Llevaba años detrás de esta cerveza y al final he ido a parar a comprarla al puto Corte Inglés. Qué se le va hacer. Sí, no me miréis así. No me digáis que nunca os ha salido una cerveza chusca y habéis puesto pose de Escarlata O'Hara gritando al cielo: "-A Dios pongo por testigo que nunca más volveré a comprar cerveza artesana sin refrigerar en El Corte Inglés". Pues sí, a mí me ha pasado. Y además, como no aprendo, varias veces.
Bueno, pues al lío, hoy tenemos por fin en el blog la Vikingathor de Boris Brew, la cervecera del maestro Boris de Mesones. Si no recuerdo mal esta cerveza se coló (que alguien me corrija si me equivoco) en el Top 50 de mejores Dunkels del mundo según Ratebeer. Luego, supongo que ocurre como todo. Llegan cuatro yanquis, se juntan en una barbacoa, puntúan sus cervezas por encima de lo que toca y se dedican a hundir al resto. Hecha la ley, hecha la trampa.
Bueno, la de hoy es una -según su creador- Indian Dunkel Tostada. Esa segunda n en Indian duele mucho. A mí particularmente a las cervezas lupuladas me gusta más añadir delante un Hoppy que no un India, pero en este caso, intuyo que la cosa va por hacer énfasis en el cruce entre una Munich Dunkel y una India Pale Ale, utilizando la malta tostada y la levadura Lager de la primera, pero con la carga de lúpulo y la graduación de la segunda (más bien Imperial IPA). Al fin y al cabo son conjeturas mías, lo que sí está claro es que es un free style en toda regla.
La receta, según su página web, lleva malta Pilsen, malta negra, Spitzmalz y los lúpulos Polaris, Simcoe, Amarillo, Chinook y Centennial. Levadura Lager y agua de la sierra de Segovia retocada para aumentar el calcio y para afinar el balance de sulfatos y cloruros. Pues nada, vamos a proceder a darle al drinking.
La sirvo en copa TeKu y presenta color pardo, con algún destello rojizo al trasluz. La carbonatación es muy abundante y nos deja una gruesa capa de crema compacta y duradera de color pergamino. En nariz podemos apreciar los aromas tostados de las maltas, así como las notas herbáceas que nos aportan los lúpulos. En boca al principio predomina un rico sabor tostado, acaramelado, que no tarda en quedar solapado por el sabor lupulado, que sorbo a sorbo se va apoderando de la cerveza. Resina y sabores herbáceos invaden el paladar, dejándonos un amargor final muy marcado (75 IBU), que hacen que nos vayamos olvidando de la Dunkel original. En general, si uno va con la mente abierta es una cerveza rica y disfrutable. Ahora bien, si te esperas una Munich Dunkel o una IPA seguramente te vas a llegar un chasco. 8,2%. Comprada en el establecimiento antes mencionado por 2,80€.
No hay comentarios:
Publicar un comentario