23 de enero de 2023

Kom Beer - Panoramix

Me llena de orgullo y satisfacción cada vez que presento aquí en el blog alguna cerveza de Kom Beer. También tengo muchísimas ganas de visitar la fábrica, pero cada vez que realizan alguna jornada de puertas abiertas me coincide con algún compromiso familiar ineludible. El pasado sábado 21 ha sido el episodio más reciente. Qué le vamos a hacer.

En esta ocasión, el equipazo de Adrià ha elaborado una New England Double IPA elaborada con malta de cebada, avena y trigo y los lúpulos Idaho 7 (T90 y Cryo) y Citra (T90 y Cryo). La levadura empleado ha sido la Verdant IPA.

La joyita se llama Panoramix y antes de probarla ya estoy seguro que estos druidas de Manlleu se habrán currado poción mágica no, lo siguiente.

La sirvo en vaso shaker -Spiegelau, cabrones, si estáis leyendo esto debéis saber que me he dejado un verdadero pastizal en vuestros vasos para IPAs que se autodestruyen solos, y solo por cortesía estaría bien que me enviaseis uno, que os he pagado a toda la empresa vuestras jubilaciones, coño- y presenta un color anaranjado muy vivo y apetitoso, que incita a ponerse a deglutir con fruición. La carbonatación es abundante, genera una generosa capa de espuma compacta, cremosa, persistente y de color blanco.

En nariz es puro alucine, con notas intensas de fruta de la pasión y mango, pero donde podemos apreciar también notas más sutiles de piña y melón. En boca resulta sedosita -mas no por ello resta bebestibilidad- y con sabores intensos que nos recuerdan a la naranja, el mango y demás frutas tropicales. Final de amargor moderado (26 IBU). Entra divina. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix por 4,72€. 8,2%. Lata de 44cl.

22 de enero de 2023

Bierboi - La Barata

Continuamos por aquí cerquita trayendo de vuelta a Bierboi, la cervecera de Sant Boi capitaneada por Daniel Fermun. Hacía casi tres años que no catábamos nada de ellos y en esta ocasión vamos a celebrar el reencuentro con una Helles.

La han bautizado como La Barata -en mi opinión un nombre poco acertado- que vendría a desmerecer el buen trabajo y el alto conocimiento cervecero que se requieren para elaborar buenas Lagers artesanas. No es una cosa fácil. Es más. Cuando compro alguna cerveza artesana de marca desconocida, suelo empezar por una Lager, que es precisamente donde se ve el buen hacer de esa marca. ¡Cámbianos el nombre Dani!

La sirvo en vaso alto para Lagers, presentando un color dorado límpido, sin ninguna impureza, sin ninguna partícula en suspensión y sin turbidez alguna. En nariz básicamente cereal, aunque puede apreciarse alguna nota floral lejana. En boca es una cerveza muy ligera, muy crispy y muy bebestible. El sabor viene protagonizado por la malta de cebada, muy rico, aunque cuando se calienta se puede percibir un toquecito floral, y finalmente el amargor suave de este tipo de cervezas. Para los que disfrutamos las Lagers es una satisfacción ver a cerveceras artesanales que apuestan por ellas. 5,4%. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix por 1,66€. Botella de 33cl.

21 de enero de 2023

Zulogaarden - V13

Seguimos por aquí cerquita, haciendo aprecio del producto local. En esta ocasión, volvemos a traer por aquí a Zulogaarden, cervecera con sede en Molins de Rei, pero que ahora le elabora Reptilian en las instalaciones del Clúster Craft Beer. Más o menos como Mikkeller en De Proef.

Tenemos aquí uno de los primeros lotes fabricados en Lliçà d'Amunt: V13. Vendría a ser su antigua Viernes 13 tuneada, en versión Hazy Double IPA. Para ello han utilizado malta de cebada y trigo, copos de avena, lúpulo (no especifica qué variedades) y levadura (tampoco especifica de qué tipo).

La sirvo en vaso shaker, presentando un bonito color ambarino, nada hazy, que se va enturbiando conforme se va sirviendo el culo de la lata. Espuma correcta, sin excesos, compacta y persistente de color blanco.

