Hace unas semanas mi sentido arácnido se activó al pasar por delante de un pequeño restaurante peruano de Sant Cugat. En un primer momento localicé unas cuantas botellas de Cusqueña, pero tras escudriñar en el interior del local identifiqué varios ejemplares que efectivamente eran craft y que además eran peruanos. "No tardaremos en pasarnos", pensé para mis adentros.
Y es que, a decir verdad, cerveza artesanal peruana, es la primera vez que encuentro, tristemente. Ya me cuesta la vida dar con ejemplares argentinos o brasileños a través de tiendas online extranjeras. Así que toparme con estos ejemplares andinos ha sido toda una alegría para el que suscribe.
Pues nada, anoche mismo nos plantamos mi mujer y yo con toda la tropa para cenar en el peruchi de marras. Una de las cervezas que cayó fue La Peruana, de la cervecera Candelaria, ubicada en Chorrillos, localidad costera al sur de Lima. El catálogo regular de Candelaria es bastante ortodoxo, pero ¡ojo cuidao! porque tienen dos recetas elaboradas con ingredientes locales que se salen bastante del tiesto y que le dan un rollazo peruano brutal. Precisamente son las dos que me bebí en el restaurante. La particularidad de la cerveza de hoy -según sus creadores una Jora Amber Ale, un estilo propio- es que está elaborada con malta de cebada, chicha de jora y guiñapo (maíz), lúpulo, canela, clavo de olor, miel de chancaca y levadura.
La sirvo en vaso shaker y presenta un color entre ambarino y rojizo. Carbonatación media, sin idas de madre, pero suficiente para sacarle un par de dedos de espuma blanca, no especialmente persistente. Retención del carbónico correcta. En aroma destaca el olor maltoso, así como el punto especiado de la canela y el clavo. En boca es una cerveza ultrasabrosa. Cuenta con esa Amber Ale de fondo que da ese fondo maltoso y acaramelado suave, pero que se va cubriendo capa a capa de puro sabor peruano. La chicha aporta su peculiar sabor y añade una buena dosis de dulzor. No soy de cervezas dulzonas pero he de admitir que ésta la he disfrutado muchísimo, quizás sorprendido por la novedad. Puntito de canela suave, el clavo se integra perfectamente como si de una cerveza Weizen se tratase. Muy rica. Realmente es coger ese estilo base (Amber Ale) y aportarle carácter 100% peruano que le da un rollazo brutal, pero dejándolo todo muy bien integrado, todo muy bien puesto en su sitio y que el conjunto resulte muy armonioso. La maridé con una causa limeña y la experiencia fue increíble. 4,5%. Final suave (15 IBU). Disfrutada en el restaurante Sankhu de Sant Cugat por 5,50€. Botella de 33cl.
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