Hace unos días pude hacerme con algunos ejemplares de la cervecera estadounidense Casita, que estaba en mi lista de cerveceras yankis en busca y captura. Supongo que porque en algún momento de mi vida los vi en algún ranking entre las mejores cerveceras de Carolina del Norte, lo cierto es que no lo recuerdo bien, pero me quedé con el nombre.
Os estaréis preguntando ¿con quién ha empatao esta gente? La cervecera de Wilson son especialistas en IPAs y petróleos, muchos de ellos envejecidos en barrica, y algunas de sus cervezas están muy bien posicionadas en webs de rating, como por ejemplo su Palafrenero, que es la segunda mejor Sour/Wild IPA del mundo según Ratebeer. Si miramos en Untrapper está entre las 10 mejores cerveceras de su estado, que tampoco es moco de pavo.
Al turrón. Vamos a realizar nuestra primera toma de contacto con la Imperial Pat, The Bunny (8,2%), que es una versión más potente de su Pat, The Bunny (7,2%). Las dos tienen etiquetas muy parecidas y pueden dar lugar a confusiones. Para evitar errores, en la original puede apreciarse en la ilustración de la etiqueta al niño sin gafas ni barba, el resto es todo igual. La versión Imperial -que es la que nos vamos a cascar hoy- es una New England Double IPA elaborada con maltas de cebada, avena, y trigo y los lúpulos Nelson Sauvin y Motueka.
La sirvo en vaso para IPAs y presenta un color entre anaranjado y dorado, el aspecto es un tanto velado, pero sin llegar a resultar un biofrutas. La carbonatación es abundante, capaz de generar una gruesa capa de espuma muy compacta, muy duradera de color blanco. En nariz nos llega claramente el aroma a uva blanca del Nelson Sauvin. También he apreciado un olor a coco bastante intenso aunque no me cuadra en estos dos lúpulos. Notas herbáceas y de cítricos acaban de rematar un aroma brutal. En boca tiene cuerpo potente, con cierta sedosidad, aunque sin resultar excesiva. El sabor nos recuerda al del vino blanco, máxime cuando la cerveza se atempera, donde el sabor a uva blanca es más que evidente. También he encontrado coco en sabor. El Motueka no os penséis que juega un papel menos importante. Aporta notas cítricas -que nos recuerdan a la lima- y herbáceas -con cierto rollo a hierbabuena- que en conjunto le da un rollazo de mojito a la cerveza brutal, ultrarrefrescante. El amargor final está un tanto marcadito y el alcohol se nota un pelín, aunque en general considero que está bastante bien integrado. Pues me ha encantado, que queréis que os diga, y la verdad es que el Nelson Sauvin se saborea nítidamente, incluso muchísimo mejor que en algunas IPAs Single Hop que he probado de este lúpulo. Una joyita. Me costó 8,49€.
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