De las cervezas que he probado de Nómada -la Papaya Crash y la En el bosque en colaboración con Omnipollo- me habían gustado ambas, las dos fuertecicas pero muy buenas. Con Tundra, una Golden Ale a priori más beberciable, más suavecica, me he llevado un chasco. La he encontrado demasiado ácida para mi gusto y me ha resultado un tanto desagradable.
De apariencia dorada, con una generosa corona de espuma blanca, al olfato nos llegan claramente las notas cítricas. Una vez en boca nos llega una tromba ácida para fliparlo. A mí personalmente no me gusta tan estridente, y mira que he probado cervezas Sour Ale y Berliner Weiße y me han parecido buenas, el punto ácido y de cítricos es agradable cuando resulta refrescante, cuando te pone la cara como la del Fary cuando chupa un limón pues como que deja de ser placentero y realmente cuesta acabarse la cerveza. Afortunadamente se percibe el sabor a malta bastante agradable y el Chinook no resulta demasiado fuerte, por este lado la cerveza gana bastante. Ha sido elaborada con maltas de cebada y trigo y han utilizado los lúpulos Cascade, Chinook y Simcoe. 6,0% de graduación.
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