Traemos de vuelta a la célebre Brasserie Cantillon, dosificando el material que adquirimos durante el Zwanze Day de este año.
Hoy tenemos aquí a Mamouche -como llamaban cariñosamente los Van Roy a su abuela-que ya la habíamos podido disfrutar de tirador en la edición del Zwanze Day de 2016 y pensé que sería buena idea traerla al blog y poder catarla de nuevo en formato botella.
Se trata de una Lambic de 2 años a la que han añadido flor de saúco. La servimos en la copa del Zwanze Day de este año. Presenta un color dorado un tanto velado. La carbonatación no es especialmente abundante, pero nos deja una fina capa de espuma blanca que no tarda en desaparecer. Burbuja fina y sensación picante en la lengua durante toda la degustación.
El aroma que desprende es floral, aunque el ácido acético también está muy presente. En boca es moderadamente ácida, no es de las Cantillon más ácidas, con el sabor avinagrado muy marcado y el punto raruno del saúco. Digo lo de raruno porque yo me esperaba más un sabor a los caramelos Ricola de saúco, o por poner un ejemplo cervecero tengo muy buen recuerdo de la de Matoll, pero en lugar de eso me he encontrado un sabor notablemente diferente. Es bastante compleja, con notas de manzana, cuero, madera y ese punto añejo marca de la casa. El final no es muy seco. Quizás no es de mis cantillon favoritas, pero sí una cerveza curiosa y altamente disfrutable para los amantes del estilo. 5,5%. Nos costó 17€. Botella de 75cl.
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