En nariz podemos apreciar un intenso aroma herbáceo que nos adelanta lo que nos vamos a encontrar en boca. Procedemos a pimplar. En boca resulta ultrasedosa y con demasiado cuerpo. Muy dulzona, con altas dosis de caramelo, ultraamarga, muy herbácea, mucha resina... una sopita de pino, vamos. En general resulta poco bebestible -el 8,5% tampoco contribuye a hacerla más ligerita- y con una latita de 33cl teníamos más que suficiente. Si te esperabas la típica Hazy IPA tropical y nada amarga te vas a llevar un chascazo. Comprada refrigerada en el Clúster Craft Beer por 4,75€. Lata de 44cl.

20 de enero de 2023

Ex Nihilo - Te Paeranti

Continuamos en casita, en esta ocasión con una cervecera nobel que acaba de elaborar sus primeros lotes en el Clúster Craft Beer de Lliçà d'Amunt.

Estamos hablando de Ex Nihilo, y una de sus primeras creaciones en salir al mercado es esta Te Paeranti, una Pale Ale elaborada con los lúpulos neozelandeses Nelson Sauvin y Motueka, y maltas de cebada, trigo y avena y copos de avena.

Vamos allá. La sirvo en vaso shaker con menos cuidado que un científico de un laboratorio de Wuhan, con el objetivo de sacarle una buena capa de espuma. Presenta un color anaranjado con bastante turbidez. La carbonatación es bastante abundante, y gracias a mis dotes escanciadoras consigo sacarle una generosísima capa de espuma blanca, bastante compacta y muy persistente.

En nariz nos llega de manera bastante evidente el característico aroma a uva que desprende el Nelson Sauvin, y también -de manera más suave- aromas que nos pueden recordar al melocotón y la fruta de hueso. En boca es una cerveza con cuerpo, sedosa debido a la avena, y con sabores que tiran más hacia lo herbáceo y resinoso. También podemos encontrar en sabor el puntito de la uva, que aporta más alegría al conjunto y con un final de amargor moderado. En general se me quedaría a medio camino entre una American Pale Ale y una New England Pale Ale. 5,3%. Comprada refrigerada en el Clúster Craft Beer por 3,50€. Lata de 33cl.

19 de enero de 2023

Lo Vilot - Psycho Cherry

Seguimos barriendo para casa, tirando de cerveza local, esta vez desde lo puto far west (les terres de ponent), Almacelles, para traeros una joyita Sour de Lo Vilot.

Hace unos años que la cervecera de la provincia de Lleida se metió en el fregao de las cervezas ácidas y de fermentaciones mixtas, y tras haber catado tres de ellas podemos afirmar, que dentro de lo que es el panorama patrio, pues en este terreno lo están petando. Es más, fuera de Catalunya, lo que son fermentaciones mixtas y salvajes... poquita cosa por no decir nada.

Hoy pasa por aquí su Pyscho Cherry, una cerveza ácida de fermentación mixta, elaborada con maltas (cebada y trigo) y lúpulos propios, levadura,  fermentos lácticos y con 250g/l de cerezas locales.

Pues nada, al lío. La descorchamos (cómo me gusta descorchar cervezas) y servimos en una copa TeKu. Presenta un color entre anaranjado y rojizo, que me recuerda a los madroños cuando están entre los dos colores. La carbonatación no es demasiado abundante y esto es lo máximo que he podido sacarle de espuma (más o menos un dedito), compacta, de color blanco y muy poco persistente. Burbuja finita y retención media.

En nariz ya nos advierte que vamos a tener un festival acidito. En boca efectivamente es ácida. No me ha resultado una acidez excesiva, se aguanta bastante bien, aunque cabe decir que yo en este terreno ya me he tomado unas cuantas. Quizás a algún paladar más nobel le cueste entrar en este terreno. La fruta se ve poquito pero aparece. A mí personalmente me cuesta muchísimo encontrar las cerezas en cervezas Kriek y similares, es una tara personal. Aquí aparecen de manera sutil, y un poquito más detectables cuando se calienta. Cuenta con un puntito "granjero" muy chulo, que es el que le da gracia a todo el asunto, aportando más complejidad al conjunto. 6,0%.  Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix por 5,53€. Botella de 37,5cl.

17 de enero de 2023

Reptilian - IBUprofano

Barremos para casa repescando una cervecera que no pasaba por el blog desde hace cinco años. La de hoy sería la tercera reseña de Reptilian por aquí (que no la tercera cerveza de Reptilian que me haya bebido, que han sido unas cuantas más).

