De las Galias también me trajeron este pasado verano esta botellita de cerveza cátara. El individuo que me la regaló fue el mismo que intentó envenenarme con la Oxit Brune Chatâigne, así que ese ha sido el motivo de haya estado estos meses en la despensilla. Tenía una pintilla sospechosa.
Bueno, el chico se ha propuesto enviarme al otro barrio de manera prematura, en esta ocasión utilizando como cebo la Tolosa de los franceses Les Frères Brasseurs, con sede en Aucamville. Afortunadamente estaba mucho mejor que la de sus compatriotas pero no por ello ha dejado de ser un chuski de los guays.
La escancio en el vaso para ver qué volumen alcanza la espuma. La verdad es que ha salido mucha cantidad pero menos de lo que me esperaba, con lo que al menos la cosa ha ganado algún puntillo. Espuma no demasiado persistente. En teoría es una Blond Ale (Golden Ale), pero que vamos eso de goldeeeeeeeeen no sé qué tipo de pantone debe usar esta peña, pero lo deben flipar más que Rompetechos con un caleidoscopio. Al olfato un olor maltoso sin demasiadas florituras. En boca sabor a cereal, un tanto azucarado y de cuerpo bastante aguado. Me ha recordado más a una Vienna Lager que no a una Golden Ale propiamente dicho. Poca cosa más además del cereal, nada de lúpulo y apenas matices que nos puedan dar algo de alegría al asunto. No es una cerveza para tirar por el desagüe ni mucho menos, pero era un tanto pobre y muy plana. No sé lo que habrá costado, pero se agradece el detalle aunque la intención fuese mandarme a criar malvas. 5,9%, demasiado pelotazo para tan poca cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario