La cerveza en cuestión es una German Pilsner elaborada con lúpulos nobles alemanes y lleva el sello ecológico conforme sus ingredientes son provenientes de la agricultura biológica.,
Vamos allá. La sirvo en vaso alto para Lagers y presenta un bonito color dorado. Al principio cae bastante clara y límpida, pero conforme se iba llenando el vaso se iba enturbiando, recordándonos el aspecto de una Kellerbier. La carbonatación es bastante abundante y nos crea una gruesa capa de espuma cremosa, compacta, muy persistente y de color blanco. Me ha resultado curioso que no me ha dejado mucho encaje de Bruselas pero sí unas mini nubes adheridas al cristal, que han tardado muchísimo en disiparse.
En nariz es básicamente cereal, muy claro y rico. En boca es una cerveza ligera, muy bebestible, para beber a litracos. Muy crispy, con el sabor del cereal como protagonista. Pero, ay amigo, cuando se atempera aparece un sabor floral muy guapo, bastante notable, y finalmente un amargor perfecto que perdura durante toda la tarde. 4,8%. Me costó 2,49€. Botella de 33cl.
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