La cervecera captitaneada por Isaac Beltrán estrena sede en el Clúster Craft Beer de Llicà d'Amunt, ya que lamentablemente su antigua fábrica de El Vendrell se vio reducida a cenizas. Ánimos para todo el equipo. Estoy seguro que en el Clúster Craft Beer se van a hacer grandes cosas.

Y bueno, uno de los primeros lotes que han elaborado allí ha sido el de su ya icónica IBUprofano, una Imperial IPA de 250 IBU que no dejará indiferente a nadie.

Para elaborar una lata de 33cl se ha utilizado: 150g de malta Pils; 60g de malta Vienna; 4g de malta Melanoidin, 3,5g de lúpulo Columbus; 3,6g de Chinook; 1,7g de Summit; 3g de Simcoe y 1g de levadura White Labs 001.

La sirvo en vaso shaker, presentando un bonito color ambarino, sin turbideces, aunque como podéis comprobar, se me fue un poco la mano y serví un poco de poso, que es lo que ha enturbiado la muestra que aparece en la fotografía. En nariz resulta muy herbácea, viene la cosa con bastante potencia. En boca la cosa es durita. Más cargada que el Winchester de John Wayne. Muy lupulizada, hasta el extremo, una sopa de lúpulo, vamos. Afortunadamente cuenta con una sólida base maltosa para aguantar el asunto, que aporta un sabor de cereal con un punto acaramelado. Muy resinosa, muy herbácea, pino concentrado y un final ultraamargo. No es el tipo de cervezas que yo suela disfrutar. 10,0% que bien os aseguro os dejan bien toñaos a la una del mediodía. En la etiqueta indica Doble IPA. Yo le metería un 0,1% de alcohol más y ya puestos me iría a la Triple IPA.

15 de enero de 2023

Brasserie d'Achouffe - Mc Chouffe

¿Pensabais que os iba a caer la N'Ice Chouffe? Pues no. Aunque no descarto que este invierno la acabe posteando tal y como voy de pasta.

La que os va a caer hoy es su hermana "escocesa" Mc Chouffe. Que lo de escocés le vendrá por la etiqueta, porque sinceramente, yo no he sabido pillarle el rollo Braveheart por ningún lado. Cosas de belgas viniéndose arriba.

La sirvo en copa. Presenta un color pardete bastante interesante, con destellos de color rubí al trasluz. La carbonatación es muy abundante y nos deja una copiosa corona de espuma tupida y persistente de color hueso. A simple vista parece bastante apetecible.

En tocha predomina el aroma maltoso, al que seguidamente se le suma un perfil fenólico que nos recuerda a la pimienta. Los ésteres también reclaman su cuota de protagonismo aportando un puntito afrutado. En boca la cosa para mi gusto se va muy de madre. Es una cerveza claramente maltosa, pero empalagosa a más no poder. Mucho caramelo, mucho sirope, y con un sabor dulzón que a mí personalmente me tira muy para atrás. La cosa se salva por el puntito de levadura belga que la hace más soportable. La verdad es que se la podían haber ahorrado. Los 8,0% tampoco ayudan a que sea más bebestible. Comprada en Wine Palace por  2,05€. Botella de 33cl.

14 de enero de 2023

Boon - Vat 91

Estas pasadas Navidades he podido disfrutar poquísimo de mi bebida favorita: tan solo dos cervezas. Y es que cuando uno está cascao lo único a lo que aspira es a estar en la cama y rezarle a La Moreneta para que acabe el calvario cuanto antes.

Una de las que me abrí fue la Christmas Ale de Sint Bernardus, que ya reseñé el pasado día 5, y la otra es la que nos atañe hoy: Vat 91 de la también cervecera belga Boon.

Se trata de una cerveza Gueuze. De la serie Vat hay muchísimas variedades. Si no estoy equivocado, el número hace referencia a la barrica de la Lambic que han utilizado. La cervezas Gueuze se caracterizan por mezclar cervezas Lambic jóvenes con otras más viejas. De la habilidad y buen hacer del maestro mezclador depende el sabor de la Gueuze en cuestión. Me he fijado que en la serie Vat indica que es un Mono Blend. Como no tenía ni idea de lo que era una Gueuze Mono Blend he tenido que buscarlo. Por lo visto utilizan un 90% de Lambic vieja (del mismo barril de roble, que es el que da nombre), y tan solo se le añade un 10% de Lambic joven, que fermenta ya en botella una vez mezclada.

