La cervecera esta ubicada en Weert, muy cerca de la frontera belga y de la Abadía trapense de San Benito de Achel. La cerveza en cuestión se llama Heinrich y está elaborada con maltas Pils, Munich y Vienna y los lúpulos Hallertau Blanc y Willamette. También lleva cilantro y ralladura de limón.
La sirvo en vaso de Lagers y presenta un color dorado subido, un tanto velada, y con muy buena carbonatación, capaz de generar una tupida corona de espuma blanca y persistente.
En aroma predomina el cereal, como cabía esperar. En boca es muy sabrosa, de sabor maltoso, quizás con un puntito tostado muy sutil y muy rico. Con más cuerpo que la Augustiner Edelstoff (me las bebí la una detrás de la otra para comparar) y con un amargor final moderado. No me he fijado en el limón ni en el cilantro. Qué le vamos a hacer. 6,5%. Comprada en una tienda online por 3,29€. ¡Vivan las Lagers artesanales!
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