Hace unos días pude hacerme con una remesita guapa de Mikkeller. Llegaron muchas novedades al Wine Palace a muy buen precio, así que me fui para allá tal y como les llegaron y compré todas las que me faltaban por probar, ya que en esta cadena no tienen la cerveza refrigerada y si me esperaba más tiempo corría el riesgo de comprarlas en mal estado, como ya me ha pasado en más de una ocasión.
Para jolgorio del que suscribe encontré un par de sus year round que llevan chapa con ilustración. ¿Sí, amigos! Después de tantos años tomando Mikkellers por fin ponen dibujito en la chapa. Los coleccionistas chaperos estamos de enhorabuena. La cervecera danesa, después de 12 años de actividad frenética, sacando varios centenares de recetas diferentes por año, por fin ha decidido por fin tener algunas de sus recetas disponibles todo el año.
El nombre, cómo no, tenía que ser una frikada a las que nos tiene acostumbrados Mikkel Borg: Stick A Finger In The Soil. Se trata de una American Pale Ale. La servimos en copa Mikkeller -me hacía gracia, quèvolsquitidigui- y presenta un color dorado bastante bonito y sin turbidez alguna. La capa de espuma que genera no es excesivamente abundante, aunque admito que cuando tomé la foto ya había bajado bastante (la copa no es muy grande y en seguida se llena de espuma).
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