Me he pasado todo el verano en casa y una de las pocas motivaciones diarias era la ansiada cervecita del mediodía. Desde que acabaron las vacaciones el ritmo birruno ha aflojado considerablemente -el tiempo tampoco acompaña- a una o dos por semana. En esta ocasión había reservado la cerveza de hoy para el viernes. Toda una semana de duro trabajo para encontrarme una birra que me ha pegado un bajonazo pero de los guapos.
Quiero dejar claro de antemano que soy muy fan de Basqueland Brewing Project, especialmente de su Imparable, que considero colosal. Es por eso que con la Gatza Gose tenía las espectativas muy altas y al ser un estilo que me agrada y de una gran cervecera el bajonazo ha sido mayúsculo.
De color dorado, un tanto pajizo y gasificación baja. Baja hasta el punto que desaparece por completo. Lo normal es que hubiesen quedado unas burbujitas finas como las del cava, pero no ha sido así, se han disipado por completo. En boca voy a ser muy honesto. Mi padre en Noche Buena cada año va a la pescadería a comprar berberechos frescos. Los hierve con limón y pimienta. De pequeño solía beberme el juguillo de esos berberechos. Bien, pues la cerveza de hoy sabe a juguillo de berberechos. No es una cerveza demasiado ácida -cosa que me descuadra- tampoco es excesivamente cítrica. El punto salino tampoco es muy pronunciado, más que una cerveza salada me sabe al mencionado molusco. 4,5%. La verdad es que no me ha gustado nada. Comprada en Wine Palace por 2,65€.
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