Si alguna vez os habéis sentido observados como en la película Predator no son desvariaciones vuestras producto del consumo prolongado de bazuco, no. Son los ojillos de Preddie que os miran diciendo bébemeeee.
Y es que la inquietante etiqueta de la botella de cerveza que nos atañe hoy esconde dentro un birrote brutal. Belgian IPA de los de Noáin de aspecto de Witbier.
Elaborada con maltas Pilsner, Cara-Pils y Munich. Lúpulos Shapir, Chinook y Simcoe. Levadura de Belgian Ale. Color pajizo y carbonatación abundante. Aroma a cereales, cítricos, mandarina, limones y fruta de hueso. En boca es una cerveza muy rica, con un sabor a cereal muy agradable. Un tanto ácida y ligeramente lupulizada. A mí personalmente me hubiese gustado menos ácida y más lupulizada, pero en fin, eso va a gustos. Nuestras amigas cannabáceas hacen aparición aportando matices florales y cierto amargor final (50 IBUs). Me ha agradado bastante. 6,8%.
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