Y con ésta le damos matarile al cargamento birruno que me traje del país vecino. En general, me ha sorprendido en positivo, con un producto muchísimo mejor de loque me esperaba -máxime siendo la mayoría IPAs sin refrigerar- pero precisamente ésta, la última, ha sido la que ha puesto la nota discordante. Al turrón.
Se trata de La Secade, una Witbier elaborada con corteza de limón, semillas de cilantro y tomillo limonero. Toda ella con ingredientes ecológicos y su sello correspondiente. La firma la cervecera gala Les Têtes Plates, con sede en Narbona.
La abro y comienza la fiesta de la espuma. La instantánea ilustra perfectamente el momento, aunque he sido condescendiente y he elegido un donde al menos puede vislumbrarse algo de líquido en la copa. De carbonatación ya lo estáis viendo La cerveza era de color pálido, muy velada, de aspecto muy turbio. Tal y como rige el estilo. En nariz destacan los cítricos y la característica levadura belga. En boca es una cerveza rica (mala no estaba), con el predominio de los cítricos en boca, un puntito de trigo, esas notas características de levadura, más el toque especiado. Insisto en que no era una cerveza mala, pero ya estaba considerablemente influenciado por el cabreo tras el géiser, factor que condicionó la cata. Lo que más me cabreó no fue el hecho de la carbonatación en sí, ya que cuando las compré en este establecimiento (sin refrigerar), ya contaba con algún fail. Lo que más me cabreó fue que el obrador de Les Têtes Plates está a diez metros, en la misma acera del V and B donde la compré. Que no sepas siquiera cómo está tu trabajo a escasos metros de tu fábrica, pues me toca considerablemente los cojones. 4,2%. Me costó 4,00€. Botella de 33cl.
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