potente nevera. Actualmente, con la incertidumbre de las medidas sanitarias -una semana te abren todo, a la siguiente todo el mundo confinado- algunos de sus grifos no están operativos.

El local no es muy grande. La barra ocupa buena parte del espacio, que va de punta a punta, y enfrente se encuentran las mesas, pequeñas, debido a la reducido de su espacio. Afortunadamente cuenta con una amplia terraza, que da al mercado, donde se puede disfrutar del aire libre y del ambiente y el trasiego que el mercat de Collblanc genera. Allí es donde nos apostamos nosotros para disfrutar de nuestras cervezas. en sus grifos suelen tener una Pilsner Checa, algunas belgas, varias IPAs y algún que otro petróleo. Para disfrute de un servidor tenían dos barriles de CR/AK. Todo el verano desesperado buscando una puta lata de los italianos y llego aquí y tienen dos grifazos esperándome. Clap, clap, clap. Los putos amos.

No olvidemos el tema pitancil. En nuestro caso descartamos pedirnos un bocata porque justo acabábamos de meternos uno entre pecho y espalda, pero la carta tenía muy buena pinta. Para picar tienen patatas fritas, aros de cebolla, alitas y muslitos de pollo, pinchos morunos, nachos con queso, guacamole o jalapeños y tostadas con escalivada. También cuentan con gran variedad de frankfurts: Bremen, Winzer Mozela, Krakoski, Bratwurst, Gran Bratwurst, Cervela y Pikantwurst entre otros. Y no solo frankfurts, también grandes bocatas como el Rip Hak (costilla de cerdo adobada, con cebolla y salsa especial), el Dresden (pollo crujiente con lechuga, all i oli y beicon), el Montañés (panceta, pimiento y jamón del país), el de lomo (con cebolla, all i oli, y queso Edam), el de Ternera de Nuremberg (con rulo de cabra y pimientos asados), el Serranito (con jamón del país, lomo, pimiento y all i oli), la botifarra de la casa, y una infinidad de hamburguesas y bocatas diferentes (chistorra, malagueña, tortilla, jamón ibérico...). Si alguien quiere finalizar su jornada birruna con algo dulce también cuentan con una pequeña selección de postres.

Estuvimos muy a gusto durante la mañana. Disfrutando de sus grandes cervezas y del maravilloso ambiente que se genera con el mercado. ¡Prometemos volver a catar esos bocatas! De momento, ya les colocamos su merecidísimo pin en nuestro Mapa Birruno. ¡Hasta la próxima!

Balance de daños:

-CR/AK - Guerrilla. ¿Es tanto pedir tener un grifito de CR/AK en cualquier cervecería que se considere craft? En qué me he visto este verano para encontrar un bar donde tuvieran latas de los italianos, así que podéis imaginar mi careto de éxtasis cuando vi que tenían dos grifos de los de Campodarsego. El buque insignia de los italianos. En su día catamos la versión Giant Guerrilla -que nos encantó- pero la original nunca habíamos tenido oportunidad de probarla. Por fin llegó ese día. Cítrica, tropical, con base maltosa, muy rica, amargota al final. Entró guay. 5,8%.

-CR/AK - New Zealand. IPA monovarietal de lúpulo Motueka sin gluten. Ya la caté en su día en formato botella. Podéis volver a leer la reseña que escribí en su día pinchando aquí. 7,0%.

-Nøgne Ø - Imperial Stout. Una joyita guapa. Hacíamucho tiempo que no cataba nada de los noruegos, y la verdad es que ésta me ha dejado loquito. Con cuerpazo, sabrosísima, muy achocolatada, avainillada, sedosa y cremosa. Entraba sola. 9,0%.

Freiburg                Occident 12, Hospilatet de Llobregat (Barcelona)              cerveceriafreiburg.com              info@cerveceriafreiburg.com             93   440   56   33

Pinta & BierCaB - Hazy Discovery Barcelona

Ya sabéis lo que opino de las colaboraciones, pero en este caso he hecho una excepción. Ya conocíamos el producto de los polacos Pinta (aunque hayan aparecido poco por el blog) y también conocemos de sobras la cervecería BierCaB. Así que ayer, disfrutando de la terraza del bar La Plaça de La Garriga, me pedí sin dudarlo mucho esta West Coast IPA para hacer aprecio al equipo de Manolo, Andrés y toda la tropa.

La cerveza pertenece a la serie Hazy Discovery (de la que hay numerosas variedades) y se la han dedicado a la ciudad de Barcelona. La receta lleva incognito y lúpulos Cryo pero no indica de qué variedades de lúpulo. Eso sí, 20g por litro.

Pues nada, la sirvo en la copa del establecimiento, presentando un color dorado límpido y sin impurezas, la carbonatación es correcta, sin idas de madre, suficiente para generar una capa de espuma blanca de dos deditos. Al olfato aromas herbáceos y cítricos. En boca cuenta con cuerpo medio, pero se bebe con facilidad. Resulta sabrosa y refrescante, y nos aporta sabores cítricos y herbáceos muy agradables, así como alguna nota afrutada. Bastante amargota al final, muy rica. 7,4%. Lata de 50cl.

Gwei·lo - Session IPA

Seguimos con Gwei·lo, la cerveza hongkonesa que se elabora en Reino Unido. En esta ocasión nos vamos a abrir la última lata que nos quedaba en la nevera, la de su Session IPA.

Los primos de Bruce Lee no se han quebrado mucho la cabeza a la hora de ponerle nombre. La receta lleva lúpulo Mosaic y poca cosa más explican en su etiqueta acerca de ella.

Vamos a abrirla. La servimos en vaso para IPAs y presenta un bonito color dorado, totalmente límpido. La carbonatación es abundante y nos deja una ggruesa capa de espuma blanca de aspecto jabonoso.

Acercamos la tocha y gwei·lo a lúpulo, que nos aporta aromas herbáceos y cítricos. En boca es una cerveza muy ligera de trago, de sabor herbáceo y un amargor bastante pronunciado (45 IBU). Un puntito cítrico aparece por ahí. No es una maravilla de cerveza pero al menos sí es muy crushable. 4,8%. Me costó 3,10€.

Mikkeller - Iskold Classic

Volvemos a Dinamarca para traer una entre tantas de las miles de elaboraciones de Mikkeller. Catálogo inabarcable por ningún ser humano. Yo creo que ni el mismo Mikkel Borg no ha catao ni la mitad de las cervezas que produce su marca.

El mérito que tiene Mikkeller es que creo que no debe haber ningún estilo que se le haya resistido (incluso hicieron Lambics bajo el paraguas de las colaboraciones con cerveceras belgas). Hoy os traemos una Vienna, estilo que tampoco es que se prodigue demasiado por nuestras tierras, y lo que se ve suele decantarse habitualmente hacia el lado mierder. Creo que no me tomaba una Vienna que me soltase la lagrimita desde hace cuatro años con la Amber Shock de Birrificio Italiano. Ésta no es que supere a lo de los italianos, pero al menos me ha debajo bastante buen sabor de boca.

Pues nada, a dar la lata se ha dicho. La sirvo en jarra, presentando un color ambarino subido, con destellos rojizos. La carbonatación es muy abundante, aunque no demasiado persistente, la gruesa capa de espuma que logré generar no tarda en compactarse y dejar una moderada capa de espuma de color beis. La retención del carbónico no es mala, pero pierde bastante fuelle conforme avanza la degustación.

En tocha nos llegan aromas de maltas tostadas, toffee y caramelo. en boca es muy ligera de trago, entra con una facilidad pasmosa. Glú glú glú. Tostadita, rica, con notas de caramelo, toffee e incluso un puntito muy ligero de café. Pan tostado, dulce pero cero empalagosa. Tampoco es que sea una gran explosión de sabores en boca pero es fina y entra con muchísima alegría. Amargor final moderado. Qué queréis que os diga, ¡la he disfrutado mucho! Muy bebestible y bastante fiel al estilo. 5,6%. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix.

Minera - Bonaplata

Parece mentira que prácticamente haya que ir a Lourdes para poder conseguir una California Common en este país. Exceptuando la de Anchor, que se encuentra con relativa facilidad, prácticamente imposible encontrar más referencias del estilo.

Hace unos días ocurrió el milagro, y descubrí que Wine Palace vendía la de la cervecera Minera, así que me fui a buscarla aquella misma tarde nada más salir del trabajo. Yo este tipo de revelaciones me las tomo muy en serio, qué queréis que os diga.

Pues vamos allá. La cerveza en cuestión se llama Bonaplata. Le saco la chapa y tenemos un mini géiser que ya me pone en alerta para evitar escanciarla como de costumbre. La sirvo con sumo cuidado y consigo el aspecto de la fotografía, con una generosa corona de espuma de blanco roto. La cerveza viene turbia, con bastante poso y presenta color caramelo. Con el resto de la botella no tuve tanto mimo y conseguí llenar completamente el vaso de espuma sin demasiado esfuerzo. Venía sobrecarbonatada.

En nariz es maltosa, con notas tostada y recuerdos de pan. En boca es tostadita, con cuerpo medio, acaramelada y con notas afrutadas que nos recuerdan al melocotón, pero siempre con la malta como protagonista principal en escena. Amargor final marcadito (30 IBU). 5,0%. Me ha parecido correcta pero admito que con una botellita de 33cl ya cumplíamos. Me costó 2,89€. Botella de 50cl.

Zwanze Day 2021 Masia Agullons - Sant Joan de Mediona

 

Se acerca el veranillo de San Miguel y. como cada año por estas fechas, Montse y Carlos nos abren las puertas de su casa para recibir el evento cervecero más esperado del año para el que suscribe. Último fin de semana de septiembre y parece que finalmente sí, tras un verano con la incidencia Covid descontroladísima y muy ida de madre, finalmente se va a celebrar el Zwanze Day de este año. Se ha hecho de rogar.

Tras el anuncio de la Brasserie Cantillon este verano confirmando los puntos en España, muy poca información nos iba llegando a los adictos a las cervezas de Jean Van Roy. La semana antes Montse Virgili nos anunciaba vía Instagram que ya se podían hacer las reservas a través de una plataforma online. Alivio general. El formato ha sido el mismo del año pasado: aforo limitado, entrada gratuita, reserva previa por franjas horarias y todo al aire libre con las medidas sanitarias oportunas.

A diferencia de otros años esta edición no se ha realizado en el patio de la Masía dels Agullons. Se acondicionó un espacio detrás de la Masía, al aire libre, bastante amplio, con numerosas mesas y rodeados de pinos que nos dieron muy buena sombrita. Echamos de menos el bombardeo de castañas habitual por estas fechas durante el Zwanze. Delante de la Masía se habilitó la zona para comprar la comida, en el almacén se habilitó la mesa donde se podían comprar los tokens y, posteriormente, las botellas, y en un lateral un escenario bajo techado, donde se estuvo pinchando todo el día música y a última hora se tocó música en directo. Delante de la zona musical estaba la barra, este año con quince grifos, trece de ellos de Cantillon. La cerveza especial de este año se llama Parasol y es una Fruit Lambic fruto de un blending de Lambics maceradas con cidros, kumquats y naranjas de Sevilla. A diferencia de otros años no se pudo acceder dentro del edificio. La distribución del espacio fue perfecta, ya que en todo momento se estuvo muy cómodo. Aunque ha habido más afluencia que otros años, la sensación ha sido de tranquilidad durante toda la jornada, sin agobios, ya que el espacio habilitado para las mesas en el exterior era muy amplio.