Pues bien, vamos allá. Descorcho la botella (cómo me encanta descorchar cervezas) y la sirvo en el vaso adecuado. Presenta un color entre dorado y amarillento, bastante vívido. La carbonatación es muy abundante. Normalmente este tipo de cervezas suelen tener un tipo de carbonatación parecida a la del cava, con mucha espuma al principio, pero de espuma efímera y de burbuja muy fina y mucha retención del carbónico. En este caso la espuma ha durado muchísimo más de lo esperado, para poder hacer la sesión fotográfica con relativa calma, e incluso me ha sacado una corona compacta y de aspecto cremoso bastante apetecible, y con una duración bastante prolongada para lo que suelen ser las Gueuzes.

Al naso nos vienen notas de madera y de granja bastante interesantes. En boca es una cerveza muy compleja. Tiene notas más que notables de madera, con la acidez bastante moderada, el ácido acético bastante suave y un claro predominio del Brettanomyces. Mucha granja en boca, muy belgian, y sin que nos resulte un vinagrazo. Para ser una Lambic la cosa se nos sube a los 8,0% (cuando usualmente suelen rondar los 5,0%) sin que la sangre llegue al río. No resulta nada fuerte, el alcohol está perfectamente integrado y tampoco le aporta un cuerpo tan robusto como para restarle bebestibilidad. .Me ha parecido muy interesante. Tengo alguna otra Vat de numeración diferente en el trastero, a ver qué tal el invento. Ya os contaré cuando las abra de aquí unos meses. Comprada online en Huis Van De Geuze por 8,22€. Botella de 37,5cl.

5 de enero de 2023

St. Bernardus - Christmas Ale

Voy tarde, soy consciente de ello. Durante estas fiestas no he estado muy activo en el blog, la verdad es que he tenido un gripazo bastante gordo y me he perdido buena parte de las comilonas, y por extensión, del bebercio navideño.

Una vez acabado el antibiótico, sin estar aún del todo fino, me permití el lujo de tomarme la cerveza que nos ocupa hoy, para ver si me animaba el espíritu. Se trata de la Christmas Ale de la cervecera belga St. Bernardus, un clásico navideño que nunca había pasado por el blog. Admito que no la había catado nunca. Como podéis comprobar por la etiqueta es la edición antigua, ya que en 2022 la han cambiado. La compré a principios del año pasado (por tanto debe ser la de 2021 o incluso anterior) y decidí guardarla en la despensa para la época adecuada, y de paso, ver si esa pequeña guarda de casi un año le sentaba bien.

Pues nada, al turrón (nunca mejor dicho). La sirvo en copa TeKu, presentando un color castaña muy bonito. La carbonatación es muy abundante, y con mi arte escanciador no me cuesta nada sacarle una generosísima corona de espuma muy compacta, muy cremosa, muy persistente y de color beis. Aunque no estoy muy fino a nivel olfativo puedo disfrutar del intenso aroma a uvas y ciruelas pasas. En boca el sabor es muy maltoso. Resulta dulce, acaramelada, no demasiado empalagosa, con notas de toffee. Tiene un punto especiado que a mí me ha recordado a la canela, pero lo cierto es que no aparece entre los ingredientes. Lo mismo eran delirios febriles. Cuenta con un puntito licoreta (atención, 10,0%), que sin llegar a resultar cubata, nos calienta el gaznate un poquito. Finalmente la cosa se redondea con un espectacular regustillo a vino de Oporto. Riquísima. La verdad es que la he pillado con muchas ganas. Bien, lamento no haberos podido felicitar las Navidades y el nuevo año a su debido tiempo, pero al menos desearos que acabéis de tener unos felices Reyes. Un fuerte y afectuoso abrazo para todos los lectores y lectoras que me leéis desde cualquier parte del globo. Que tengáis un feliz 2023 cargado de magníficas cervezas.

1 de enero de 2023

El Forn Intramuralla - Berga


Hoy nos vamos hasta la capital del Berguedà para explicar la historia de Pere Gendrau. Una historia de una persona comprometida con el territorio y del amor por su tierra. 

