Este veranete me compré esta latita de Lervig (ya me queda menos para sacarme todo el curro acumulado) que siempre es sinónimo de calidad.
Es la birra perfecta para montar una fiestaca en casa, ligerita, entra como el agua y no tiene demasiada graduación (4,0%), por eso el nombre le viene como anillo al dedo: House Party.
Según la cervecera noruega se trata de una Session Ale. Les pregunté si entraba dentro de algún estilo concreto del BJCP y muy amablemente me contestaron. Muy finamente me vinieron a decir que ellos la guía de estilos se la pasan ris-rás por delante y por detrás.
De color dorado claro, con tonos amarillentos y un pelín velada, con una generosa capa de espuma. La sensación en boca es un tanto aguada, muy ligera de trago y con muy poco cuerpo, por lo que entra con una facilidad pasmosa. No obstante es una cerveza bastante sabrosa porque debe ir de lúpulo hasta las trancas. Mucho cítrico -destaca la mandarina y el pomelo- melocotón y fruta tropical (mango). Resulta muy agradable al olfato y ultra refrescante en boca. Te deja un final cítrico en el paladar genial, así como un saborcete amargo muy agradable. Entra divina con las calores. Quizás ahora en diciembre no sea el estilo más adecuado, pero entra fina fina, filipina. Comprada refrigerada en La Bodega del Sol de Barcelona por 2,70€. Es un precio muy asequible viniendo de Noruega, y más de una cervecera de prestigio como es Lervig. Aquí ya nos cobran eso por cualquier mierda.
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