La cervecera Quana se puso inmediatamente en mi punto de mira tan pronto como me enteré de que cultivaban su propio cereal, que llevan a maltear para elaborar su propia cerveza. Grandes. Ya había probado su Fruita de la Passió en L'Artesanal de Granollers -cervecería con especial sensibilidad con el producto artesanal, de proximidad y ecológico- y a la que he tenido ocasión me he comprado cuatro cervezas más de su catálogo.
Empezamos por la BAR28, su American Pale Ale. La servimos en el vaso y podemos llenarlo hasta arriba solo de espuma, por lo que tomar esta foto me ha llevado varios minutos. Color ámbar, muy turbia y con muchísimo poso. En boca es una cerveza muy maltosa y bastante dulzona. Para ser una APA no he encontrado los lúpulos que se supone que deberían tener el protagonismo de la cerveza. Quizás no estaría bien conservada, pero para ser honestos no me ha parecido mucho mejor que las típicas cervezas artesanas de los mercados medievales de pueblo. Finalmente aparece cierto regustillo lejano un tanto herbáceo y un amargor pronunciado (26 IBUs). Dudo que fuera el concepto de cerveza que tuviera en mente el maestro cervecero, lo que había en esta botella me ha parecido una Pale Ale sin más. 5,0%. Comprada en la gasolinera Q8 de Terrassa por 2,50€.
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