Y ya echábamos de menos por la blogosfera a los amigos de Cervezas La Grúa, así que eché mano de despensilla fara fundirme esta Imperial Stout que tenía a buen recaudo. La noche se presentó serena, con documental de la historia del Rock en América Latina como acompañamiento, así que la cerveza en cuestión me vino como anillo al dedo.
Se trata de la Vlack Dope. Cuando la compré pensé que era la versión original, pero al abrirla me he dado cuenta que es la versión envejecida durante 12 meses en barrica de vino tinto.
La sirvo en vaso de Stouts, cayendo en picado de forma oleosa, y al impactar contra el cristal comienza a desprender una gran cascada que finalmente nos deja una capa de crema, compacta y de color beis.
En nariz destacan los aromas tostados. En boca es una cerveza muy corpulenta, densita, aterciopelada, para beber con mucha calma. El 11,1% (esto más que una graduación parece un peine) no se nota ni en nariz ni en el sabor, aunque ojito que se sube. Aquella noche dormí como un bebé. Destacan los sabores a cacao y el del vino, aportando cierto sabor kalimotxero que no me ha acabado de convencer. La madera no destaca. En general bien, pero creo que me hubiese gustado más la versión normal. Comprada en la web de La Grúa por 4,40€.
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