Hoy nos vamos hasta la capital del Berguedà para explicar la historia de Pere Gendrau. Una historia de una persona comprometida con el territorio y del amor por su tierra.
Berga se encuentra en un enclave mágico, rodeada de montañas, con unos paisajes impresionantes y unos productos gastronómicos de primerísima calidad. A nivel cultural, la Patum de Berga es conocida a nivel internacional. Pese a ello, el centro de la ciudad lleva muchos años en declive y en peligro de degradación. Algunos comerciantes ven que el comercio del centro debe realizar un cambio profundo, y quizás, la tienda de pijamas que funcionó en los 80 debería dejar paso a otro tipo de negocios, centrados en la hostelería, los servicios y la degustación. En ese sentido, Pere decide aportar su granito de arena. Hace siete años decide volver su Berga natal para llevar a cabo su propuesta de cómo intentar salvar el centro. Recupera el edificio donde nació su padre, en la Calle Mayor, donde su familia regentaba una pastelería, y decide abrir allí mismo la cervecería El Kom.
Con serias dudas de si Berga entendería el concepto de un negocio focalizado en la
craft beer, Pere Gendrau tira el proyecto adelante. Durante tres años realiza una labor impecable de birrangelización, en una ciudad donde la clientela no tenía ni idea de lo que era una Chouffe. Tres años de picar piedra, pinta a pinta, en un entorno nada fácil, pero que al fin y al cabo
els berguedans i berguedanes acaban comprendiendo y apreciando. Una vez consolidada la cervecería El Kom, en 2018 Gendrau decide dar un paso más allá. Pide un crédito y se endeuda hasta las trancas para adquirir el edificio donde antes se encontraba un antiguo bar de copas, en una plaza en serio riesgo de degradación, y realiza una reforma integral del inmueble. Junto al chef Xevi Poll, decide abrir
El Forn Intramuralla. Xevi ya tenía en marcha varios negocios de éxito en el mundo de la hostelería tanto en Manresa como en Gironella, y posteriormente ha sido finalista en los Asian Culinary Awards. Aceptó la propuesta de Pere Gendrau y el resto es historia. 10 grifos rotatorios, una cocina con producto de proximidad con guiños asiáticos y ya tenemos los ingredientes listos para que esto empiece a funcionar.
Y allí nos plantamos nosotros cinco, el día de mi onomástica, para disfrutar relajadamente de la propuesta de Pere y Xevi. Me apetecía invitar a comer a la familia, y como era yo el homenajeado y me tocaba decidir el restaurante en cuestión, quise sorprenderlos a todos llevándolos a un sitio donde nunca habíamos estado. Durante la hora y cuarto de trayecto se mantuvo el misterio, pero ciertas premisas ya se daban por echas. La primera, es que si nos desplazamos hasta Berga, no vamos a acabar en un puto McDonald's. Y la segunda es que, si elige restaurante papá, va a haber birra craft garantizada. Mi familia lo tiene clarísimo. Cristalino. Tras dar una vuelta por el centro de la ciudad llegamos a la recoleta Plaça del Forn, pequeña, pero soleada, y sede de la terraza de El Forn Intramuralla, que durante los meses más cálidos, tiene pinta de ser una delicia, entre platillos y birras craft. La joyita del Berguedà.
El interior es muy agradable, totalmente nuevo, con los diez tiradores presidiendo la entrada. La decoración en piedra, pizarra, madera y baldosas, nos aporta mucha calidez y nos invita a sentarnos en uno de sus taburetes para empezar a darle ritmo frenético a sus grifos. El piso inferior es alargado y la barra ocupa gran parte del espacio. Por la iluminación y la disposición del mobiliario está pensado para tomar unas cervezas acompañadas de unos platillos. Unas escaleritas nos guían hacia el piso superior, donde se disponen las mesas. Allí el espacio está pensado para emplazar a los comensales del restaurante. Es un lugar muy agradable, con mucha luz natural y con vistas a la plaza. La amable camarera nos toma nota. Hemos llegado pronto, pero vamos a necesitar un poco de tiempo para examinar su carta. Lo que sí que tenemos clarísimo son nuestras primeras cervezas, que no tardan en llegar.
