Volvemos a recorrer la galaxia más sombría del estante cervecil arramblando con todas aquellas cervezas belgas que no caté en su día, pero tal y como está la economía, son las que me puedo permitir. Ya llegarán tiempos mejores.
La elegida de hoy es la versión dorada de la Bière du Boucanier, por obra y gracia de la cervecera Van Steenberge, bastante denostada (salvo excepciones) por el que suscribe. La etiqueta de marras ya me tira bastante para atrás, y el bucanero de la etiqueta ciertamente da grimilla. Parece que salga de la Barceloneta pidiendo calderilla para una chuta.
Pues nada, a darle al alpiste. La sirvo en copa TeKu, presentando un color entre dorado y caramelo, límpido, sin turbideces. La carbonatación es bastante abundante, pero sin idas de madre.
En nariz se pueden percibir un aroma acaramelado, y la cosa parece que tiende más hacia el lado de los ésteres. En boca resulta muy acaramelada, demasiado dulzona para mi gusto, con el puntito belgian bastante marcado, que es lo que le da un poco de gracia al asunto. Con bastante cuerpo, hay que decir a favor, que para contar con un 11.0%de alcohol no se nota en exceso ni en sabor ni en aroma. La verdad es que no es el tipo de cerveza belga que me suela agradar. Me costó 2,85€. Botella de 33cl. Creo que esta cervecera y yo nos vamos a dar un tiempecito.
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