Me apetece cero comprarme NEIPAs, pero lo cierto es que durante mi última visita a la General de Begudes de Valldoreix, ante el panorama presente, no sé por qué, pero esta lata de la cervecera Overhop se vino para casa. No es que me apeteciera especialmente, pero son cosas que pasan.
Al consultar en untrapper me aparecía como cervecera brasileña y a la par canadiense, así que ante tal curiosidad tuve que indagar un poco al respecto. Resulta que la cervecera Overhop es natural de Río de Janeiro (Brasil), pero que posteriormente decidió dar el salto con una nueva sede en Saint Jean-Sur-Richelieu (en Canadá). Algo así como Mikkeller en San Diego o movidas por el estilo. El caso es que la lata en cuestión ha sido elaborada en la sede canadiense. Ya sabéis que el gobierno canadiense ha tenido que pedir perdón en numerosas ocasiones por lo de Bryan Adams.
De las numerosas latas disponibles (y dada mi hartura con el género NEIPA) solo compré una única lata (y aún gracias). La elegida en cuestión fue la bautizada como Hazy. La elección fue meramente al tuntún, ya que en ninguna de las latas indicaba los lúpulos empleados, y de hecho, ni la fecha de enlatado ni de consumo preferente. Motivos de irritación e inflamación escrotal para el que suscribe.
La cerveza en cuestión es supuestamente una New England IPA elaborada con malta de cebada, trigo y avena. La sirvo en vaso shaker, presentando un aspecto límpido, con poca turbidez y de color ambarino. Decido interrumpir el escanciamiento, para mover el culo de la lata en círculos y ver si la cosa se va enturbiando. En una segunda fase de servicio, cae turbia y de color anaranjado como mandan los cánones del biofrutas, aunque con cierto tono apagado. Viene con mucho posazo y partículas en suspensión, una especia de harinilla se precipita en el fondo del vaso. Me lo tomo con cierta calma y le dejo una correctita corona de espuma (aunque venía con bastante carbonatación) de color blanco. Espuma compacta y duradera.
En nariz destacan aromas afrutados y herbáceos a la par. En boca es una cerveza con muchísimo cuerpo, muy sedosa, y no precisamente el paradigma de la bebestibilidad. Acaramelada, con una base maltosa potente, muy, muy resinosa y muy, muy amarga. Vendría a ser como una West Coast pero ultasedosa y con muchísimo cuerpo. La verdad es que no me ha gustado mucho, es más, me ha jodido la hora del aperitivo. 6,5%. Comprada refrigerada en el establecimiento antes mencionado por 5,06€. Lata de 47,3cl. Hasta nunqui.
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