Por fin lo tenemos claro. Las patatas bravas no pueden faltar en nuestra mesa para acompañar las primeras birras. Es un imperativo familiar. Mis hijos se decantan por las croquetas de pollo y ¡atención! mi mujer y yo compartimos el katsu sando, que vendría a ser un bikini japonés de panceta cocinada a baja temperatura con all i oli de kimchi y all i oli de cebollino. Estaba para soltar lagrimones como puños. Para otro día dejaremos los mejillones al curry amarillo, el hummus, la tempura de apionabo o el micuit de foie con mermelada.
La cosa continuó con la costilla de cerdo cocinada a baja temperatura con cremoso de coliflor, curry y encurtidos; y las mini pitas de cordero con toppings. En el tintero se quedaron el meloso de ternera del Berguedà con chirivía, lima y jengibre; los puerros a la llama con burrata y wakame; el tartar de tomate con mozzarella en tempura de trufa; el tartar de ternera del Berguedà con queso ahumado y encurtidos; el Gohan con dados de atún marinado y tobiko verde; o la berenjena con hoisin, queso ahumado y mostaza encurtida.
Para rematar la faena pedimos el bacalao en tempura y el secreto ibérico cocinado a baja temperatura. Para nuestra próxima visita reservamos el cazón marinado con curry amarillo, hummus y gelée de cítricos; el picantón marinado con limón, olivas y hierbas; la degustación de teriyaki con diferentes toppings y panecillos; o el pollo "Pablo" con col kimchi y jengibre.
No perdonamos el postre, así que sin piedad. Mi hija se pidió la reinterpretación del chef del Kinder Bueno, que mutiló antes de tomar la fotografía. Para mí el pastel de pistachos con toffee salado y helado de mascarpone. Mi mujer optó por el "donuthole" de lima, coco, albahaca y chocolate. El resto de la prole pidió el cheesecake con cobertura de mango.
El trato excepcional, el servicio rápido y amable y un ambiente muy agradable y distendido. Realmente da gusto topar con lugares así, hechos con criterio y con mucho cariño por el producto. En la mesa de al lado había un grupo de chicas teniendo un debate muy interesante acerca de las IPAs que se iban a pedir. Sin duda una gran labor de birrangelización de Pere. Prometemos volver para arrasar con el resto de la carta y sacarnos la espinita de visitar El Kom, la cervecería en la que comenzó todo. Y tú, si eres esquiador y sueles subir a la Cerdanya o Andorra, El Forn es el lugar perfecto para hacer una parada para comer. Sobre todo a la vuelta, después de pasar el Túnel del Cadí y superar el tramo de congestión de Guardiola. Desde Berga comienza la autovía de dos carriles y la vuelta es mucho más sencilla. Así que es la opción perfecta. Nos despedimos enviando un gran abrazo a Pere Gendrau y le damos las gracias por su valor e iniciativa para tirar adelante proyectos como éste, que buena falta hacen para colocar la cerveza como un producto gastronómico de alta calidad. ¡Ya contáis con vuestro merecido pin en nuestro
Mapa Birruno!
Balance de daños:
-Budějovický Budvar - Budweiser Budvar. Comenzamos la jornada con una buena Lager que, a decir verdad, hacía muchos años que no revisábamos. El cereal como protagonista, muy ligera, muy crispy, ultrabebestible y con un toquecito suave lupulizado, con el característico amargor final propio del estilo (22 IBU). A bote pronto me ha gustado más que la Pilsner Urquell. 5,0%.
-Refu - Palisandro. Fantástica Brown Ale de los de la Val d'Aran. Elaborada con maltas Lager (?!), Maris Otter, Amber, Dark, Crystal y Chocolate y los lúpulos Columbus, EKG y Nelson Sauvin. Sabores maltosos, tostados y acaramelados. A mí personalmente me ha parecido encontrarle un toque hoppy muy chulo. Un puntito afrutadito y finalde 35 IBU. Entraba sola. Me ha encantado. David on the rise. 7,0%.
-Guineu & La Quince - Fuuusión! Quisimos hacer aprecio a los Lliso catando esta DDH Double NEIPA elaborada con los lúpulos Mosaic, Palisade y Citra Cryo y con un Double Dry Hopping de Strata. Muy afrutada, sedosa en boca, muy sabrosona y rica. De sabores tropicales y cítricos, con un puntito herbáceo suave. Nada amarga. Muy rica. 8,0%.
El Forn Intramurallas Plaça del Forn 3, Berga (Barcelona) 637 351 206