Y como no hay dos sin tres, vamos a por el trío galo. La cervecera que más me sorprendió en el festival Rustic & Wild de este año fue precisamente la cervecera que nos atañe hoy: La Montagnarde.
Resultó sorprendente seguramente porque no la conocía y fue un grato descubrimiento, y también porque su Brett Eat Hay fue la cerveza que más me gustó del todo el festival, que ya es decir dado el nivelaco.
La brasserie en cuestión tiene su sede en la región de Saboya, concretamente en Saint-Jean-d'Arvey, localidad muy cercana a Chambéry, muy conocida también por su célebre tigre. Fundada en 2016 por Fanny Després y Christophe Boebion, La Montagnarde nace como un proyecto muy arraigado a su zona y el producto local. Sin ningún problema a la hora de cultivar o recolectar las plantas, flores y frutas de temporada que utilizan para sus cervezas.
Como nos dejaron muy flasheados con su cerveza de Brett le compramos directamente a Fanny esta botella de Estive, una cerveza Sour elaborada con flores de saúco y ruibarbo y posteriormente envejecida en barrica durante un año.
La servimos en copa TeKu, presentando un vivo color amarillento subido, ciertamente velado. La carbonatación es media, sin idas de madre, así que levanto un poco el brazo con alegría para el escancie y así sacarle un par de deditos de espuma bien majos. Corona compacta y de color blanco aunque no especialmente persistente. Burbujita muy fina, picante en boca y retención del carbónico bastante buena.
Al asomar el naso nos llega un intenso aroma floral muy agradable. En boca es una cerveza muy rica y agradable, con el ruibarbo de fondo muy suave -aunque a mí personalmente me resulta un tanto cansino- que aporta cierta terrosidad al asunto, y con la flor de saúco muy presente, que aporta un sabor y aroma espectaculares. Cuenta con un puntito ácido suave que resulta muy refrescante y que no chirría nada de nada. Una maravilla. Perfecta para el caloret, nano. 6,5%. Nos costó 10,00€. Botella de 75cl.
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