Eisbock. Ese estilo que me da pereza beber. Sería lo opuesto a una cerveza bebestible y cada vez que me tomo una acabo taja. Esto es así.
Sin embargo, una de las últimas insignias de untrapper me ha animado a interesarme otra vez por este tipo de cervezas, de las que, hasta la fecha, admito que solo había probado la Aventinus de Schneider. Con esta motivación extra, estuve mirando en algunas de las tiendas online donde suelo comprar y encontré ésta de Stu Mostów, que a priori no pintaba mal.
La joyita se llama Cherry Eisbock, y lleva la adición de jugo de cereza ácida polaca. Tiene una graduación de 10,8% que se consigue mediante un proceso de congelación, donde se separan los cristales de agua, dejando una cerveza más concentrada y alcohólica. Es la primera vez que la cervecera de Breslavia se mete en un berenjenal de este calibre.
El resultado es una cerveza de color pardo, bastante oscura y con destellos rojizos al trasluz. La carbonatación es abundante y nos deja una tupida corona de espuma de color hueso muy persistente. En nariz encontramos un olor potente de maltas tostadas y un toquecillo muy sutil de cerezas muy agradable. En boca es una cerveza con cuerpo y se debe beber con calma. El alcohol está ultra bien integrado, no se nota ni en sabor ni en aroma. De sabor es muy maltosa, de tueste moderado, dulzona, pero sin llegar a resultar empalagosa. Acaramelada y con la cereza muy sutil, sin llegar a parecer una piruleta, le da un rollo muy guapo al conjunto. Creo que es la primera Eisbock que me bebo sin acabar toñao. 48 IBU. Seguiremos ahondando en el estilo aunque sea solo por sacarnos la dichosa insignia. Comprada online en Beerbao por 6,80€. Botella de 33cl.
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