Nosotros ya podemos considerarnos unos habituales del evento. Tras haberlo disfrutado en todas las franjas horarias posibles, nuestra experiencia y nuestros gustos nos decantan por el primer turno, el de las 12 del mediodía. Por las medidas sanitarias se establecieron cuatro franjas: La primera de 12:00 a 15:00, la segunda de 15:00 a 18:00, la tercera de 18:00 a 21:00 y la cuarta y última de 21:00 a 0:00. Llegamos pasadas las 12:00, escogimos la mesa donde queríamos pasar el día y ya sin dilación nos fuimos a comprar los tokens. Este año estuvo muy bien que hubiera datáfono. Desconozco si en ediciones anteriores lo había, pero yo hasta la fecha siempre he pagado allí en efectivo. De hecho llegamos un poco tarde porque tuvimos que ir a sacar dinero al cajero. Esto va bien saberlo para futuras ediciones. La copa costaba 3€ y cada token 1€. Las cervezas de Cantillon costaban 4€ y las de Agullons 2€. Las cervezas que se pincharon fueron éstas: Lambic, Gueuze, Rosé de Gambrinus, Magic Lambic, Nath, Cuvée Saint Gilloise, Kriek, Camerise, Vigneronne, Saint Lamvinus, Menu Pineau, Lambic d'Aunis y Parasol. De Agullons se pinchó la Sant Joan en versión cask y -si no recuerdo mal- su Stout. Este año me di con un cantito en los dientes porque no hubo Fou' Foune, ni de grifo ni de botella. 

La conga, de Jalisco, ahí viene, arreando

Íbamos con la esperanza de poder catar la Parasol, ya que el año pasado pudimos beber la cerveza especial del Zwanze 2020, por lo excepcional de la situación. Este año, en cambio, se ha vuelto a respetar la tradición, y hasta las 21:00 (hora en Bruselas) no se pinchó la cerveza especial del Zwanze 2021. Ese es el punto negativo de acudir a la primera franja.

Lo positivo de ir a la primera hora, y que en mi opinión, me sale más a cuenta, es la de poder ser de los primeros en comprar botellas de Cantillon. Este año se habilitó la venta a partir de las 13:00, y las botellas disponibles fueron: Rosé de Gambrinus, Grand Cru Bruocsella, Gueuze, Cuvée Saint Gilloise, Nath, Kriek, Racine, Sophia, Drogone, Iris, Vinsanto y Menu Pineau. Precios bastante razonables teniendo en cuenta las cifras estratosféricas que suelen verse en algunas tiendas. Para evitar la especulación birruna se limitó a un máximo de cuatro botellas por persona, cosa que me pareció genial.

La jornada estuvo amenizada por Dani y Roc del podcast cervecero "2 birres l'hora", que estuvieron pinchando Reggae durante toda la mañana. Ambiente tranquilo y distendido, mañana apacible, tiempo soleado... los ingredientes perfectos para disfrutar de un gran día a base de Lambics. Lástima que no pinchasen la Parasol por la mañana porque apetecía muchísimo con el solecito que hizo.

Pasadas las 2 de la tarde nuestro cuerpo empezó a pedir algo sólido para tener de cojín para apurar las últimas cervezas de la tarde. Este año la oferta gastronómica menguó un poco respecto al año pasado. Sorprendentemente no hubo ninguna food truck, me extrañó porque la del año pasado funcionó perfectamente y los bocadillos estuvieron deliciosos. Este año hubo un puestecito que vendía surtidos de quesos, otro que vendían bocatas de carne mechada con tomate y pimientos y finalmente un tercero que vendía porciones de pizza y pasteles.

El variadito de quesos estaba muy rico. A destacar el ahumado y el Cabrales. A mí personalmente me encanta maridar quesos intensos con cervezas Lambic, y éstos funcionaron muy bien. El bocata también estuvo bastante bueno, muy jugosito y sabroso. No vamos a entrar en cuestiones de maridajes, cumplió perfectamente con su cometido que era llenar la panza y que no se nos subiese mucho el tema. Y por último los pasteles. Tenían bizcocho de arándanos, crumble de manzana y carrot cake con relleno de crema de coco. Yo me pedí este último, que me pareció riquísimo.

