27 de abril de 2018

Ruzanuvol - Valencia


Si había un lugar al que tenía muchas ganas de hacerle una visita ese era sin duda el Ruzanuvol de Valencia. La razón se debe al amor que profeso por Birrificio Italiano, la gran cervecera italiana cercana al lago Como y pionera -junto con Baladin y Lambrate allá por el año 1996- en el movimiento craft en el país transalpino. Todas sus cervezas son verdaderas obras de arte, con el plus de que son muy difíciles de encontrar, factor que añade cierto halo de misterio a tan reputado birrificio. Hasta hace relativamente poco el Ruzanuvol era la única cervecería de la Península Ibérica donde se podían disfrutar las cervezas de Birrificio Italiano de tirador. Más tarde empezaron a pincharse en el Abirradero de Barcelona, y hace poco hicieron lo propio en Madrid, Gijón, en La Pepita de Barcelona y L'Artesanal de Granollers. Aunque haya aumentado considerablemente la oferta siguen siendo pocas las cervecerías donde pueden encontrarse.

Dicho esto la visita era obligada. El problema fue encontrar el momento. Como comenté anteriormente en la entrada de La Boutique de la Cerveza (ubicada en la misma calle que el Ruzanuvol) mis visitas con objetivos birrunos en la capital valenciana se han visto frustradas en numerosas ocasiones. Pero no hay mal que cien años dure. El momento por fin llegó. Y ¡joder! ¡cómo lo hemos disfrutado!

Pues nada, paseíto por el bonito barrio de Ruzafa toda la familia Castle y derechitos al Ruzanuvol una soleada tarde de marzo para disfrutar de las mejores cervezas italianas acompañadas de unas viandas a la altura. ¡Vamos allá!

Ruzanuvol comienza hace ocho años. Tras la barra dos milaneses afincados en Valencia: Barbara y Giovanni. Ambos decidieron dar un cambio en su vida innovando con un negocio por aquel entonces nada explotado, y apostaron por un producto que les apasionaba, pero que aquí, por esas fechas, era prácticamente imposible de encontrar: cerveza artesana italiana de tirador. Así que ni cortos ni perezosos montaron la primera cervecería especializada en cerveza artesanal de la ciudad. La amistad que une a los propietarios con Birrificio Italiano y Birrificio Lambrate desde que iban juntos a la escuela ha facilitado mucho las cosas a la hora de traer los barriles a España. ¡Pero nadie les va a quitar el mérito a Barbara y Giovanni! ¡Son muy grandes! Gracias a su esfuerzo y tesón podemos disfrutar de auténticos birrotes en la capital del Turia. El mezclar horchata con granizado de limón se acabó.

La cervecería cuenta con diez tiradores que han repartido equitativamente: 5 para Birrificio Italiano y 5 para Birrificio Lambrate. A eso se le suma una cuidada selección de botellas y latas de birra artigianale italiana. Disponen de unos taburetes para apostarse en la barra (y no levantarse de allí en toda la noche) también disponen de una amplia, tranquilísima y muy agradable terraza (estuvimos especulando con la idea de quedarnos fuera, pero finalmente nos decantamos por el interior para disfrutar de su ambiente acogedor) y un espacio interior de mesas para poder disfrutar de una cena opípara.

Porque sí, queridos amigos birrunos, Ruzanuvol no es una simple cervecería. Además de poder disfrutar de unas magníficas cervezas vas a poder acompañarlas de un maridaje a la altura. La cocina del Ruzanuvol es italiana auténtica, con el producto importado y una calidad insuperable. Los propietarios son italianos y no se andan con cutradas. Mostrando lo mejor de su país y dejando el pabellón muy alto.

