Hoy es día de canelones y qué mejor manera de maridarlos que con una buena Kellerbier tostadita.
Pensaba yo, erróneamente, que tenía bastante finiquitado el catálogo de Ayinger. La verdad es que los de Aying no dejan de sorprenderme y de vez en cuando me voy topando con alguna de sus cervezas que aún no he probado. La última en cruzarse en mi camino ha sido Kirtabeer.
La sirvo en jarra de hoyuelos. Presenta un color marrón, con destellos ambarinos y anaranjados que me recuerda al de los orejones. La turbidez característica de las Kellerbier. Por el aspecto y graduación (5,8%) diría que es la versión sin filtrar de una Märzen. Carbonatación correcta, que da para una buena corona de espuma compacta, cremosa y persistente de color blanco roto.
En nariz se pueden disfrutar de aromas de cebada, pan, y toques tostados. En boca es una cerveza muy sabrosa, bastante subidita. Sabor muy tostado, con todo el saborazo del cereal, muy intenso, recuerdos de pan, con el toque tostado que intensifica el conjunto y con un sabor umami rico. Intensa pero sin hacerse pesada. El medio litraco se bebe con relativa facilidad.
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