Finalmente, pasadas las tres de la tarde, llegó la hora de partir. No vi demasiada afluencia del segundo turno, pero seguramente la cosa seguramente se fue animando hacia última hora de la tarde, conforme se acercaba la hora de pinchar la Parasol, cosa que no pudimos vivir in situ. Como consuelo nos llevamos cinco botellacas que ya iremos reseñando durante los meses venideros y con las que seguramente os pondremos los dientes muy, muy largos. Tan solo nos queda darle las gracias una vez más a Carlos y Montse por la organización del evento y mandarles un fortísimo abrazo. Espero que nos volvamos a ver el año que viene a poder ser sin restricciones. Ah, y también a poder ser sin que coincida con otros eventos cerveceros. Joder, con la de fines de semana que hay durante el año fueron a coincidir todos el mismo del Zwanze. Yo por lo menos tuve clarísimo a cual de ellos iba a ir, algunos colegas no y acabaron en Molins ¡Qué le vamos a hacer! Esperamos que el año que viene esté la cosa más repartida. Pues nada, hasta aquí la crónica de este año, esperamos con ganas poder dar cuenta de la del siguiente. Solo ha pasado poco más de una semana y ya tenemos ganas de Zwanze 2022. ¡Hasta la próxima!

Balance de daños:

-Cantillon - Menu Pineau. Fruit Lambic elaborada con uva Menu Pineau de la región de Países del Loira (Francia). No muy ácida, supongo que queda balanceada por la uva, con el acético suave. Notas de membrillo, pera y sidra. Un tanto terrosa y muy seca. 6,0%.

-Cantillon - Lambic d'Aunis. Fruit Lambic con uva Pineau d'Aunis de la región de Países del Loira (Francia). Rojiza, afrutada, avinada y bastante acidita. Mucho acético en aroma, en sabor quizás más suave. Muy rica. 6,0%.

-Cantillon - Camerise. Fruit Lambic con frutas del bosque de Quebec (Canadá). Destacan los frutos rojos, con cierto dulzor muy agradable y de acidez moderada. Muy rica. 6,0%.

-Cantillon - Magic Lambic. Me enamoró el año pasado, éste ya iba con tres previas y no la he disfrutado igual, pero aún así una de mis Cantillon favoritas. Mucho arándano -quizás más que la del año pasado- con el acético marcado y el fondo avainillado. Una delicia. 5,5%.

-Cantillon - Saint Lamvinus. Y de uvas va la cosa. Ésta es una Fruit Lambic con uva Merlot. Color rojizo subido, en aroma mucho acético, en boca muy avinagrada, intensa, con el saborazo a cuero y el toque de la barrica, y el punto del Merlot que equilibra en cierta medida tanta intensidad. 7,0%. Con ésta ya empecé a notarme un tanto toñao. 7,0%.

-Agullons - Sant Joan. No quería despedirme del Zwanze sin hacer aprecio a las cervezas locales, máxime cuando te las sirven en cask. La verdad es que venía con muy buena carbonatación, cosa que me sorprendió. American Pale Ale monovarietal de lúpulo Cascade. Muy bebestible, con una buena dosis de lúpulo fresco, que nos aporta notas herbáceas muy refrescantes. Muy rica. Si la encuentro en botella la veréis por aquí reseñada. 5,0%.

Brasserie de la Senne - Saison Van De Bruwer

Parece mentira que a día de hoy se puedan conseguir latas de Other Half con cierta alegría y en cambio haya que sudar la gota gorda para encontrar alguna botella -al loro, del catálogo regular- de la Brasserie de la Senne. Es acojonante que a día de hoy no haya podido encontrar una Zinnebir (cerveza que hace unos años encontraba con más facilidad) y que ahora me resulta imposible subirla al blog por falta de ejemplares.

Bueno, al final, después de tanta búsqueda hemos ido a dar con la Saison Van De Bruwer. (También di con la Jambe de Bois pero se suicidó desde el botellero de mi nevera asesina y traidora. D. E. P.). Se trata de una Saison de espelta, con dry hop y la adición de brettanomyces.

