Traemos de vuelta a la cervecera Mur, desde San Martín, en Buenos Aires. La cerveza que vamos a catar hoy se llama No Hay Tutía, es una Sour con moras, frambuesas, grosellas negras, café, trigo, avena y lactosa. O os voy a copiar el texto que aparece en la lata que creo que describe su producto mucho mejor que cualquier cosa que os pueda explicar yo:
"Una cerveza ácida de estación, refrescante, compleja, para ir descubriendo sorbo tras sorbo.
Acidificada en fermentación con levadura Lachancea, una cepa especial que aporta notas a manzana roja y durazno. Una vez fermentada agregamos 150g por litro de moras, cassis y frambuesas. A este preparado le incorporamos un café preparado especialmente para esta cerveza por Diogo Bianchi, llamado Gichuna Estate. Este café tiene origen en Kiamu, Kenya, se cultiva a una altura de 1775m sobre el nivel del mar, tiene un lavado orgánico y su tostado le aporta notas frutales, a vino y golosinas."
La etiqueta es muy bonita, con todos los ingredientes en la palma de una mano, de forma poligonal e impresos en papel brillante, de manera que da la sensación de que se trata de piedras preciosas. Pues bueno, nos dejamos de chamu chamu y vamos al turrón. La sirvo en la versátil copa TeKu y presenta un color rojo muy intenso y vívido, al trasluz con algún destello rosáceo y anaranjado. La carbonatación es abundante, nos logra crear una gruesa capa de espuma de color blanco de escasa duración. La retención del carbónico es buena y la burbuja muy finita.
En nariz lo más evidente que encontramos son los frutos del bosque, así como notas de levadura. En boca sorprende al primer trago el sabor del café -por lo inusual de la receta- aunque su sabor es bastante moderado y no acaba solapando al resto de sabores. Muy presentes los frutos del bosque, donde destaca la frambuesa, mientras que la mora y la grosella negra aparecen de una manera más distante. La acidez está marcada pero sin resultar chirriante en ningún momento, la lactosa y la fruta quizás ayuden a balancearla. La levadura aporta sabores que nos recuerdan a la sidra y a la manzana, resultando muy refrescante y agradable. La verdad es que es una receta muy peculiar y diferente, que en mi caso, me ha agradado mucho, pero que en el caso de mi mujer no ha sido todo lo contrario. Sí hay que venir un poco con la mente abierta. Sí cabe decir que no es una cerveza como para beberse dos seguidas, no obstante, la experiencia en general ha sido muy satisfactoria, máxime cuando resulta casi imposible encontrar cerveza argentina por estos lares. ¡Un fuerte abrazo para esos pibes porteños! 4,8%. Me costó 5,21€. Lata de 35,4cl.
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