La cerveza ha sido elaborada en colaboración con la panadería artesanal Oppel, utilizando pan de malta como ingrediente principal. Fomentando la cultura de la cocina de aprovechamiento y reduciendo así los residuos alimenticios.
La sirvo en jarra de hoyuelos. Presenta un color marrón un tanto raruno, muy turbio, con tendencias hacia lo anaranjado. Carbonatación media, suficiente para generar una correcta corona de espuma compacta de color blanco roto y de persistencia media.
En nariz es como esnifarse una panadería. Mucho pan, pan tostado, e incluso pan de centeno, aunque creo que la receta no lleva centeno. En boca es puro cereal, con mucho sabor a pan con notas tostadas. También cuenta con un puntito de café y de regaliz, y un notable sabor dulce (que no empalagoso) que me recuerda al maltín y las bebidas de malta sin fermentar. Cuenta además con unas notas florales de lúpulo muy agradables y un final de amargor moderado bastante agradable. 5,5%. Me costó 5,40€. Botella de 50cl.
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