Bueno, pues volvemos a traer lúpulo, quizás no de la manera que esperábais pero lúpulo al fin y al cabo. Los saguntinos de Cosa Nostra han elaborado una de esas bizarradas que incitan al suicidio a los miembros del BJCP: una Belgian Black IPA. Por si os pensábais que ya lo habíais visto todo, pues ¡toma!
La cerveza en cuestión se llama El Tío Cola y en la etiqueta se ve una calavera con una barba de lúpulo y un saxo y un clarinete a modo de tibias. Todo parece ser que se la deben haber dedicado a algún personaje de la geografía local. Yo como de Sagunto solo conozco el área de servicio no sé de quién debe tratarse.
Pues nada, allá vamos. La sirvo en copa TeKu y presenta un color marrón muy oscuro, más que black, la cosa viene bastante densita y el aspecto es un poco truñi, a decir verdad. De carbonatación vamos muy bien, con una corona de espuma muy gruesa, compacta y de color beis y con una retención del carbónico muy buena.
Asomamos la napia y lo primero que nos llega es el aroma herbáceo del lúpulo, seguido de un puntito muy sutil de la levadura belga. En boca es densita, con bastante cuerpo, no es una cerveza de trago fácil. Primero nos llegan las notas herbáceas que nos proporcionan los lúpulos, más adelante un puntito muy suave de levadura belga, con su sabor característico, continúa con sabores tostados ricos y sin pasarse de rosca, para finalmente acabar con un amargor moderado. En general me ha parecido una cerveza que baila entre tres aguas sin destacar en ninguna de ellas, pero al fin y al cabo es una cerveza curiosa y que nos saca del aburrimiento y los cerveceros al menos tienen el mérito de haber sacado algo novedoso y poco visto. 6,5%. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix.
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