Empiezan a llegarme muestras de cariño birrunas de amigos y familiares que han estado veraneando por toda la geografía europea. La primera en caer ha sido esta botellaca de la Brasserie des Fagnes, ubicada en Couvin (Bélgica), donde además de la fábrica tienen un fantástico brewpub con terraza y parque infantil, todo perfectamente equipado para que los padres se puedan trujar mientras sus cachorrillos juegan alegremente.
Desde aquí les mando las gracias a Judith y José María, que siempre que pisan territorio belga se acuerdan de un servidor. De todas las variedades que tenían a la venta se decantaron por esta Abbey Tripel, que a priori parece la más potentilla del catálogo.
A falta de cáliz en casa ajena nos apañamos con unos vasos del Ikea. Presenta un bonito color dorado y una generosa corona de espuma poco persistente. En boca es una cerveza dulzona, donde se puede disfrutar del sabor de las maltas y se aprecian matices de caramelo, toffee y alguna fruta seca. Es una receta clásica y sencilla muy rica y muy bien elaborada, y la verdad es que para tener 9,0% me ha resultado bastante bebible y con el alcohol bien integrado, lo que la convierte en una cerveza bastante peligrosa.
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