Una de las sorpresas más gratas de este verano ha sido el descubrimiento de la cervecera catalana Màger -con sede en La Llacuna, muy cerca de Ales Agullons- que lejos de sacar un catálogo minado de IPAs se han especializado en cervezas ácidas.
La cerveza de hoy se llama Sea Butterfly y es de estilo Gose (ácida y salada) a la que han añadido flores de conchita azul. La receta también lleva malta de trigo, copos de avena, cilantro y sal rosa marina.
La conchita azul (butterfly pea) es una flor que se utiliza como infusión por sus propiedades beneficiosas para la salud, así como para colorear el té o el arroz. En este caso para colorear la cerveza.
La sirvo en la copa del Zwanze Day 2018 en el que sería su último servicio antes de palmar (menuda rachita llevo). Presenta un color violeta precioso, aunque la fotografía no hace mucha justicia. Me ha sorprendido muchísimo. La carbonatación es vivaz, de burbuja muy fina. La espuma es efímera, aunque consigue mantener el carbónico y esa sensación chisporroteante en la lengua hasta el final de la degustación.
En boca tiene un punto ácido, láctico, muy sutil ni agradable. Nada de acidez chirriante. El punto salino es también muy sutil, perfecto, nada de chapuzones en el Cantábrico y finalmente un punto floral muy tenue pero agradable. Me ha parecido una cerveza muy fina a la par que rica.
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