3 de enero de 2015

Prairie - Pirate Bomb

Para empezar bien el año y dar estreno a estas fabulosas copas teku que me han regalado, he elegido este pepinaco de Imperial Stout envejecido en barriles de ron con café, granos de cacao, vainas de vainilla y chiles. Algo absolutamente espectacular.

Prairie es una craft brewery situada en el estado de Oklahoma, concretamente en la localidad de Krebs, y cuentan con una treintena de birrazas en su haber, todas con una pintaza espectacular, e incluso han colaborado con Mikkeller para elaborar la American Style.

Servimos con delicadeza este petroleo puro, oscuro como el ojete de Sauron, denso, oleoso, totalmente opaco, con gasificación escasa, pero haberla hayla. Al olfato nos llega un intensísimo y delicioso aroma a café que dejaría en éxtasis al mismísimo Juan Valdés. Procedemos al drinking. Lo primero que llega es el evidente, intensísimo y espectacular sabor a café, pero no solo debido al tueste de las maltas, sino también por el café que lleva añadido, nada de Marcilla guarro ni de café Carl Lewis*, café brutal, no sé si será de Colombia, Panamá, Jamaica o Etiopía, pero solo sé que estaba muchísimo mejor que muchos cafés que he probado, absolutamente delicioso. Aclaro qué es el Café Carl Lewis. *El café Carl Lewis es ese que te suelen poner en baretos guarros de mala muerte. De esos que te los tomas de un solo trago e inmediatamente tienes que salir a la velocidad de la luz hacia el retrete más cercano.

Una vez aclarado esto, prosigamos. Así de entrada, lo que empapa directamente la boca es el sabor a café, pero poco a poco empiezan a aparecer los matices, primero el picorcillo que te dejan en el paladar los chiles, suficiente para notarlo, pero sin resultar desagradable, no tan intenso como la Mikkeller Texas Ranger pero sí claramente perceptible. También aparecen las notas de los granos de cacao, que poco a poco se van volviendo más evidentes. Para los que somos amantes del chocolate negro con pepitas de cacao esta cerveza es un chute de endorfinas. Y finalmente, poco, pero algo se percibe de la vainilla. Un cervezón de 14,0%. Eso sí, tómatela con muchíííííísima calma, en el sofá o en tu sillón favorito, ponte algo de Vivaldi, o como diría un buen amigo, de Jazz suave, y disfrútala. Feliz año a todos.

1 comentario:

  1. Tras leer la reseña se me han puesto los dientes largos, vaya estampa mas apetitosa tiene...

    Un saludo.

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