Hoy por ser el día de mi onomástica voy a reseñar una cerveza de las que no se ven a este lado del charco. Me la trajo Mireia -una amiga de la familia- que estuvo de viaje en Chicago y que fue tan maja de traernos un par de ejemplares de Half Acre.
Se trata de una cerveza Pilsner a la que han bautizado con el nombre de Pony Pilsner. Desconozco los motivos, lo mismo son muy fans de la saga "Mi pequeño pony", al igual que mi hija.
De color dorado velado, y muy carbonatada. Genera una copiosa capa de color blanco que va dejando un bonito encaje de Bruselas. Al olfato mucho cereal, también un punto sulfuroso. En boca es una orgía de cebada. Muy sabrosa, ligera de trago, nada cansina, entra de muerte. Final moderadamente amargo no muy seco. Es el claro ejemplo de cerveza Pilsner artesanal que yo personalmente pincharía si tuviese una cervecería. Ganaríamos muchos adeptos al craft con cebos como éste. Te fundes la yonkilata de pinta en cero coma. 5,50%. Muy rica y muy fina.
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