Sigo con mi pequeño muestreo de birras galas. En esta ocasión, también voy a descubrir una cervecera desconocida hasta la fecha por el que suscribe: Aerofab. La brasserie en cuestión tiene su sede en Sautron, localidad limítrofe con Nantes, y que se especializa básicamente en zumos de lúpulo enlatados, aunque también disponen de algún que otro petrolaco y disponen de varios barriletes bien majos para añejar algunas cervezas experimentales. El taproom que tienen en la fábrica pinta fetén, y bien valdría la pena pegarse una excursioncica hasta allí. Así que si tenéis pensadas unas vacaciones en la Bretaña o en Normandía os pilla de paso.
De todas las latas disponibles en la tienda escogí esta New England IPA.
En los últimos años me he autoimpuesto la norma de no comprar cervezas de este estilo si no están refrigeradas. Ya son muchos euros que se han ido por el desagüe y estoy muy escarmentado. Dicha norma la suelo seguir de manera bastante estricta, pero no voy a negar que en ciertos casos hago algunas excepciones por motivos justificados. El motivo en este caso ha sido la falta de referencias galas de calidad en nuestras tiendas, ya que las existentes suelen ser pocas y siempre las mismas: Prizm, The Piggy, Popihn, La Malpolon y Goutte d'Or, poco más. Visto lo visto decidí jugármela a la ruleta rusa de la birra, para así poder ampliar mis conocimientos acerca del panorama birruno del país vecino, y afortunadamente en este caso me ha salido muy bien. El resto aún las tengo en la nevera, así que ya os iré contando.
Al turrón. La cerveza en cuestión se llama Tourbillon y es la versión 6 de un total de 8 variedades. Lleva malta Pale de cebada, malta de avena, malta de trigo y levadura Vermont. Es una cerveza monovarietal de lúpulo Talus, que últimamente me tiene muy flipado. La sirvo en la copa del camping y presenta un bonito color anaranjado muy vívido (10 EBC), y el aspecto turbio -similar al de un zumo de naranja- tan característico del estilo. La carbonatación es muy abundante y genera una gruesa capa de espuma de un blanco inmaculado, muy compacta y cremosísima, con sombrero incluido, que parece nata montada. Muy buena persistencia, añado.
En nariz el Talus me da la bienvenida con un aroma coquero muy apetecible, también notas de maracuyá y fruta tropical. Por el aspecto y el aroma estaba deseando acabar la sesión fotográfica para darle el primer tiento. En boca es sedosita, la avena se hace notar, con un sabor afrutado muy intenso. Desfilan por el paladar sabores que nos recuerdan a la piña, el mango y un punto loquísimo de coco. Se acoplan a la fiesta notas herbáceas muy agradables que aportan un frescor en boca bestial y nos dejan cierto amargor final, marcadito, pero nada excesivo (50 IBU). Muy bebestible y dejándome con la lagrimita de placer absoluto. Gran descubrimiento. 6,0%. Me costó 6,00€ en el V and B de Narbona.
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