Ay Señor, a veces pienso en una futura jubilación metiéndome a monje trapense para estar todo el invierno dándole a esto. La Westvleteren 12 es otro de esos regalazos navideños que me han caído -debo haber sido muy bueno- y me lo estoy gozando la noche de Reyes aquí todo emocionado mientras contemplo el 100/100 que le dan en el Ratebeer. Es para ponerse a llorar de felicidad.
Elaborada por los monjes trapistas de la abadía de San Sixto de Westvleteren, en la localidad belga de Vleteren, la 12 es una cerveza Cuádruple o Abt, y está catalogada como una de las mejores cervezas del mundo -muchos la catalogan como la mejor- y su venta es muy limitada, así que me siento muy afortunado. Su graduación es de 10,2% así que uno se prepara para tal acontecimiento, para dedicarle el tiempo que se merece y disfrutarla con muchísima calma. Reproduzco las palabras de mi mujer tal cual: "-Javi, dame más de eso que está muy bueno".
La botella en sí es lisa sin ningún dibujo ni etiqueta. ¿Para qué? ¡si ya tiene presencia por sí misma! no hacen falta presentaciones, sabemos lo que tenemos delante. Quitamos la chapa, ya desprende un olorcillo a malta tostada y caramelo que invita al drinking. La servimos con gentileza. Es de color pardo, con carbonatación media, la espuma desaparece bastante rápido así que aprovecho para esnifar todo lo que puedo. En boca el sabor es potente e intenso. Maltas tostadas, caramelo, cacao, ciruelas, pasas, higos secos... una gozada, el alcohol se nota bastante, así que hay que tomársela poquito a poco, así el disfrute dura más. A cada sorbito te va subiendo por el pecho ese calorcillo que te dejan los licores, como cuando te mejes un chupito de orujo después de comer, pero en versión más suave y birruna. Si tenéis suerte de encontrarla ¡no os lo penséis!. ¡Salud!.
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