La servimos en copa TeKu, presentando un color pálido bastante velado. La carbonatación es muy abundante, de burbuja fina, que nos deja una tupida capa de espuma cremosa y persistente. En nariz lo primero que nos saluda es la levadura. En boca es una cerveza con sabores afrutados que nos recuerdan a las peras, las manzanas y los membrillos. Muy belgian, con el punto del Brett muy suave y agradable, como a mí me gusta. Final extra seco. Riquísima y altamente disfrutable. Es el tipo de cerveza que más me ha apetecido este verano. 5,3%. Me costó 3,00€.

't Verzet - Oud Bruin

Y esos regalazos que tras el Covid-19 ya apenas se estilan: el de traer birras a tus colegas tras uno de esos viajes estivales. No sé vosotros, pero yo no he puesto un pie fuera de España desde marzo de 2020. En mi familia tampoco ha habido nadie que haya salido de nuestras fronteras, pero algunos colegas sí.

Y bien, pues este ha sido el presente que se ha venido desde Bélgica tras el mencionado periplo de esta troupe birril, que nos sirve de primera toma de contacto con la cervecera 't Verzet.

La elegida fue la Oud Bruin, estilo por el que cada vez siento especial debilidad y cada vez me gusta más. La de hoy no es moco de pavo, ya que ésta y sus variedades ocupan buena parte del top 50 de Ratebeer del estilo. Ya sabéis lo que pienso de los ratings de Ratebeer y Untrapper, pero son datos a tener en cuenta, no para tomárselos muy en serio, pero a tener en cuenta al fin y al cabo. Andiamo.

La sirvo en copa TeKu y presenta un color pardo muy bonito con algún destello rojizo al trasluz. Bien de carbonatación, nos deja una gruesa capa de espuma muy compacta, cremosa y muy persistente de color pergamino. En tocha nos llegan aromas intensos de maltas tostadas, madera y brettanomyces. En boca la cosa se decanta hacia el lado ácido. Bien de Brett, intenso, aunque a mí particularmente me hubiese gustado un pelín menos. Tostada, añeja, compleja, con notas de madera bastante notables, algo acaramelada, casi nada de ácido acético (a mí particularmente sí me gustan un pelín avinagradas), acaramelada, con notas de ciruelas pasas y uvas pasas. Espléndida. Lo dicho, que cada vez soy más adepto al estilo. 6,0%.

Brasserie Des Légendes & De Ranke - Punchy Flowers

Una de las mierdas de comprar online es que en muchas ocasiones la información no es del todo correcta. Nombres incorrectos, estilos que no son el que tocan, vamos a dejar para otro día lo de cervezas a punto de vencer la fecha de consumo preferente (cuando no te has comido alguna que ha vencido ya) o como nos ha sucedido hoy que no estaba bien indicado el elaborador. Uno se compra una cerveza de De Ranke, y ¡oh, sorpresa! se encuentra que en verdad la ha elaborada la Brasserie Des Légendes en colaboración con los mencionados belgas. Maravilloso.

Ya sabéis qué opinión me merecen las colaboraciones. Al margen de cómo sea la cerveza en cuestión, que la gran mayoría son estupendas. En fin, que si quería ampliar mi visión acerca de la cervecera de Dottignies (de la que solo he probado la XX Bitter y la Simplex) pues nada, te vas a joder y te vas a comer con patatas una colaboración. Es lo que hay.

Bueno, después de la pataleta procederemos a la reseña. La cerveza en cuestión se llama Punchy Flowers. Se trata de una Belgian Amber Ale elaborada con las maltas Pale, Biscuit, Cara, Munich y los lúpulos Centennial, Fuggle, Northern Brewer, Cascade y Hallertau Mittelfrüh. Según la etiqueta la cerveza aúna en una edición especial el dominio de los lúpulos de De Ranke con la maestría con las maltas de la Brasserie Des Légendes. Pos molt bé maco.

La sirvo en copa TeKu y presenta un color ámbar bonito y velado (25 EBC). La carbonatación es abundante y nos deja una gruesa capa de espuma compacta de color blanco. En tocha podemos apreciar el carácter lupulado, herbáceo, floral, así como de la levadura belga. En boca es una cerveza muy rica e intensa. Muy belgian, con la levadura bastante marcada, así como con una buena dosis de lúpulo, que, sin llegar a resultar una Belgian IPA, nos deja sabores florales y herbáceos muy agradables, un puntito resinoso y un amargor marcado al final (45 IBU), así como mucha sequedad. Más seca que amarga. En general es una cerveza belga muy rica, muy sabrosa, con el lúpulo muy marcado pero, insisto, sin llegar a la Belgian IPA.6,5%. Me da pereza buscar lo que me costó.

Tre Fontane - Tripel

Bueno y como sé que os gustan las trapenses continuamos dándole al alpiste monjil. En esta ocasión nos vamos hasta Roma para traer por primera vez a la única representante trapista en toda Italia, la cervecera Tre Fontane. Con ésta ya solo nos falta la Engelzell y la Tynt Meadow para el pleno.

Los monjes italianos cuentan con varias cervezas en su catálogo, y nosotros hemos ido a dar con su Tripel con hojas de eucalipto. Andiamo.

La servimos en copa TeKu, presentando un color caramelo, con cierta turbidez y carbonatación abundante. Al acercarla a la tocha encontramos cereal, pan, notas de levadura belga y el citado eucalipto, muy sutil.

En boca el sabor es rico e intenso. Muy belgian, con una buena dosis de levadura, seguida de notas de pera, manzana y sidra. Gracias a Dios el punto del eucalipto es muy sutil, sin que nos llegue a resultar un caramelo para la tos. El eucalipto le da un rollazo brutal, muy diferente, aportando frescor y originalidad a la receta. Me ha parecido muy rica y espero volver a toparme pronto con el resto de elaboraciones de los monjes romanos. 8,5%. Me costó 7,95€. Recordad que los beneficios de las cervezas trapenses van a parar a obras benéficas.

Chimay - 150

Ha habido mucho movimiento trapense durante este año, para bien y para mal. Comenzábamos 2021 lamentando la pérdida del sello trapista de la cervecera Achel, pero durante los meses siguientes también nos han llegado algunas alegrías.

Una de las que más no puso palote fue la salida de la Triple Extra de Rochefort, cuya receta ha estado perdida durante un siglo pero que gracias a Dios se ha podido recuperar para disfrute de los amantes de este tipo de cervezas. El segundo notición fue la salida de la Westmalle extra. Que no he tenido el gusto de probar, pero no dudéis que acabará cayendo por el blog más pronto que tarde.

Y otro delos noticiones trapenses de este año ha sido el que nos ocupa hoy: la reedición de la Chimay 150, popularmente conocida como la Chimay Verde. Todo lo que tocan estos monjes es oro y cómo no nos ha puesto muy hornies a todos sus adeptos. Pues venga, al lío.

Chimay 150 se elaboró por primera vez en 2012 para celebrar los 150 años de actividad birruna en la abadía. En aquel momento se realizó una edición limitada de botellas. No han podido esperar 10 años más para volver a sacarla a la venta y todo apunta a que va a consolidarse como otra cerveza de su catálogo regular. Sacamos la chapa y a falta de cáliz (monjes, se aceptan regalos) la sirvo en copa TeKu. La Chimay 150 (y nueve) se presenta con color dorado vívido y brillante. La espuma es abundante, compacta y cremosa.

 En nariz ya nos llega el pelotazo del alcohol (10,0%), junto con su aroma belgian y notas florales y de cereal. En boca es muy alcohólica, un pelotazo de los guapos, pero sin que el cuerpo nos llegué a resultar durito. Es de esos pelotazos que entra guay. Muy sabrosa, con el sabor del cereal rico, bastante especiada, dulce, acaramelada, un tanto azucarada pero no en exceso. Muy belgian en sabor y un pelín sequita al final. A ver, yo con la Chimay Blanca ya cumplía, pero de vez en cuando ponerse un poco pelotari tampoco está de más. Para esos momentos especiales. Me costó 2,90€.