Ayer fui a pegar la gorra en casa de los paternos y ¡toma! sorpresita en la nevera. Se ve que en Alcampo se están poniendo las pilas y están trayendo cositas del sector craft nacional, cosa que aplaudo. Sobre cómo manipulan las grandes superficies un producto tan delicado como el que nos ocupa es un tema aparte, yo solo puedo decir que la que me ha tocado -esto en cierto modo es una lotería- estaba bastante bien conservada.
Hoy nos vamos a ocupar de la Belgian Pale Ale de la cervecera Mulhacén, ubicada en la localidad andaluza de Nigüelas, en la provincia de Granada. Afortunadamente no voy a poder hacer la broma de nigüelas ni la pruebes (festival del humor) porque la verdad es que la cerveza estaba bien rica.
Belgian Pale Ale sencilla, rica y sin excentricidades. Parece ser que el 2016 pasará a la historia como -aquí tuneo una frase de Mikel López Iturriaga- el año en que fermentamos locamente, con muchísima tontería y astracanada embotellada. Aunque aún hay cerveceras que ante tal vorágine de recetas idas de madre siguen apostando por las cervezas de corte clásico para alivio y salud mental de los jueces del BJCP. La de hoy es el caso. Una receta belga muy bien hecha, con ingredientes ecológicos -que siempre es de agradecer, y quieras que no, el 99,9% de este tipo de elaboraciones suelen salir bien- y sin invitados exóticos. De color acaramelado y escasa gasificación resulta una cerveza muy sabrosa. Sabor a cereal muy rico y perfectamente balanceada sin resultar nada empalagosa. El punto de levadura belga perfecto que acaba de redondear el conjunto. Es curioso porque yo personalmente no soy muy fan de las recetas de corte belga y ésta en concreto me ha gustado muchísimo, así que estos brewers granaínos tienen mucho mérito. Mis congratulaciones al equipo. 6,1%.
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