Barbara y Giovani lo tienen todo muy bien pensado. Para acompañar las cervezas disponen de unos platos con frutos secos, olivas, patatas fritas, guindillas y torreznos para que la clientela pueda servirse a placer. Si tienes pensado quedarte a cenar (no abren los mediodías) es buen momento para pedir una carta. Es extensa y va a hacer las delicias de grandes y chicos. Nuestros churumbeles optaron por el variado de croquetas caseras (jamón, pollo, setas, etcétera) y el taco de pizza margherita casera, pero le tomamos la matrícula a todo lo que se nos quedó en el tintero: las patatas bravissimas; el hummus; los rollitos de berenjena, speck y queso; la bomba de pluma ibérica y patata o la tosta de puerros confitados y queso tomino.


Ahora le toca el turno a los papis. Mi mujer y yo ya sabemos telepáticamente que nos vamos a pedir sí o sí: la tabla de quesos italianos acompañada de confitura de cebolla. ES-PEC-TA-CU-LAR. Mi mujer aún llora cuando recuerda aquel gorgonzola, el mejor que se ha comido en su vida, según dice ella. De segundo ambos tenemos muy claro que nos vamos a pedir le piadine di porchetta e rucola, ninguno de los dos va a ceder para pedir otra cosa diferente y compartirla. Ni hablar. Cada uno con su porchetta. Somos unos porkiyonkis. Estaban de lujini. El resto de la carta cuenta con numerosa variedad de piadine, selección de fiambres y quesos italianos, ensaladas variadas y carpaccio de ternera. Para finalizar tan magnífico, glorioso y triunfal ágape decidimos coronarlo con el brownie de chocolate. La buena fortuna quiso que estuviera agotado así que pasamos al tiramisù. Fue una suerte porque estaba colosal. Para acabar de ponerme en éxtasis el bizcocho no estaba bañado con el puto ron o ese licor carajillero que suele echarle la peña, precisamente eso es lo que me jode todos los tiramisùs que me pido (yo en mi casa lo preparo con cerveza Stout, lo que suele llamarse birramisù). En Ruzanuvol lo preparan con Amaretto, que es uno de mis licores favoritos. Tan cremoso, taaan rico, con ese punto del café y las almendras amargas, ¡uaaaaaargh! erección garantizada. De los mejores que he probado nunca.

La verdad es que lo disfrutamos muchísimo y no vemos el momento de volver a Valencia para pasarnos por allí otra vez y aniquilar el resto de su carta (y pizarra). De momento les colocamos su merecidísimo pin en nuestro Mapa Birruno y pasamos a relataros nuestra experiencia birruna en el apartado de "Balance de daños". Ci vediamo ragazzi!

Balance de daños:

Birrificio Italiano - Bibock. La Bock de Birrificio Italiano (de ahí su nombre). Suavísima, tostadita, un caramelazo. Dulzona pero cero empalagosa. Maltosa, domina el cereal pero se disfrutan los lúpulos que aportan más riqueza al conjunto. Brutal, realmente impresionante. 6,2%.

Birrificio Italiano - Tipopils. Brutaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal. Ya la disfrutamos en su día embotellada (podéis volver a leer la reseña clickando aquí) pero ¡joder! ¡cómo gana de tirador! Una joyaza. Suavísima y con un punto floral hoppy multiorgásmico. Fresquísima. Genial. 5,2%.

Birrificio Italiano - Nigredo. La Hoppy Schwarzbier de la casa que ya disfrutamos en su día tanto en botella como de tirador en el Abirradero (enlace aquí). Muy ricas las maltas -como siempre- pero en esta ocasión no he encontrado ese sabor floral tan espectacular que le aportan los lúpulos, que es lo que le da esa vuelta de tuerca tan genial que te deja la cabeza loca. 6,5%. De momento nos hemos cascado 3 Lagers colosales. Haters de las Lagers, ¡os estamos dando por todos lados!

Birrificio Lambrate - Robb De Matt. Rye IPA impresionante. Floral, herbácea y lo más importante, fresquísima. Con una bofetada de lúpulo ultrarrefrescante que te deja flipao, eso sí, no he encontrado el centeno por ningún lado. 5,5%.

Ruzanuvol                Lluís de Santàngel 3, Valencia                  www.ruzanuvol.com               ruzanuvol@yahoo.es          680  993  892

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