En nuestra última visita al Drunk Monk de Mataró, Moisès me recomendó con especial énfasis la cervecera Westbrook estadounidense, desde entonces he puesto mis ojos en la brewery de Mount Pleasant (Carolina del Sur) sin demasiado éxito, ya que son difíciles de encontrar por estos lares, pero finamente encontré ésta en Cervesa sobre tot de Granollers.
La verdad es que a mí personalmente me tira para atrás comprarme una cerveza artesana enlatada, pero voy a tener que acabar pasando por el aro, ya que hay ciertas cerveceras de gran prestigio internacional que están envasando de este modo, como Beavertown, Pizza Port, Brew Dog o los que no ocupan hoy, Westbrook, y no estoy dispuesto a perderme semejantes elixires.
De entrada no debería haber ningún problema, la lata resguarda mejor que la botella nuestra querida cerveza de sus enemigos: la luz y el oxígeno. Si está bien revestida de plástico, eliminaría el contacto con el aluminio, y de esa manera su sabor no quedaría alterado. Así dicho parece no haber ningún inconveniente, pero qué queréis que os diga, a mí me sigue dando cierta grima.
La Westbrook - White Thai que acabo de catar os aseguro que estaba en óptimas condiciones, con todas sus cualidades organolépticas intactas, así que de momento, mi primer contacto con las latas ha empezado bien. De estilo Witbier belga, los Westbrook han optado por darle un toque diferente para el maridaje con comida asiática, así que han sustituido el cilantro y la piel de naranja de la receta original por citronela y raíz de jengibre. A priori parece una receta muy exótica, pero no os creáis, al olfato el aroma es el de una Witbier de toda la vida, cosa que me agrada, hace poco reseñé la Brew Dog - Vote SEPP que también es una Witbier, y no encontré la Witbier por ningún lado, eso sí, estaba deliciosa.
De color pajizo y carbonatación prácticamente nula, la White Thai huele y sabe a lo que es: una Witbier. Deliciosa, con todo el aroma y el sabor del trigo, un punto suave de limas genial, muy refrescante, que creo que sería perfecto para maridar con un pad thai picante, y por último un magnífico punto muy, muy, muy ligero de jengibre, suficiente como para que se note y te pique un poquito la nariz, pero sin resultar en absoluto desagradable. Pese a no ser nada amarga (16 IBUs), el lúpulo Sorichi Ace japonés que han utilizado nos deja un final suave pero seco. Me ha parecido una cerveza soberbia, sin renunciar a la esencia de una Witbier pero aportando un mínimo toque exótico. 5,0%.
La verdad es que a mí personalmente me tira para atrás comprarme una cerveza artesana enlatada, pero voy a tener que acabar pasando por el aro, ya que hay ciertas cerveceras de gran prestigio internacional que están envasando de este modo, como Beavertown, Pizza Port, Brew Dog o los que no ocupan hoy, Westbrook, y no estoy dispuesto a perderme semejantes elixires.
De entrada no debería haber ningún problema, la lata resguarda mejor que la botella nuestra querida cerveza de sus enemigos: la luz y el oxígeno. Si está bien revestida de plástico, eliminaría el contacto con el aluminio, y de esa manera su sabor no quedaría alterado. Así dicho parece no haber ningún inconveniente, pero qué queréis que os diga, a mí me sigue dando cierta grima.
La Westbrook - White Thai que acabo de catar os aseguro que estaba en óptimas condiciones, con todas sus cualidades organolépticas intactas, así que de momento, mi primer contacto con las latas ha empezado bien. De estilo Witbier belga, los Westbrook han optado por darle un toque diferente para el maridaje con comida asiática, así que han sustituido el cilantro y la piel de naranja de la receta original por citronela y raíz de jengibre. A priori parece una receta muy exótica, pero no os creáis, al olfato el aroma es el de una Witbier de toda la vida, cosa que me agrada, hace poco reseñé la Brew Dog - Vote SEPP que también es una Witbier, y no encontré la Witbier por ningún lado, eso sí, estaba deliciosa.
De color pajizo y carbonatación prácticamente nula, la White Thai huele y sabe a lo que es: una Witbier. Deliciosa, con todo el aroma y el sabor del trigo, un punto suave de limas genial, muy refrescante, que creo que sería perfecto para maridar con un pad thai picante, y por último un magnífico punto muy, muy, muy ligero de jengibre, suficiente como para que se note y te pique un poquito la nariz, pero sin resultar en absoluto desagradable. Pese a no ser nada amarga (16 IBUs), el lúpulo Sorichi Ace japonés que han utilizado nos deja un final suave pero seco. Me ha parecido una cerveza soberbia, sin renunciar a la esencia de una Witbier pero aportando un mínimo toque exótico. 5,0%.
Tiene muy buena pinta. Hace ya un montón que tengo pendiente una visita al Drunk Monk!
ResponderEliminarProcure que el conductor/a no beba. Se suele sair bastante perjudicao de allí. Se lo digo por experiencia. Y es que uno se animaaa... y ya se sabe. Saludos.
EliminarLa he probado y me gustó bastante, tiene unos matices muy peculiares que recuerdan a la comida del sudeste asiático. Muy rica.
ResponderEliminarSaludos!
Totalmente de acuerdo, una cerveza muy rica y una cervecera a tener muy en cuenta. Saludos Gonzalo.
EliminarPues gracias por la reseña, ya que tiene buena pinta por lo que escribes! Creo que está en la tienda de BierCap
ResponderEliminarProbé su variedad de Gose, y aunque este estilo es muy peculiar y no siempre me agrada, resultó una muy buena cerveza (en este estilo) .
Nariz a cuero y lácteos con un sabor ácido y medio maltoso, ligeramente salino, pero muy bien integrado muy buen color y espuma aceptable.
Perdón, me emocioné !!
Lo dicho, me has convencido !
Gran cervecera y gran cerveza. Una Wit atípica, a mí personalmente me encantó aunque entiendo que la citronela y el jengibre no le apasione a todo el mundo. Un saludo.
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