La noche del domingo decidimos quedarnos a cenar en el mismo hotel debido a nuestro acusado cansancio (y ya de paso veíamos el clásico en pantalla gigante, todo hay que decirlo). En la carta de cervezas de un hotel de cuatro estrellas nos encontramos con basura básicamente, así que decidimos jugárnoslo todo a una sola carta y apostar por las únicas dos cervezas que no conocíamos, una Gueuze y una Kriek, ambas de la cervecera Belle-Vue. Comencemos por la Gueuze.
La etiqueta reza Bruxelles 1913. Hombre, qué bien, una cervecera con solera. El bajonazo me ha venido cuando he visto que no es bruselense, sino de Mol, y que además son propiedad del gigante AB InBev. ¡A la mieeeerdaaaaaa tooooodoooooooooo!
Ya con el primer trago se confirman mis temores. Esto ni es una Gueuze ni es nada, esto es azúcar puro, un caramelazo, y ni sombra de una cerveza Lambic, ni restos de fermentación espontánea, ni acidez, ni nada. Es una estafa en toda regla y la HORAL debería velar para que se prohíba etiquetar como Gueuze mierdas como ésta. 5,5%. Encima nos costó más de 4 ñapas la botella de 25cl. Un descalabro total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario