Los viernes es la cita ineludeble de mi señor padre -AKA Guolker, Texas Ranlle- con su estimado Alcampo, momento en el que suele acordarse de su hijo y le compra alguna que otra birra.
En algunas ocasiones la cosa sale rana, pero hoy concretamente ha ido bien, y es que las cervezas Weizen alemanas del supermercado suelen ser bastante buenas, quizás no excelsas, pero buenas al fin y al cabo.
Hoy le damos a la Schöfferhofer -menos mal que no tengo un vídeoblog- cervecera que tiene su sede en Frankfurt.
Al servirla presenta una carbonatación muy abundante, cremosa, tupida y persistente como manda el estilo. Presenta cierta turbidez y un color un poco más subido de tono que las Weizen pajizas más corrientes.
Al olfato nos llega el olor a trigo y cierto punto especiado (¿clavo?). No encuentro la banana. En boca sí aparece el sabor a plátano. El cereal rico y el cuerpo un tanto ligero para el estilo, lo que hace que sea muy fácil de beber. Entra a cascoporro. 5,0%. No sé lo que le costaría al hombre pero intuyo que no sería muy cara.
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