Y si ayer publicábamos la reseña de la Mataró Grape Lager, fruto de la colaboración entre Art Cervesers y Alta Alella, hoy le toca el turno a su hermana Mataró Grape Ale, con ciertas diferencias respecto a la primera.
Al igual que con la Lager, se le añade mosto de uva Mataró (Monastrell) ecológico antes de la primera fermentación. En esta ocasión también se utilizan las pieles de las uvas, que son las que le confieren este color. La primera fermentación se realiza con Lactobacillus, y la segunda con levadura Ale. También es una cerveza sin gluten.
La sirvo en copa TeKu. Presenta un color rojizo, similar al del vino tinto, un tanto velado. La carbonatación es escasa. En un principio, y escanciando bastante, logro sacar una gruesa capa de espuma, sin que llegue a rebasar el borde en ningún momento, y tal y como la voy sirviendo va bajando. Me apresuro a capturar una imagen con el máximo de espuma posible, pero finalmente acaba desapareciendo por completo.
En nariz destaca el aroma a uva, con un perfil aromático similar al de la Grape Lager. En boca es una cerveza claramente afrutada, con el sabor de la uva muy rico, y quizás el color haya condicionado a que los sabores me recuerden más a la fresa o la frambuesa. El Lactobacillus aporta un puntito ácido muy agradable, sin que llegue a resultar una cerveza Sour. Rica, sin estridencias, con la fruta bien sabrosa y sin nada de amargor. Sí es cierto que se echa de menos la sensación burbujeante del carbónico en boca. En general me ha gustado bastante, ahora bien, si tuviera que decantarme entre la Mataró Grape Lager o la Mataró Grape Ale seguramente elegiría la primera, que fue la que me sorprendió más. De todos modos os sugiero que compréis las dos y hagáis la prueba. Siempre es interesante ver el papel que juega la levadura en dos cervezas con los mismos ingredientes. Comprada en la General de Begudes de Valldoreix por 6,00€. Lata de 25cl.
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