No soy ningún experto en cerveza Kölsch -de hecho, por el blog aún no ha pasado ningún ejemplar alemán- pero hay que afirmar que la Honey Kölsch de mis cerveceros favoritos Rogue estaba tremendísima, es -de lejos- la mejor cerveza de este estilo que he probado. A estas alturas, y viniendo de Rogue, no es algo que me sorprenda, la verdad es que no esperaba menos de ellos. Como siempre brutales.
Cogen un clásico alemán y lo reinterpretan añadiéndole miel de su propia granja apícola. No solo se han conformado con utilizar el agua de su finca, su propios cereales, sus propios lúpulos y su propia levadura, no, también han utilizado su propia miel. Gracias John Maier por existir.
De color dorado y bastante clara. No demasiado carbonatada, la espuma se acaba compactando dejando una agradable y fina crema. Al olfato se perciben ciertos aromas florales y el cereal. En boca es una cerveza muy delicada, con el cereal suave pero sabroso, el punto de la miel perfecto, sin resultar absolutamente nada empalagosa. Si alguien se esperaba los Mielpops del desayuno que se vaya olvidando. El dulzor perfecto, sin excesos, sin cargarse la base de cereal tan rica. Los lúpulos aportan cierto sabor floral y un delicado amargor final perfecto para el estilo. Muy grandes Rogue, muy grandes. 5,0%. Comprada en La Bodega del Sol de Barcelona.
Pues ya es una alegría encontrarse en una cerveza con miel el punto justo. Las últimas que he proobado eran aptas sólo para osos pardos.
ResponderEliminarSaludos!
Jajajajajaja, aptas para osos pardos. De esas me he comido unas cuantas, y lo que dices tú, se les va la mano tela marinera. Con ésta tate tranquilo que Rogue lo peta siempre. ¡Un saludo tortuguil!
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