Berga se encuentra en un enclave mágico, rodeada de montañas, con unos paisajes impresionantes y unos productos gastronómicos de primerísima calidad. A nivel cultural, la Patum de Berga es conocida a nivel internacional. Pese a ello, el centro de la ciudad lleva muchos años en declive y en peligro de degradación. Algunos comerciantes ven que el comercio del centro debe realizar un cambio profundo, y quizás, la tienda de pijamas que funcionó en los 80 debería dejar paso a otro tipo de negocios, centrados en la hostelería, los servicios y la degustación. En ese sentido, Pere decide aportar su granito de arena. Hace siete años decide volver su Berga natal para llevar a cabo su propuesta de cómo intentar salvar el centro. Recupera el edificio donde nació su padre, en la Calle Mayor, donde su familia regentaba una pastelería, y decide abrir allí mismo la cervecería El Kom. 

Con serias dudas de si Berga entendería el concepto de un negocio focalizado en la craft beer, Pere Gendrau tira el proyecto adelante. Durante tres años realiza una labor impecable de birrangelización, en una ciudad donde la clientela no tenía ni idea de lo que era una Chouffe. Tres años de picar piedra, pinta a pinta, en un entorno nada fácil, pero que al fin y al cabo els berguedans i berguedanes acaban comprendiendo y apreciando. Una vez consolidada la cervecería El Kom, en 2018 Gendrau decide dar un paso más allá. Pide un crédito y se endeuda hasta las trancas para adquirir el edificio donde antes se encontraba un antiguo bar de copas, en una plaza en serio riesgo de degradación, y realiza una reforma integral del inmueble. Junto al chef Xevi Poll, decide abrir El Forn Intramuralla. Xevi ya tenía en marcha varios negocios de éxito en el mundo de la hostelería tanto en Manresa como en Gironella, y posteriormente ha sido finalista en los Asian Culinary Awards. Aceptó la propuesta de Pere Gendrau y el resto es historia. 10 grifos rotatorios, una cocina con producto de proximidad con guiños asiáticos y ya tenemos los ingredientes listos para que esto empiece a funcionar.

Y allí nos plantamos nosotros cinco, el día de mi onomástica, para disfrutar relajadamente de la propuesta de Pere y Xevi. Me apetecía invitar a comer a la familia, y como era yo el homenajeado y me tocaba decidir el restaurante en cuestión, quise sorprenderlos a todos llevándolos a un sitio donde nunca habíamos estado. Durante la hora y cuarto de trayecto se mantuvo el misterio, pero ciertas premisas ya se daban por echas. La primera, es que si nos desplazamos hasta Berga, no vamos a acabar en un puto McDonald's. Y la segunda es que, si elige restaurante papá, va a haber birra craft garantizada. Mi familia lo tiene clarísimo. Cristalino. Tras dar una vuelta por el centro de la ciudad llegamos a la recoleta Plaça del Forn, pequeña, pero soleada, y sede de la terraza de El Forn Intramuralla, que durante los meses más cálidos, tiene pinta de ser una delicia, entre platillos y birras craft. La joyita del Berguedà.

El interior es muy agradable, totalmente nuevo, con los diez tiradores presidiendo la entrada. La decoración en piedra, pizarra, madera y baldosas, nos aporta mucha calidez y nos invita a sentarnos en uno de sus taburetes para empezar a darle ritmo frenético a sus grifos. El piso inferior es alargado y la barra ocupa gran parte del espacio. Por la iluminación y la disposición del mobiliario está pensado para tomar unas cervezas acompañadas de unos platillos. Unas escaleritas nos guían hacia el piso superior, donde se disponen las mesas. Allí el espacio está pensado para emplazar a los comensales del restaurante. Es un lugar muy agradable, con mucha luz natural y con vistas a la plaza. La amable camarera nos toma nota. Hemos llegado pronto, pero vamos a necesitar un poco de tiempo para examinar su carta. Lo que sí que tenemos clarísimo son nuestras primeras cervezas, que no tardan en llegar.


Por fin lo tenemos claro. Las patatas bravas no pueden faltar en nuestra mesa para acompañar las primeras birras. Es un imperativo familiar. Mis hijos se decantan por las croquetas de pollo y ¡atención! mi mujer y yo compartimos el katsu sando, que vendría a ser un bikini japonés de panceta cocinada a baja temperatura con all i oli de kimchi y all i oli de cebollino. Estaba para soltar lagrimones como puños. Para otro día dejaremos los mejillones al curry amarillo, el hummus, la tempura de apionabo o el micuit de foie con mermelada.

La cosa continuó con la costilla de cerdo cocinada a baja temperatura con cremoso de coliflor, curry y encurtidos; y las mini pitas de cordero con toppings. En el tintero se quedaron el meloso de ternera del Berguedà con chirivía, lima y jengibre; los puerros a la llama con burrata y wakame; el tartar de tomate con mozzarella en tempura de trufa; el tartar de ternera del Berguedà con queso ahumado y encurtidos; el Gohan con dados de atún marinado y tobiko verde; o la berenjena con hoisin, queso ahumado y mostaza encurtida.


Para rematar la faena pedimos el bacalao en tempura y el secreto ibérico cocinado a baja temperatura. Para nuestra próxima visita reservamos el cazón marinado con curry amarillo, hummus y gelée de cítricos; el picantón marinado con limón, olivas y hierbas; la degustación de teriyaki con diferentes toppings y panecillos; o el pollo "Pablo" con col kimchi y jengibre.


No perdonamos el postre, así que sin piedad. Mi hija se pidió la reinterpretación del chef del Kinder Bueno, que mutiló antes de tomar la fotografía. Para mí el pastel de pistachos con toffee salado y helado de mascarpone. Mi mujer optó por el "donuthole" de lima, coco, albahaca y chocolate. El resto de la prole pidió el cheesecake con cobertura de mango.

El trato excepcional, el servicio rápido y amable y un ambiente muy agradable y distendido. Realmente da gusto topar con lugares así, hechos con criterio y con mucho cariño por el producto. En la mesa de al lado había un grupo de chicas teniendo un debate muy interesante acerca de las IPAs que se iban a pedir. Sin duda una gran labor de birrangelización de Pere. Prometemos volver para arrasar con el resto de la carta y sacarnos la espinita de visitar El Kom, la cervecería en la que comenzó todo. Y tú, si eres esquiador y sueles subir a la Cerdanya o Andorra, El Forn es el lugar perfecto para hacer una parada para comer. Sobre todo a la vuelta, después de pasar el Túnel del Cadí y superar el tramo de congestión de Guardiola. Desde Berga comienza la autovía de dos carriles y la vuelta es mucho más sencilla. Así que es la opción perfecta. Nos despedimos enviando un gran abrazo a Pere Gendrau y le damos las gracias por su valor e iniciativa para tirar adelante proyectos como éste, que buena falta hacen para colocar la cerveza como un producto gastronómico de alta calidad. ¡Ya contáis con vuestro merecido pin en nuestro Mapa Birruno!

Balance de daños:

-Budějovický Budvar - Budweiser Budvar. Comenzamos la jornada con una buena Lager que, a decir verdad, hacía muchos años que no revisábamos. El cereal como protagonista, muy ligera, muy crispy, ultrabebestible y con un toquecito suave lupulizado, con el característico amargor final propio del estilo (22 IBU). A bote pronto me ha gustado más que la Pilsner Urquell. 5,0%.

-Refu - Palisandro. Fantástica Brown Ale de los de la Val d'Aran. Elaborada con maltas Lager (?!), Maris Otter, Amber, Dark, Crystal y Chocolate y los lúpulos Columbus, EKG y Nelson Sauvin. Sabores maltosos, tostados y acaramelados. A mí personalmente me ha parecido encontrarle un toque hoppy muy chulo. Un puntito afrutadito y finalde 35 IBU. Entraba sola. Me ha encantado. David on the rise. 7,0%.

-Guineu & La Quince - Fuuusión! Quisimos hacer aprecio a los Lliso catando esta DDH Double NEIPA elaborada con los lúpulos Mosaic, Palisade y Citra Cryo y con un Double Dry Hopping de Strata. Muy afrutada, sedosa en boca, muy sabrosona y rica. De sabores tropicales y cítricos, con un puntito herbáceo suave. Nada amarga. Muy rica. 8,0%.

El Forn Intramurallas                Plaça del Forn 3, Berga (Barcelona)         637   351   206